La descarga está en progreso. Por favor, espere

La descarga está en progreso. Por favor, espere

Page 1 Maestría en Gerontología Clínica Tercera edad: El dilema de la actualidad. Dra. Norma Goldín Lic. Pablo Kornblum Septiembre, 2008.

Presentaciones similares


Presentación del tema: "Page 1 Maestría en Gerontología Clínica Tercera edad: El dilema de la actualidad. Dra. Norma Goldín Lic. Pablo Kornblum Septiembre, 2008."— Transcripción de la presentación:

1 Page 1 Maestría en Gerontología Clínica Tercera edad: El dilema de la actualidad. Dra. Norma Goldín Lic. Pablo Kornblum Septiembre, 2008.

2 Page 2 Dilemas de la Tercera Edad: La seguridad social Uno de los principales temas de debate en el mundo de la actualidad es el que surge como consecuencia de las reformas de los sistemas de seguridad social que se están llevando a cabo en los diferentes países del mundo. Existen diferentes razones para explicar los cambios actuales, la mayoría basados en consideraciones económicas y políticas. A continuación, describiremos algunos de ellos: Tercera edad: El dilema de la actualidad.

3 Page 3 Dilemas de la Tercera Edad: La seguridad social Por un lado, existe la necesidad de las sociedades de adaptarse a los costos crecientes asociados con el mantenimiento de los sistemas, ante la tendencia que se observa en el envejecimiento de la población. Esta situación se da principalmente por las mejoras en la calidad de vida de la mayoría de los países del mundo (en términos relativos siempre refiriéndonos a su propio pasado) y la tecnología aplicada a los descubrimientos de las curas a muchas de las enfermedades con las que convivimos en la actualidad. Por lo tanto, este hecho plantea discusiones sobre la viabilidad económico-financiera de los regímenes de seguridad social. Tercera edad: El dilema de la actualidad.

4 Page 4 Tercera edad: El dilema de la actualidad En muchos casos, las reformas están originadas en la necesidad de adaptar los costos a los sistemas económicos imperantes: Desempleo y menores tasas de crecimiento de las economías han limitado las fuentes de financiamiento disponible. Para dar solo algunos ejemplos, altas tasas de desempleo implican menos cantidad de trabajadores que aportan mensualmente parte de su salario bruto a la seguridad social. Por otro lado, menores tasas de crecimiento implican una merma en la capacidad de recaudación del fisco, derivando en una menor capacidad redistributiva para las jubilaciones y pensiones. Dilemas de la Tercera Edad: La seguridad social

5 Page 5 Dilemas de la Tercera Edad: La seguridad social También existe una creciente comprensión de que las políticas de seguridad social apuntan a diferentes objetivos, muchos de los cuales son conflictivos entre sí. Objetivos tales como la protección efectiva de la población en condiciones de retiro, la promoción del crecimiento económico, la redistribución del ingreso y la no interferencia en la asignación eficiente de los recursos, son de difícil consecución en forma simultánea. Estos son temas álgidos en la actualidad, ya que existen visiones yuxtapuestas. Lo que esta claro es que las ineficiencias históricas del sistema público han llevado al descreimiento de muchos ciudadanos, tomando entonces como opción el sistema privado (los que cumplen los requisitos para hacerlo). Tercera edad: El dilema de la actualidad

6 Page 6 Tercera edad: El dilema de la actualidad Esta negación sobre la capacidad de actuación del estado sobre las políticas redistributivas y para con la tercera edad, tienen un sustento en las teorías neoliberales, donde el mercado es el único capaz de asignarle a cada uno lo que le corresponde por el esfuerzo realizado durante su vida activa. Por otro lado, tenemos que la gravitación del gasto previsional en los presupuestos de los gobiernos es muy relevante; insume proporciones muy altas en relación a los guarismos históricos de las finanzas públicas en el siglo XX. También resulta significativo en términos del PBI y la totalidad de la población resulta de alguna manera afectada en su bienestar (es decir, en términos de beneficios y costos), por el sistema. Dilemas de la Tercera Edad: La seguridad social

