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ECONOMÍA POLÍTICA DEL SIGNO Y COMUNICOLOGÍA

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Presentación del tema: "ECONOMÍA POLÍTICA DEL SIGNO Y COMUNICOLOGÍA"— Transcripción de la presentación:

1 ECONOMÍA POLÍTICA DEL SIGNO Y COMUNICOLOGÍA
Seminario GUCOM. Sábado 25 de octubre de 2008 Jesús Becerra Villegas

2 Índice Economía política: el modo social de comunicación.
La categoría comunicación. Miradurías y comunicología. Bibliografía.

3 1. Economía política: el modo social de comunicación
: Introducción. : Crítica de la economía política. : La subsunción. : La comunicación: modo de apropiación social. : La configuración simbólica.

4 Introducción El sometimiento o subsunción es y=f(x). Donde f es una función de: Articulación Apropiación Proporción Las luchas f se despliegan como [y0=f(x0)] ―t→ [x1=g(y1)], o bien como [y0=f(x0)] ―t→ [y1= f -1(x1)]. De esto se desprende: a) en su inmaterialidad, toda función es lógica, aun así, b) toda función (f, g, h) tiene una historia (f ≠ g ≠ h), al mismo tiempo que c) toda historia está sujeta, es una función de lo histórico, por lo que d) la historia tiene una lógica y e) la lógica, como función, tiene una historia. Lo simbólico y lo material se oponen como x a y, y y a x.

5 Introducción La contradicción lógico histórica fundamental para el marxismo, se da entre el capital y el trabajo asalariado, entendida como dominación de éste por aquél. Se trata de las subsunciones formal y real del trabajo en el capital. Necesidad y contingencia se enfrentan como lógica e historia. La función que cumple la categoría es ser modo de articulación y, por tanto, medio de visibilidad y legibilidad. En “Oda a un ruiseñor”, Borges dice: Keats, en el jardín suburbano, oyó el eterno ruiseñor de Ovidio y de Shakespeare y sintió su propia mortalidad y la contrastó con la tenue voz imperecedera del invisible pájaro. […] Tanto lo han exaltado los poetas, que ahora es un poco irreal. Por su capacidad de individuación, sólo el humano concreto es espécimen de una especie.

6 Crítica de la economía política
Marx, Contribución a la crítica de la economía política (1859): En la producción social de su existencia, los hombres establecen determinadas relaciones, necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a un determinado estadio evolutivo de sus fuerzas productivas materiales. La totalidad de esas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la cual se alza un edificio jurídico y político, y a la cual corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material determina el proceso social, político e intelectual de la vida en general. No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino, por el contrario, es su existencia social lo que determina su conciencia. En un estadio determinado de su desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o –lo cual sólo constituye una expresión jurídica de lo mismo– con las relaciones de producción dentro de las cuales se habían estado moviendo hasta ese momento. Esas relaciones se transforman de formas de desarrollo de las fuerzas productivas en ataduras de las mismas. Se inicia entonces una época de revolución social. Con la modificación del fundamento económico todo ese edificio descomunal se trastoca con mayor o menor rapidez […].

7 Crítica de la economía política
Marx, Contribución a la crítica de la economía política (1859): […] Una formación social jamás perece hasta tanto no se hayan desarrollado todas las fuerzas productivas para las cuales resulta ampliamente suficiente, y jamás ocupan su lugar relaciones de producción nuevas y superiores antes de que las condiciones de existencia de las mismas no hayan sido incubadas en el seno de la propia antigua sociedad. De ahí que la humanidad siempre se plantee sólo tareas que puede resolver, pues considerándolo más profundamente siempre hallaremos que la propia tarea sólo surge cuando las condiciones materiales para su resolución ya existen o, cuando menos, se hallan en proceso de devenir. A grandes rasgos puede calificarse a los modos de producción asiático, antiguo, feudal y burgués moderno de épocas progresistas de la formación económica de la sociedad. Las relaciones de producción burguesas son la última forma antagónica del proceso social de la producción, antagónica no en el sentido del antagonismo individual, sino en el de un antagonismo que surge de las condiciones de vida de los individuos, pero las fuerzas productivas que se desarrollan en el seno de la producción burguesa crean, al mismo tiempo, las condiciones materiales para resolver este antagonismo. Con esta formación social concluye, por consiguiente, la prehistoria de la sociedad humana.

