MEDIDAS DE AYUDA PARA LA COMUNICACIÓN Alumnos con discapacidad

DISCAPACIDAD VISUAL

Si la discapacidad visual no es total y el alumno puede integrarse en la actividad del aula: Medidas de cercanía al maestro, a la pizarra o a la pantalla del ordenador. Utilizar amplificadores de la imagen, como lupas. Entrega de las unidades didácticas escritas con caracteres lo suficientemente grandes como para que el alumno pueda leerlos sin dificultad.

Si la discapacidad visual es total: Lectura en Braille. Empleo de dispositivos que leen textos escritos.

DISCAPACIDAD AUDITIVA

Si la discapacidad auditiva no es total: Prótesis auditivas de vía aérea u ósea. Implantes cocleares. Situación del alumno cerca del profesor. Mirarle a la cara cuando se le hable para facilitar la lectura de los labios.

Si la discapacidad auditiva es total: Entrega de actividades o de los contenidos por escrito. Lenguaje de signos. Videoconferencia con lenguaje de signos.

NORMAS A TENER EN CUENTA EN LA COMUNICACIÓN CON PERSONAS QUE PRESENTAN DISCAPACIDAD AUDITIVA

Muchas personas sordas no te comprenderán más que leyendo tus labios: No hables nunca sin que te puedan mirar. Llama su atención con una señal antes de hablar. Cuida de que el alumno sordo esté situado en la primera fila. Colócate de modo que tu cara esté a plena luz. No circules ni te quedes parado en sitios donde interrumpas el contacto visual. Sitúate a su altura. Vocaliza bien, pero sin exageración y sin gritar. No hables deprisa.

Una persona sorda que lleva prótesis auditiva no es como un oyente: La prótesis es sólo una ayuda. La comprensión del lenguaje exige un proceso de reeducación. La lectura labial es un complemento para la persona con sordera profunda.

Seguir una conversación representa un gran esfuerzo para una persona sorda: Sitúa brevemente el objeto de la conversación para captar su atención. En conversaciones de grupo respeta el turno de palabra. Cuando intervienen varias personas la colocación en grupo favorece el contacto visual. En grandes grupos y espacios públicos es necesaria la ayuda de un intérprete de Lengua de Signos y/o la ayuda técnica. Para llamar la atención de una persona sorda absorta en su tarea, o de un grupo, lo más eficaz es apagar y encender la luz.

Con frecuencia el alumno sordo tiene dificultades de vocabulario: Construye frases cortas, correctas y simples. No le hables de modo rudimentario o en argot. Si no te comprende repíteselo y busca algún sinónimo. Ayuda a establecer la comunicación con un gesto o una palabra escrita. Ponte en el lugar de tu alumno con dificultad para oirte. Dedícale atención y hazle tomar parte en la vida del aula y del centro.