7 Page 7 Dilemas de la Tercera Edad: La seguridad social Además, el tema previsional constituye una cuestión de alta sensibilidad social, relacionada en forma inmediata con las personas de mayor edad; pero afectando en forma creciente también a los jóvenes, y, en consecuencia, los conflictos usuales “eficiencia-equidad” y los de “equidad entre generaciones”, resultan difíciles de resolver. El trade-off en estas cuestiones debe buscarse en un escenario político donde los ancianos y las personas maduras pronto a serlo, poseen un peso electoral significativo. En el caso de nuestro país, a diferencia de países más estables, la obligada visión cortoplacista de muchas capas de nuestra sociedad termina dejando de lado la importancia del ahorro y la previsión a futuro; tanto desde una perspectiva microeconómica familiar, como el evidente faltante de desarrollo y discusión de la mayoría de las plataformas políticas ante cada decisión electoral. Tercera edad: El dilema de la actualidad

8 Page 8 Dilemas de la Tercera Edad: La seguridad social Finalmente, la actual globalización económica mundial impone a los gobiernos ceñirse a una disciplina fiscal muy estricta en materia de gasto y muy cuidadosa en cuanto a la forma de establecer los gravámenes, de manera de no generar desincentivos económicos que lesionen la competitividad. Sin ir muy lejos, la importancia del “superávit fiscal” se toma como variable fundamental; y el componente que representa el pago de jubilaciones y pensiones tiende a erosionar cada vez más esta variable clave de la macroeconomía. Por otro lado y en cuanto a la competitividad, la Argentina es un país que en la actualidad es competitivo por los bajos costos (salarios), más que por su tecnología y productividad. Bajos salarios implica una menor recaudación para la seguridad social de las personas mayores (tanto del sistema privado como de reparto), lo que a futuro implicará una carga importante para el Estado. Tercera edad: El dilema de la actualidad

9 Page 9 Dilemas de la Tercera Edad: La orígenes de la seguridad social En perspectiva histórica, la literatura ubica los orígenes de la cuestión de la seguridad social en las consecuencias sociales y económicas del proceso de industrialización del siglo XIX en Europa. El problema de la pobreza fue conceptuado originalmente como un “problema privado”, con consecuencias morales y religiosas de por medio, atendido de forma particular o colectiva (gremios que desde tiempos medievales ayudaban a sus miembros en la adversidad). Hay que recordar que el Estado es una concepción moderna (data de solo unos 5 siglos aproximadamente), y que sus funciones hasta bien entrado el siglo XIX se limitaban a la protección militar de sus habitantes, la justicia, y el aumento de la riqueza de la nación como un todo. Tercera edad: El dilema de la actualidad

10 Page 10 Dilemas de la Tercera Edad: La orígenes de la seguridad social Por otro lado y sin especificar ninguna religión en particular, para la mayoría de las mismas el lugar de cada uno en el mundo venía dado por arbitrio divino; y aunque en la tierra todo era sufrimiento y miserias, el paraíso estaría en el más allá. Por lo tanto, el Estado no era necesario para paliar ningún mal que sería solucionado una vez que la persona pase a mejor vida. La incorporación del Estado en la responsabilidad de la solución de los problemas derivados de la industrialización, tuvo su origen en la falla evidente de la idea que estimaba que los trabajadores debían y podían solucionar por sí mismos sus dificultades; demostrando disposición, capacidad e imaginación para la cobertura de los riesgos (enfermedades, accidentes, invalidez, vejez), que provocaren la interrupción temporal o definitiva de su flujo de ingresos. Tercera edad: El dilema de la actualidad