8 Crítica de la economía política
Movimiento concreto – abstracto: producción de lo lógico; retorno abstracto – concreto: producción de lo histórico. El MP alude de una vez las dos dimensiones (lógico abstracta e histórico concreta). El modo social como forma de relación objetivo subjetiva, supone que el MP es más que relaciones sociales de producción, la integración de ellas con las fuerzas productivas mediante la sujeción institucionalizada y simbólica. Las relaciones sociales están definidas por aquellos contratos tácitos o expresos, con que los actores sociales, en función de sus adscripciones grupales y posiciones relativas, se enfrentan económica, política y simbólicamente para procurarse los bienes que son necesarios a su sostenimiento y al desarrollo de la lucha social que los define. Para el marxismo, las fuerzas productivas se integran por medios materiales y subjetivos como el trabajo vivo. La incorporación de intangibles en la demanda como el gusto o la voluntad, el temor o la ambición, permite mediar las intersubjetividades y dotar de historia a las prácticas sociales, hasta ahora vistas entre la libre espontaneidad y la apretada determinación, dos formas de escatimar conciencia a las prácticas y al mercado.

9 La subsunción Marx, Capítulo VI inédito de El capital:
La característica general de la subsunción formal sigue siendo la directa subordinación del proceso laboral –cualquiera que sea, tecnológicamente hablando la forma en que se lleve a cabo– al capital. Sobre esta base, empero, se alza un modo de producción no sólo tecnológicamente específico que metamorfosea la naturaleza real del proceso de trabajo y sus condiciones reales: el modo capitalista de producción. Tan sólo cuando éste entra en escena se opera la subsunción real del trabajo en el capital. En el primer momento, llamado de subsunción formal, el productor directo es separado de sus posibilidades de reproducción como resultado de un conjunto de procesos sociales que socavan con distintos grados de violencia la lógica del modo de producción precedente. En términos sociales, se trata de la extinción de clases propias del modelo precedente, vía tres pérdidas: de la legitimidad en lo político, de la rentabilidad en lo económico y de la visibilidad en lo simbólico. El mercado impone tasas de pertinencia política, productividad económica y convertibilidad simbólica. Establece para el conjunto social un nuevo modo de reproducirse, una especie de abstracción que se concretará en configuraciones y prácticas específicas.

10 La subsunción La nueva lógica de mercado produce una clase que nace de la exclusión. Su única mercancía es su capacidad de trabajo, compuesta por su fuerza, por su saber artesanal y, agregamos, por su “irracional pero bienvenida” voluntad de ser (subsunción 1). Luego el capital organiza el trabajo intelectual y produce la técnica necesaria para reorganizar el proceso productivo en torno al nuevo saber hacer (subsunción 2). La oposición capital-trabajo pone en conflicto la forma del conflicto mismo para negarlo y superarlo con una forma de oposición más eficiente. Una etapa 3 subsume a la segunda, imprimiendo a la relación una lógica diferente, de regreso una de naturaleza formal, que es la simbólica: x1―t→x2 ―t→x3 ↓f ↑g ↓h y1 ―t→y2 ―t→ y3 Nunca el trabajo logra invertir la dominación en su favor. La naturaleza evolutiva del mercado define el tipo de luchas en las que él va sucumbiendo al capital, sucesivamente formal (legal – político), “real” (técnico – económico), formal (simbólico – comunicacional).

