H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975 Serie meditativa 04 cepam H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975 Serie meditativa 04 cepam

“Existe el problema de los dos planos de interpretación del espíritu. Interpretar la trilogía ‘humildad, sencillez y modestia’ resulta fácil, mientras no se salga uno del plano espiritual. En tocando el plano psicológico, la facilidad desaparece. Pretender, en efecto, echar las bases de una humildad sicológica, es apuntar derecho hacia el empobrecimiento de personalidades. El empeño en crear sencillos sicológicos producirá, más de una vez, ingenuos. Educar en la modestia sicológica puede llevar al educando a convertirse en una persona introvertida”. (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 204) “Existe el problema de los dos planos de interpretación del espíritu. Interpretar la trilogía ‘humildad, sencillez y modestia’ resulta fácil, mientras no se salga uno del plano espiritual. En tocando el plano psicológico, la facilidad desaparece. Pretender, en efecto, echar las bases de una humildad sicológica, es apuntar derecho hacia el empobrecimiento de personalidades. El empeño en crear sencillos sicológicos producirá, más de una vez, ingenuos. Educar en la modestia sicológica puede llevar al educando a convertirse en una persona introvertida”. (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 204)

“Afrontemos, pues, con realismo el problema. Puede decirse que se han creado en nosotros estructuras mentales de manifiesta notoriedad y, hasta cierto punto, indiscutibles; citemos una: la guerra a cualquier singularidad en los Hermanos. Condenar la excentricidad nos parece lógico; pero el caso es que se había llegado a un verdadero culto de la «no singularidad». Cada individuo debía esforzarse en hacer en todo como los demás, y ello era considerado como una virtud. Aquel que andaba tras de cierta personalización corría el riesgo de ver cómo irritaba a este o al de más allá.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 204) “Afrontemos, pues, con realismo el problema. Puede decirse que se han creado en nosotros estructuras mentales de manifiesta notoriedad y, hasta cierto punto, indiscutibles; citemos una: la guerra a cualquier singularidad en los Hermanos. Condenar la excentricidad nos parece lógico; pero el caso es que se había llegado a un verdadero culto de la «no singularidad». Cada individuo debía esforzarse en hacer en todo como los demás, y ello era considerado como una virtud. Aquel que andaba tras de cierta personalización corría el riesgo de ver cómo irritaba a este o al de más allá.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 204)

“He aquí que un día cambia el mundo de la educación. Los padres quieren tener parte más activa en la educación de sus hijos, lo cual exige de los religiosos educadores el saber dialogar, dirigir reuniones, etc. Y vemos cómo ciertos Hermanos, formados en moldes un poco artificiales, donde aparecían mezclados auténticos valores con estructuras de apoyo, se sienten incómodos desde el momento en que resulta inevitable el contacto con el exterior.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 207) “He aquí que un día cambia el mundo de la educación. Los padres quieren tener parte más activa en la educación de sus hijos, lo cual exige de los religiosos educadores el saber dialogar, dirigir reuniones, etc. Y vemos cómo ciertos Hermanos, formados en moldes un poco artificiales, donde aparecían mezclados auténticos valores con estructuras de apoyo, se sienten incómodos desde el momento en que resulta inevitable el contacto con el exterior.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 207)

“Así pues, una falta de discernimiento entre lo psicológico y lo espiritual ha podido acarrear desaciertos en la manera de dirigir a los hombres. ¿Puede asegurarse, sin más, que no hubo ninguna falsa nota a este respecto en el P. Champagnat, y que todos los errores vinieron después de él? No lo creo. Fue, sin duda, uno de los hombres más abiertos de su tiempo; mantuvo señalada lucha contra no pocos prejuicios del momento. Sin embargo, ni los hombres mejor ilustrados por el Espíritu logran evadirse, en algunos terrenos, de la zona de sombras que su época proyecta.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 207) “Así pues, una falta de discernimiento entre lo psicológico y lo espiritual ha podido acarrear desaciertos en la manera de dirigir a los hombres. ¿Puede asegurarse, sin más, que no hubo ninguna falsa nota a este respecto en el P. Champagnat, y que todos los errores vinieron después de él? No lo creo. Fue, sin duda, uno de los hombres más abiertos de su tiempo; mantuvo señalada lucha contra no pocos prejuicios del momento. Sin embargo, ni los hombres mejor ilustrados por el Espíritu logran evadirse, en algunos terrenos, de la zona de sombras que su época proyecta.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 207)

“Yo comprendo perfectamente al P. Champagnat, hombre de muy hondo sentido del pecado, cuando lo veo conmoverse en sus entrañas por la falta de un postulante, echar a éste de casa por la noche sin aguardar al día siguiente, y lanzarle el hatillo de ropa al otro lado del Gier. Pero no acierto a convencerme a mí mismo de que fuese aquella la mejor solución.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 209) “Yo comprendo perfectamente al P. Champagnat, hombre de muy hondo sentido del pecado, cuando lo veo conmoverse en sus entrañas por la falta de un postulante, echar a éste de casa por la noche sin aguardar al día siguiente, y lanzarle el hatillo de ropa al otro lado del Gier. Pero no acierto a convencerme a mí mismo de que fuese aquella la mejor solución.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 209)

Deja que lo que has leído se hunda lentamente en tu espíritu. Ora al Señor por medio de María para que lo comprendas mejor y lo lleves a la vida Deja que lo que has leído se hunda lentamente en tu espíritu. Ora al Señor por medio de María para que lo comprendas mejor y lo lleves a la vida