11 Page 11 Dilemas de la Tercera Edad: La orígenes de la seguridad social Esto era prácticamente una utopía, sabiendo que la mayor parte de la sociedad vivía en condiciones de pobreza o de subsistencia, sin ninguna o mínima capacidad de ahorro. Además, viviendo en una sociedad sin medios de comunicación (solo medios gráficos a los que accedía una porción mínima de las elites políticas y económicas) y en su mayoría analfabeta, la posibilidad de un análisis e interpretación con visión a futuro estaba reducida a grupos selectos de la alta sociedad. Por lo tanto y tal como lo mencionamos anteriormente, de la inmediatez de los graves problemas de la subsistencia y del empleo vs. aquellos derivados de la vida laboral (ubicados en el largo plazo), surgió que los trabajadores dieran prioridad a los primeros, en detrimento de la previsión (formación de ahorro) para enfrentar el futuro lejano. Tercera edad: El dilema de la actualidad

12 Page 12 Dilemas de la Tercera Edad: La orígenes de la seguridad social Como consecuencia de las fallas del mercado en la cobertura de los riesgos y la sustitución de la idea de la pobreza como “problema privado”, por la de “problema social”, se produce la evolución del Estado liberal al Estado benefactor o social de derecho. Así, se dice que se puede profundizar este análisis con la inclusión de ciertas instituciones características de la política social de las décadas más tempranas del siglo XX. Estas ideas entraron en vigor con los pensamientos socialistas y sindicalistas a mediados del siglo XIX; propios de un momento histórico contextuado por la Revolución Industrial y las nuevas clases proletarias. Y las mismas avanzaron fuertemente en Europa primero, para luego recalar en el resto del mundo, Incluyendo Norteamérica y América Latina. Tercera edad: El dilema de la actualidad

13 Page 13 Dilemas de la Tercera Edad: La orígenes de la seguridad social La pobreza entonces, comienza a ser tomada como un problema del todo social y, consecuentemente, la responsabilidad se desplaza del individuo a la sociedad, donde se reparten los costos. Lo calculable de los riesgos y la construcción de los elementos colectivos de satisfacción, facilitan la concepción y la medida de la responsabilidad social. Con la socialización se puede determinar lo indeterminado del porvenir. La racionalidad que vincula el riesgo, el daño individual y el costo socializado, informa la técnica del seguro social que protagonizará la primera política social. Tercera edad: El dilema de la actualidad

14 Page 14 Dilemas de la Tercera Edad: La orígenes de la seguridad social Las primeras legislaciones de beneficencia reconocieron la responsabilidad del Estado sobre la base de atender las acciones con fondos públicos y ser de aplicación universal. La innovación tecnológica en los procesos productivos que originó desempleo de la fuerza laboral, no permitió acumular ahorros suficientes a nivel individual y la participación estatal se hizo más evidente a partir de la década de 1930. Esto se debió además al cambio de paradigma económico clásico, donde el Estado no debía intervenir en los asuntos de la macroeconomía, para pasar a un Estado Keynesiano activo, que derivaría décadas más tarde en el “Estado Benefactor”. Este sistema político-económico es la base de la social democracia Europea actual. Tercera edad: El dilema de la actualidad

15 Page 15 Dilemas de la Tercera Edad: La orígenes de la seguridad social En este proceso, la expresión “Seguridad Social” ha tenido un significado más amplio en unos países que en otros. En lo esencial se ha interpretado como la protección proporcionada por la sociedad a sus miembros, mediante una serie de medidas públicas tendientes a contrarrestar las privaciones económicas y sociales que se generan como consecuencia de la desaparición o reducción de los ingresos de las personas. La mayor causa de reducción de los ingresos de las personas, después del desempleo (que suele ser transitorio en los países desarrollados), es la vejez. Tercera edad: El dilema de la actualidad