11 La comunicación, modo de apropiación social
Estos procesos históricos inauguran una gramática de facto que vuelve legibles las culturas y permite su comunicación. Con ella se pasa a las culturas como mercados, cuyas transacciones se despliegan en modos de articulación. Cada producto cultural se conjuga en el acto del consumo, respecto a otros productos a los cuales se opone. Son prácticas culturales los intercambios sancionados por un código de equivalencias del que derivan su circulabilidad y del que desprenden su sentido. El mercado material es subsumido en otro de tipo simbólico, constituido por bienes culturalizados. Se redefine el valor de las mercancías en función de su pertinencia simbólica como capacidad de apelación, antes que derivado de sus costos de producción y circulación; la disponibilidad de los productos y servicios se instala en la vida cotidiana más que en los anaqueles. Mercado-cotidianidad juegan a interdefinirse; un movimiento que, de ida, produce una masa de productores y consumidores sólo sostenible mediante la violentación simbólica de sus representaciones, que consiste, de venida, en un contramovimiento de desmasificación formal a base de confecciones y consumos diferenciados.

12 La comunicación, modo de apropiación social
La lógica de la apropiación como proceso cultural se define como la absorción del valor de cambio económico de los objetos, en un valor de uso específico de un sujeto o su grupo, históricamente situados. La cultura, que establece las condiciones de convertibilidad simbólica, queda entonces sujeta a las conversiones de sus propias tasas y, al final, definida por las prácticas a derrocarla. El modo social de comunicación deriva de un Modo de Apropiación Social (MAS) donde la cultura asume la escala y forma del individuo vivo, a la vez que se constituye en un bien sujeto a las leyes generales de fetichización, circulación y consumo, incluso una mercancía en sí misma.

13 La comunicación, modo de apropiación social
¿Puede entenderse el conjunto de los procesos que han llevado a las transformaciones históricas más que como una necesidad de redefinición de las formas de producir, como el resultado de una voluntad de apropiarse? ¿Puede entenderse el conjunto de los procesos que han conducido a cada modo de producción a afirmarse y evolucionar para mantenerse, más que como un mecanismo ciego de las formas de producir, como una apropiación vía consumo por los sujetos del ideario del modelo para incorporarse a la cultura del mismo? ¿Pueden explicarse las perversiones y desacatos a sus propias reglas por parte de los modos de producción más que como simples desvíos refuncionalizables en la lógica del sistema de producción, como muestras fehacientes de que no es en el fondo la producción lo que prima en la reproducción social, sino el modo de apropiársela? ¿Es posible y útil ensayar la reperiodización de la historia, no a partir de la categoría MPS, sino de MAS que, siendo síntesis de procesos materiales y simbólicos, antecede, acompaña y finiquita cada etapa que la primera categoría quiere recortar?

14 La configuración simbólica
Los modos sociales de apropiación son generalizaciones de prácticas relativas efectuadas por sujetos concretos para apropiarse del mundo, en tanto individuos y en tanto clases o grupos. Este despliegue de aspiraciones, gustos, repulsas o fobias detrás de las prácticas, aun en su inmaterialidad, no dejan de ser concreción de un modo de relacionarse y producir sentido. Una formación comunicacional que exige la teoría de los Modos, puede ser denominado Configuración Simbólica (CS). Se asocia como pareja a MAS y se opone a MPS/FS. A la CS corresponde el análisis y explicación de las prácticas concretas en cuanto dotadas de sentidos propios (o sinsentidos sociales) y ubicadas en contextos históricos para construir las intersubjetividades y postular el sujeto como operador de una función tan impalpable como irresistible.

15 La configuración simbólica
El giro del término producción hacia el de apropiación, y el paso de lo material a lo simbólico obedecen a que, al final, la sola propuesta de una cultura de masas entre los procesos de reproducción social alude a la dimensión comparativamente menos tangible de lo representacional entre los firmes de los intercambios económicos y los contratos políticos. Al tiempo, emerge un consumo socialmente necesario, mecanismo de competencia (en la acepción de habilitación que la lingüística generativa da al término) que produce una cultura de consumo y una estética que le es propia. Además de las disputas por apropiarse, la CS presente denuncia las luchas por definir el sentido de las apropiaciones de los otros. Las sutilezas con que ahora se libra el conflicto relacional consisten en apropiarse de las prácticas de apropiación de los otros (dominación de la dominación: f ―t→ g).