16 Page 16 Dilemas de la Tercera Edad: La orígenes de la seguridad social Los seguros sociales, por oposición a los seguros privados, nacen como modo de dar permanencia a la actividad productiva del individuo, protegiéndolo de diferentes contingencias, entre ellas la vejez. Desde el principio se definieron esquemas de prepago, en cuyos conceptos se encontraron constituidos derechos sociales en beneficio del trabajador. El primer régimen amplio fue instituido en Alemania. En 1889, se creo el seguro de invalidez y vejez, que administraban las autoridades provinciales, siendo la afiliación obligatoria para los trabajadores a los que estaba destinado y sin restricción de edad ni calificación laboral. Tercera edad: El dilema de la actualidad

17 Page 17 Dilemas de la Tercera Edad: La orígenes de la seguridad social En América uno de los primeros hitos se da en la Argentina en 1904, con el dictado de la ley Nº 4349 que creó la Caja Nacional de Jubilaciones y Pensiones Civiles, tomándose este como el único orgánico de los regímenes previsionales en Argentina. En sus inicios, con la sanción de esta ley, en 1885 se habían establecido beneficios jubilatorios para el magisterio y en 1886 a los agentes de la administración pública. El desarrollo de estas Instituciones se prolongó hasta mediados de la década de 1940 en toda América. En este período, en los países del continente se adoptan distintas modalidades de seguridad social, siendo uno de los hechos centrales la instauración del seguro social por vejez. Tercera edad: El dilema de la actualidad

18 Page 18 Dilemas de la Tercera Edad: La seguridad social en la actualidad. Los sistemas de seguridad social, en la actualidad, se los suele identificar como un componente fundamental de los programas de bienestar social que diseñan los gobiernos. Y los sistemas previsionales (pensiones de vejez, invalidez y muerte) son el componente básico de estos programas. En general, todos estos sistemas tienen un común denominador: la cobertura social respecto a determinados riesgos, debido a eventos al que muy difundidamente están sometidas las personas: la contingencia de que el individuo sea incapaz económicamente para hacer frente a situaciones tales como la pérdida de capacidad para generar ingresos, o para solventar determinados gastos considerados esenciales en la vida de los mismos. Tercera edad: El dilema de la actualidad

19 Page 19 Dilemas de la Tercera Edad: La seguridad social en la actualidad. Por esa razón, a los programas de bienestar social se los suele ubicar en el campo de la equidad social, identificándolos con el objetivo de política económica que pretende morigerar las disparidades existentes en toda sociedad en la distribución del ingreso entre los individuos, en especial paliando situaciones de extrema pobreza. Sin embargo, lo cierto es que los sistemas que lo componen no solo persiguen este objetivo, sino además otros que tienen que ver con cuestiones de eficiencia asignativa de los recursos (tanto estática como dinámica), y de estabilidad económica. Tercera edad: El dilema de la actualidad

20 Page 20 Dilemas de la Tercera Edad: La seguridad social en la actualidad. Asimismo, el sistema de seguridad social, si bien está inserto en un esquema global de asignación de los recursos (una porción importante de los cuales se canalizan a través de las finanzas públicas), suele enfrentar situaciones financieras específicas que imponen la búsqueda de resultados en condición de “segundo mejor”, más específicamente, cumplimentar sus objetivos bajo la condición de autofinanciamiento. Esto quiere decir el tratar de imitar el sistema privado individual pero para la gran masa colectiva. Si en el sistema privado cada individuo se ocupa de su jubilación, la idea es que el conjunto de individuos perteneciente al sistema de reparto pueda financiar la jubilación de este mismo conjunto ; es decir, no tener que utilizar otros recursos (Impuestos por ejemplo), para financiar la seguridad social de las personas mayores. Tercera edad: El dilema de la actualidad

21 Page 21 Dilemas de la Tercera Edad: La seguridad social en la actualidad. Existen por lo tanto, 2 tipos de acciones: Las acciones colectivas informales y las informales. En cuanto a las informales (o de sostenimiento familiar), las mismas tienden a disminuir a medida que las sociedades se desarrollan; las familias se reducen en tamaño y también se reduce la intensidad del vínculo familiar (se puede observar claramente en algunos países de la Europa más desarrollada). Pero en países sub-desarrollados, aunque existe una mayor intensidad en la ayuda económica de los familiares cercanos, su capacidad de colaborar se encuentra disminuida por sus bajos o escasos recursos. Por lo tanto, necesitamos con mayor razón para países como el nuestro un esquema organizativo social más sofisticado, consistente en sistemas de mercado de ahorro preventivo de libre elección por parte de los individuos, o sistemas coactivos de ahorro impuestos por el Estado. Tercera edad: El dilema de la actualidad

22 Page 22 Dilemas de la Tercera Edad: La racionalidad y la vejez Según la teoría del ciclo de vida, las personas desean mantener un nivel de consumo más o menos constante durante su vida. Para cumplir este objetivo, ahorran parte de su ingreso durante sus años de trabajo a fin de gastarlo (desahorro) cuando son ancianas y dejan de trabajar. Muchos individuos son previsores y suelen adoptar actitudes prudentes de reducción del consumo presente (ahorro) en aras de asegurarse un ingreso para los años en que su capacidad de generarlo se vea disminuida (consumo futuro). En estos casos, existe la posibilidad de utilizar el mercado del seguro para comprar una renta vitalicia o simplemente capitalizar el ahorro en determinados activos de los que se espera obtener una renta a futuro. Tercera edad: El dilema de la actualidad

23 Page 23 Dilemas de la Tercera Edad: La racionalidad y la vejez La decisión es individual y la magnitud de la renta vitalicia esperada o el valor de los activos acumulados estará sujeta a la capacidad de generar ahorro durante el período de vida activa y el rendimiento esperado de este ahorro al momento del retiro o pase a la pasividad. Existen, sin embargo, diversas razones para sostener que la solución del mercado no resuelve adecuadamente el problema de la cobertura de este riesgo. En primer lugar, existiría en los individuos cierta miopía intertemporal (Pigou) y/o defectos de información (o formación), que hace que las personas jóvenes no adviertan con nitidez la situación de las necesidades que habrán de enfrentar en los años de vejez. Tercera edad: El dilema de la actualidad

24 Page 24 Dilemas de la Tercera Edad: La racionalidad y la vejez Esta miopía puede deberse tanto a circunstancias propias de la vida de cualquier persona de nivel cultural medio, como a circunstancias específicas de muchos individuos que carecen de la información necesaria, sea por razones de bajo nivel educativo propio o del medio socio-cultural en el que les ha tocado vivir. La Argentina actual es un claro ejemplo. Los jóvenes, con una real falta de oportunidades de desarrollo económico y profesional, pasando por los estímulos de los medios de comunicación que realzan la importancia de vivir el hoy, y finalizando con la desvalorización del conocimiento y la sabiduría que brinda la vejez (sumado al desarrollo de una cultura estética y superficial de la juventud), potencian claramente esta situación de miopía intertemporal. Tercera edad: El dilema de la actualidad

25 Page 25 Dilemas de la Tercera Edad: La racionalidad y la vejez En general, la tasa social de preferencia intertemporal varía entre Países. Puede advertirse entonces que en los países más Avanzados, las tasas de interés de prestamos para consumo son inferiores a las vigentes en los países de menor desarrollo relativo. Esto se debe principalmente porque el consumo corriente se cubre con una parte del salario o renta (ahorro), por lo que solo los créditos están dirigidos a los bienes inmuebles de alto valor (casas), o para la inversión productiva. Por otro lado, el nivel de las tasas de interés y la oferta de capitales también son un factor clave: Generalmente se observa que a menor desarrollo, menor disponibilidad de capitales, y una mayor preferencia social intertemporal en el consumo. Esto se observa hoy en día en nuestro país donde abundan los créditos usureros de bajo monto para que las clases más humildes compren bienes de consumo masivo. Tercera edad: El dilema de la actualidad