16 2. La categoría comunicación
: La polémica Martín-Barbero / Mattelart. : Lo lógico y lo histórico. : Comunicación, categoría del ser.

17 La categoría comunicación
La constitución de un campo de pensamiento supone definir un objeto y elevarlo luego a categoría.

18 La polémica Martín-Barbero / Mattelart
Para Martín-Barbero (2002: ) el comunicacionismo es: La tendencia aún bien fuerte a ontologizar la comunicación como el lugar donde la humanidad revelaría su más secreta esencia. O en términos sociológicos, la idea de que la comunicación constituye el motor y el contenido último de la interacción social. Atención porque, en un lenguaje o en el otro, la idea de la centralidad de la comunicación en la sociedad –y la consiguiente evacuación de la cuestión del poder y la desigualdad de las relaciones sociales– está recibiendo ahora su legitimación teórica y política del discurso de la racionalidad tecnológica que inspira la llamada “sociedad de la información”. Agotado el motor de la lucha de clases la historia encontraría el recambio en los avatares de la comunicación. Con lo que cambiar la sociedad equivaldría en adelante a cambiar los modos de producción y circulación de la información. Una cosa es reconocer el peso de los procesos y las tecnologías de comunicación en la transformación de la sociedad y otra bien distinta afirmar aquella engañosa centralidad y sus pretensiones de totalización de lo social.

19 La polémica Martín-Barbero / Mattelart
Cuanto de apropiación material y humana hay en las prácticas de comunicación, es cuanto justifica combatir los comunicacionismos mediante: a) lecturas atentas a la historia de los procesos donde la comunicación puede ser clave para entender el sentido de las comparecencias; b) centramientos que, a la manera de lo que la embriología enseña, sirvan para articular esfuerzos de construcciones más finas y especializadas aun si son provisionales; c) propuestas epistemológicas interiores al campo para avanzar en la constitución de una comunicología basada en la categoría comunicación; d) articulaciones con otros modelos para postular y leer el mundo, a fin de converger en la construcción de uno más habitable, imaginado no desde utopías de la comunicación, sino de escenarios finales de disciplinas que deberán incluir a aquellas que la interacción de las ideas haga posibles.

20 La polémica Martín-Barbero / Mattelart
Armand Mattelart responde a María Elena Hernández (Hernández, 1995: 22): ¿A qué se refiere en la introducción de su libro [La invención de la comunicación] cuando dice que “cada época histórica tiene su propia configuración comunicacional”? [...] para mí la comunicación es una creación: la creación de un tipo de civilización, de un tipo de cultura enmarcada en un proyecto racional. Desde ese punto de vista, creo que todas las problemáticas de comunicación en la historia, tal como han sido desarrolladas por el poder (ése es otro aspecto muy importante), son problemáticas de gestión y de control social en relación con la problemática de la cultura. A fin de cuentas, la comunicación es la proyección de un esquema ideal de sociedad y por eso hay tantas utopías. Yo comienzo la historia de la comunicación a partir de la aparición del ideal de la razón, la forma en que se va a corporizar, a materializar en la ciencia y en los esquemas de administración de la sociedad.

21 Lo lógico y lo histórico
Pensar la comunicación debe ser un movimiento de la razón hacia arriba o hacia abajo. En el primer sentido, la mirada ha de buscar las marcas generales para construir conceptualmente su naturaleza, los principios que la rigen y las leyes absolutas asociadas a ella: su lógica. En el sentido descendente, el espíritu inquisitivo observa el despliegue del sistema lógico, en el tiempo y en el espacio, para construir conceptualmente los mecanismos y las operaciones en sus procesos de devenir como objeto: la historia. Una aproximación prudente con la semiótica al centro debe primero acotar los límites de su visión: la comunicación en tanto ejercicio simbólico. En seguida, su definición operativa fundamental: la estructura como unidad orgánica de proceso y sistema, en tanto el primero alude al devenir, al ejercicio y al cambio, y el segundo alude al orden, a la regularidad y al modo de su naturaleza; estructura, pues, a partir de dos énfasis: como orden sujeto al cambio o como cambio sujeto al orden. En el primer caso, el pensamiento sobre la comunicación privilegia la lógica de la dimensión simbólica, mientras que en el segundo la concibe en la concreción de su ruta histórica.