26 Page 26 Dilemas de la Tercera Edad: La racionalidad y la vejez Otra posible falla de mercado puede atribuirse a cierto comportamiento de los individuos, conocido en la literatura como “riesgo moral”. Las personas cuando son jóvenes tienen una alta propensión al consumo, explicada no solo por razones de preferencia intertemporal, sino muy especialmente por necesidades propias de formación y desarrollo familiar. Estas personas pueden especular con la idea de que llegadas a la tercera edad, los futuros jóvenes, entre ellos sus propios descendientes, no habrán de abandonarlos a su propia suerte. De hecho, cuando llegan a la vejez, pueden mostrar una actitud de reclamo a la generación activa proclamando por los derechos de los ancianos a vivir dignamente sus últimos años de vida. Tercera edad: El dilema de la actualidad

27 Page 27 Dilemas de la Tercera Edad: La racionalidad y la vejez En nuestro país, esta situación o reclamo no siempre puede ser aplicable. Por un lado, los jóvenes en muchos casos no es que prefieren consumir en el presente y no pensar en un ahorro para su futuro, sino que ante las condiciones económicas imperantes, no tienen capacidad de ahorro (o es mínima). Por otro lado pero siguiendo el mismo análisis, aunque las personas de la tercera edad se pueden sentir con derecho a reclamar a las generaciones jóvenes, deben también entender que muchos hijos o la sociedad en su conjunto, no los pueden ayudar dado que la situación económica no les permite solventar a las personas mayores. Tercera edad: El dilema de la actualidad

28 Page 28 Dilemas de la Tercera Edad: La racionalidad y la vejez Una falla importante de mercado se presenta en economías pequeñas o subdesarrolladas. Un escaso desarrollo del mercado de capitales puede implicar la carencia de medios o instrumentos institucionalizados confiables, lo que significa un alto riesgo o incertidumbre respecto a la capitalización esperada del ahorro individual. Esto puede implicar un costo elevado del ahorro que reduce el retorno esperado del mismo, es decir, arroja a niveles de rendimiento muy inferior a la tasa de preferencia intertemporal en el consumo. Este desincentivo a ahorrar tiene efectos colaterales en materia distributiva, dada la normal mayor aversión al riesgo de los estratos inferiores en la escala distributiva del ingreso personal. Tercera edad: El dilema de la actualidad

29 Page 29 Dilemas de la Tercera Edad: La racionalidad y la vejez En nuestro país tenemos 2 tipos de ejemplos para observar este caso. Por un lado, miles de jubilados habían depositado sus ahorros en los bancos. Pero luego tuvieron que observar como el corralito financiero de Diciembre de 2001, no les devolvía los ahorros de toda la vida. El otro punto es la falta de acceso al crédito para la mayoría de la población activa. Por una diversidad de motivos (economía inestable, altos niveles de pobreza, etc.), la posibilidad de poder utilizar el mercado de capitales queda restringido a grupos privilegiados. Tercera edad: El dilema de la actualidad

30 Page 30 Dilemas de la Tercera Edad: La racionalidad y la vejez Otra falla de mercado en el campo previsional es el problema de la “selección inversa”. Ocurre que aun existiendo mercado de capitales y compañías de seguro que contraten sistemas de pensión o renta vitalicia, deficiencias de información respecto al riesgo que se asume en cada caso en particular, induce a estas compañías a dimensionar las primas de acuerdo al riesgo promedio del grupo social. Sin embargo, el riesgo promedio significa una prima alta para aquellas personas de bajo riesgo, circunstancia que las desalienta para contratar el seguro. En cambio, personas de alto riesgo se verán incentivadas a contratar el seguro, puesto que en tal caso, la prima resulta baja. De esta manera, el mercado va discriminando dejando afuera a las personas de bajo riesgo, e incorporando a las de alto riesgo, lo que produce un aumento del riesgo promedio destruyendo paulatinamente el sistema. Tercera edad: El dilema de la actualidad

31 Page 31 Dilemas de la Tercera Edad: La racionalidad y la vejez En la Argentina, lo podemos observar en muchas personas que poseen altos niveles de riqueza, que apuestan a seguros de vida privados por afuera del sistema público o de AFJP. Por otro lado, la mayoría de los asalariados de bajos ingresos, que no cumplen con los requisitos mínimos de aporte de las AFJP para obtener a futuro una jubilación digna de subsistencia, no dudaron a pasarse al sistema de reparto. El Estado, siempre presente, se terminará haciendo cargo y financiando los déficit. Finalmente, un fenómeno importante que ha influido en la posibilidad del desarrollo del mercado en el ámbito previsional, han sido los procesos de alta inflación. Tercera edad: El dilema de la actualidad

32 Page 32 Dilemas de la Tercera Edad: La racionalidad y la vejez Estos procesos inflacionarios, de los cuales no esta ausente la influencia del gasto público y los déficit gubernamentales, han implicado situaciones de fuertes erosiones de los ingresos de muchos ciudadanos y su capacidad de ahorro individual. Esto ha provocado el deterioro en carteras no suficientemente resguardadas de este flagelo, y la propia actitud de muchos gobiernos de inducir o coeccionar a la tenencia de títulos públicos de baja rentabilidad en los sistemas de ahorro para la vejez. Hoy en día, vivimos esta situación en la Argentina, donde inversiones de las AFJP han ido a títulos públicos atados a la inflación oficial, mucho menor que la real. Esto implica una menor rentabilidad que se reflejará en las jubilaciones a futuro. Tercera edad: El dilema de la actualidad

33 Page 33 Dilemas de la Tercera Edad: La redistribución del ingreso. Una cuestión central del sistema previsional es el problema derivado de la existencia de amplios sectores sociales que carecen de capacidad de ahorro durante su vida activa, asimetrías que se agravan aún más en el período de edad avanzada de los individuos. Las asimetrías en materia distributiva han evidenciado que el mercado no permite resolver adecuadamente la cobertura de la vejez para amplios sectores de la sociedad, exigiendo de esta manera algún esquema de redistribución intrageneracional e intergeneracional de ingresos. Tercera edad: El dilema de la actualidad

34 Page 34 Dilemas de la Tercera Edad: La redistribución del ingreso. En primer lugar, los Estados modernos suelen instrumentar medidas de política económica que tienden a mejorar relativamente los ingresos de los más débiles, circunstancia que generalmente, en alguna medida, resuelve la situación de consumo presente pero difícilmente permite mejorar razonablemente la capacidad de ahorro de estas personas. Como ejemplo, tenemos en nuestra Argentina actual los planes trabajar, las asignaciones familiares, etc., que sirven para paliar las necesidades más urgentes de corto plazo, pero no permiten aumentar la capacidad de ahorro de los individuos asistidos. El Estado puede, por un lado, preveer esquemas previsionales por los cuales las rentas de los ancianos de altos ingresos se transfieran a los ancianos de bajos ingresos, generando de esta manera una redistribución intrageneracional. Tercera edad: El dilema de la actualidad

35 Page 35 Dilemas de la Tercera Edad: La redistribución del ingreso. Otra situación más realista es el caso donde el Estado puede idear sistemas previsionales que impliquen transferencias de ingresos de una generación a otra. Por ejemplo, permitiendo que los ancianos del presente sean sostenidos por la generación joven del presente, de manera que sus posibilidades de consumo en épocas de edad avanzada, no dependan del esfuerzo individual de ahorro realizado cuando joven. Visto desde otro ángulo, el sistema previsional puede generar redistribuciones entre la generación de jóvenes presentes y los ancianos pertenecientes a generaciones de jóvenes pasadas. Pueden, en este sentido, lograrse transferencias intertemporales positivas (el valor actual de las pensiones al momento de jubilarse supera el valor de capitalizado de los ahorros del beneficiario durante su vida activa); o viceversa, cuando los ancianos reciben transferencias negativas. Tercera edad: El dilema de la actualidad