22 Lo lógico y lo histórico
¿Tienen los procesos sociales una lógica? ¿Es esa lógica de los procesos sociales, al menos en lo fundamental, la comunicación? Afirmar significa que la comunicación como orden es aquello de donde deriva el sentido fundamental y el direccionamiento de los ejercicios sociales como intentos de contacto relativamente afirmativo o destructivo, en los que se concreta la función de intercambio que podemos llamar comunicación. Según esta hipótesis, en última instancia, el hacer social específico es un proyecto de comunicación. ¿El orden de lo social es tenido por la conciencia como un ejercicio? ¿Consiste el despliegue de lo social, al menos en lo general, en actos que sin forzar los términos pueden catalogarse como comunicacionales. Afirmar es referir a la multiplicidad de maneras que tenemos de ejercer lo comunicacional –sea en su modalidad positiva de presencia o en la de alejamiento–, ello acusa la existencia de muchas razones parciales para hacer comunicación y ubica a ésta como principio de razón suficiente –aunque no total– para explicarse a sí misma.

23 Lo lógico y lo histórico
Respecto a la posición de JMB, debe reconocerse la posibilidad de edificar discursos a distinto nivel sin comprometer la posibilidad de pensar la comunicación también desde una perspectiva propiamente comunicacional capaz de fertilizar otros terrenos. La posición de AM permite ver tanto en la lógica de los hechos sociales como en sus procesos la comunicación: orden y cambio en unidad orgánica productora de la dimensión social: la comunicación vuelta categoría de densidad variable para un objeto de estudio llamado sociedad. La última posición acusa que si cada modo concreto fue configurado y entró en circulación primero en las avenidas de la razón, la comunicación que la produjo es un modo en sí misma.

24 Comunicación, categoría del ser
Si se acepta que no es el objeto en sí lo que debe ser concebido como centrado o descentrado, sino que el ejercicio se aplica al pensamiento que lo persigue, para entender el objeto desde la categoría, queda la pregunta sobre cuándo descentrar: ¿No es acaso la comunicación una dimensión de una teoría social que incluye lo comunicacional? ¿No es cierto que la categoría comunicación nombra lo social desde su propia dimensión? ¿No aparece acaso lo social en tanto lo comunicacional cuando la categoría es comunicación? ¿Es acaso posible una teoría de la comunicación sin la comunicación al centro? ¿No es cierto que por un primado lógico lo in-tensional como teoría es anterior a lo ex-tensional como ejercicio incluso de articulación con otras disciplinas?

25 Comunicación, categoría del ser
La categoría Modo de Comunicación puede ser útil si mediante un ejercicio de rebarajamiento histórico se revela la operación de: una analogía o relación de exterioridad en los perfiles de lo concreto social y de lo comunicacional, de manera que pueda establecerse una correspondencia entre los hitos o puntos de flexión de las trayectorias del modo de comunicación y del modo social, dándose una relación de determinación del último hacia el primero. En tal caso, las categorías modo de comunicación y modo de apropiación resultan ser de naturaleza sintomática o indexical; o más aún, una homología o relación estructural entre lo concreto social y lo comunicacional, de manera que pueda establecerse una correspondencia entre los hitos o puntos de flexión de las trayectorias del modo de comunicación y del modo social, dándose una facultación del primero hacia el último. En tal caso, las categorías modo de comunicación y modo de apropiación resultan ser de naturaleza explicativa y heurística, pero sobre todo, fundacional de nuestro campo y aportadora para otros.

26 3. Miradurías y comunicología
: Modo de Apropiación Social y Configuración Simbólica. : De la Configuración Simbólica a la comunicología.