36 Page 36 Dilemas de la Tercera Edad: La redistribución del ingreso. En este sentido, tenemos que tomar en cuenta fundamentalmente 2 cuestiones: 1) En nuestra sociedad latina, existe una valoración importante (aunque el Estado no lo refleje), de los adultos mayores y la obligación de ayudarlos en la última etapa de su vida. Esto presenta una clara diferencia de las cultura anglosajona, donde el acento esta puesto en el individuo que debe trabajar y producir durante su vida activa, pero tomando recaudos para poder solventar su futuro cuando no trabaje más. 2) El problema se genera en que la Argentina ha entrado en una crisis estructural en las últimas décadas, y los jóvenes actuales son más pobres y tienen menos posibilidades que los jóvenes del pasado. Por lo tanto, la posibilidad de existan transferencias intertemporales negativas son más factibles que las positivas. Tercera edad: El dilema de la actualidad

37 Page 37 Dilemas de la Tercera Edad: La redistribución del ingreso. No obstante, existe una intensa discusión filosófica, en cuanto a si los sistemas de seguridad social constituyen hoy en día el instrumento más eficaz para lograr una distribución más equitativa del ingreso; o si estos deberían dedicarse a cumplir con los objetivos de eficiencia (y específicos de la seguridad social), dejando el objetivo de equidad a otros instrumentos más eficaces para lograr la redistribución de ingresos con una menor pérdida de eficiencia del sistema económico. En nuestro país, la situación presenta determinadas características que deben ser tenidas en cuenta por los hacedores de políticas: Tercera edad: El dilema de la actualidad

38 Page 38 Dilemas de la Tercera Edad: La redistribución del ingreso. Un país que histórica e estructuralmente no ha tenido políticas macroeconómicas y sociales de largo plazo (como las que realizan todos los países desarrollados del mundo), es muy difícil que pueda desarrollar políticas autónomas específicas para un sector determinado, sin tomar en cuenta las situación del país como un todo. En la Argentina hubo muchos cambios en las últimas décadas, donde se ha afectado drásticamente el poder adquisitivo de la mayoría de la población, incrementando la brecha entre los ricos y pobres, y dejando a millones de argentinos sin la cobertura básica para vivir con una digna calidad de vida. Tercera edad: El dilema de la actualidad

39 Page 39 Dilemas de la Tercera Edad: La redistribución del ingreso. El sector pasivo es también parte del país y no ha estado exento a los coletazos económicos vividos. Se necesitan por lo tanto, cambios estructurales micro dedicados a este grupo en particular, como así también macroeconómicos que permitan recomponer el tejido socio - económico del país. Finalmente, debemos decir que para la mayoría de la población anciana, el ser un grupo pasivo y dependiente (tanto de las generaciones más jóvenes como de sus decisiones pasadas de ahorro en un país empobrecido), solo pueden ser espectadores de su destino. Por lo tanto, necesitan indefectiblemente cobijarse dentro de un país sólido, pujante y desarrollado para poder vivir los últimos días de su vida de una manera digna. Tercera edad: El dilema de la actualidad

40 Page 40 Dilemas de la Tercera Edad: Final ¿Preguntas? Muchas Gracias! Tercera edad: El dilema de la actualidad


Descargar ppt "Page 1 Maestría en Gerontología Clínica Tercera edad: El dilema de la actualidad. Dra. Norma Goldín Lic. Pablo Kornblum Septiembre, 2008."

Presentaciones similares


Anuncios Google