27 MAS y CS Existe la necesidad de avanzar la construcción de una comunicología desde dos flancos: un modo comunicacional que es el MAS y un sistema de prácticas que es la CS. Pensar el MAS supone construir teoría e historia macro. Dibujar la CS puede conseguirse mediante el registro de las diversas prácticas, especialmente tal como son vivenciadas por los sujetos implicados en ellas. Se trata de efectuar una red etnográfica atenta a los movimientos y las configuraciones para responder a una primera problemática: ¿existe algo como una mirada comunicacional? ¿Cómo es? ¿Por qué? Una integración de los esquemas implicados en los registros se puede dar por niveles de sentido en la búsqueda de la relación orden/proceso.

28 De la CS a la comunicología
Otras preguntas relevantes son: - ¿cómo se han constituido los problemas y las soluciones en comunicación? ¿qué estructuras exhiben los relatos que envuelven estos problemas y sus soluciones? ¿se pueden generalizar en modelos estas estructuras? ¿son formalizables dichos modelos? ¿son estas fórmulas fuentes para producción de problemas de comunicación? ¿son estas fórmulas propias de nuestro modo de comunicación? ¿Pueden ellas emplearse como categorías para periodizar y teorizar? ¿Pueden dar pie a una propuesta de calidad comunicacional que haga viable el proyecto social? ¿Puede este itinerario conducir hacia una comunicología?

29 4. Bibliografía

30 Bibliografía Althusser, L. y É. Balibar (1985), Para leer El capital, vigésima edición, Siglo XXI, México. Borges, J. L. (1996). Obras completas I y II. Buenos Aires: Emecé. Bourdieu, P. (1990). Sociología y cultura. México: CONACULTA. Bourdieu, P. (1997). Las reglas del arte. Génesis y estructura del campo literario, segunda edición, Anagrama, Barcelona. Bourdieu, P. (1999). Meditaciones pascalianas. Barcelona: Anagrama. Deleuze, P. (1984). ¿En qué se reconoce el estructuralismo? En Chatelet (Coord.), Historia de la filosofía. Ideas, doctrinas, 4. Madrid: Espasa-Calpe. Eco, U. (1976). Tratado de semiótica general. México: Nueva imagen – Lumen. Engels, F. (S.F.). “La Contribución a la crítica de la economía política, de Karl Marx” (primera edición en alemán, 1859), en Karl Marx y Friedrich Engels, Obras escogidas, t. I, Progreso. Moscú. Figueroa, V. (1986). Reinterpretando el subdesarrollo, Siglo XXI, México. […]

31 Bibliografía […] Lefèvbre, H., A. Sánchez Vázquez y N. Castro (1970). Estructuralismo y marxismo. México: Grijalbo. Luporini, C. y otros (1982). El concepto de “formación económico-social”, quinta edición, Cuadernos de pasado y presente, México. Maffesoli, M. (1993). El conocimiento ordinario. Compendio de sociología. México: Fondo de Cultura Económica. Maffesoli, M. (2004). El nomadismo. Vagabundeos iniciáticos. México: Fondo de Cultura Económica. Martín-Barbero, J. (2002). Oficio de cartógrafo. Travesías latinoamericanas de la comunicación en la cultura, Siglo XXI, Santiago de Chile. Marx, K. (1984). El capital. Libro I, decimocuarta edición (primera edición en alemán, 1867), Siglo XXI, México. Marx, K. (1986). Contribución a la crítica de la economía política, segunda edición (primera edición en alemán, 1859), Siglo XXI, México.

32 Bibliografía […] Marx, K. (2001). El capital. Libro I, capítulo VI (inédito), novena edición (primera edición en alemán, ca. 1866), Siglo XXI, México. Mattelart, A. (1995). La invención de la comunicación. México: Siglo XXI. McGowan, J. (1991). Postmodernism and its critics. New York: Cornell University Press. Moles, A. y E. Romer (1986). Teoría estructural de la comunicación y sociedad. México: Trillas. Pouillon, J. y otros (1978). Problemas del estructuralismo, séptima edición, México: Siglo XXI. Poulantzas, N. (1985). Poder político y clases sociales en el Estado capitalista, vigesimosegunda edición en español, Siglo XXI, México. Spinoza, B. (2005). Ética demostrada según el orden geométrico. Séptima reimpresión (primera edición en latín, 1677). México: FCE.


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