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La construcción de una cultura de la salud en el ámbito educativo

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Presentación del tema: "La construcción de una cultura de la salud en el ámbito educativo"— Transcripción de la presentación:

1 La construcción de una cultura de la salud en el ámbito educativo
LA SALUD NO ES FACIL DE ENSEÑAR: ES NECESARIO VIVIRLA. Una institución educativa saludable no se propone enseñara la salud, sino facilitar oportunidades para experimentarla y “aprehenderla” Instituciones recargadas Escuelas y Liceos son vistos como espacios de integración para el desarrollo de diversas políticas públicas y programas educativas. Estos se consolidan como un lugar de encuentro ( desencuentro??) entre las familias, sus necesidades, las redes de servicios y protección social y las propuestas para el desarrollo integral. La pregunta que debemos hacernos es en qué medida esta integralidad puede planificarse y construirse, o se da de hecho por efecto propio de la “ acumulación” de necesidades, programas, demandas y asistencialismo. En la medida que no hay convergencia sino acumulación, la salud en el ámbito educativo implica mayor complejidad al quehacer de la escuela y los docentes. Articular la tarea educativa con programas de tipo alimentario, de protección y promoción social o prevención de enfermedades de salud comunitaria, requiere competencias y recursos adicionales. En la medida que se logra integrar estas acciones al proyecto educativo, aparecen herramientas y oportunidades nuevas que enriquecen los procesos de enseñanza y de aprendizaje y acerca a las instituciones educativas oportunidades de colaboración en red y gestión asociada. De la “salud escolar” a las Escuelas Promotoras de Salud Existe una larga historia de cooperación entre las instituciones educativas y los programas de salud. Se trata de una colaboración sustentada en urna realidad evidente: sólo un niño sana está en condiciones adecuadas para aprender y aprovechar plenamente de la escuela. Existe una relación recíprocamente beneficiosa, ya que está comprobado que las personas con más años de escolaridad tienen mejores herramientas para proteger su salud y alcanzar una mayor calidad de vida. Estas estrategias tienen una larga tradición, por lo que pueden tener la tendencia a lo inercial, una capacidad para resistir los cambios y desalentar la innovación. Encontramos aún muchas relacionamientos de tipo asistencial en la que se privilegia un enfoque restringido de la salud escolar y se promueva en las escuelas un rol pasivo y receptivo. Esto sucede cuando los programas de salud escolar priorizan las necesidades del sector salud y dejan de lado la necesidad de integrar acciones de manera oportuna y eficiente en función de los objetivos y actividades que la escuela tiene previstos en su propio plan educativo. Esto se traduce en actividades esporádicas ( charlas, campañas, controles de salud) que no toman en cuenta las lógicas escolares, los tiempos institucionales y las prioridades/oportunidades que sin duda existen en la cotidianeidad de la escuela. Se pierde entonces la posibilidad de “agregar valor” educativo a estas acciones, utilizándolas como espacio para la participación activa de los niños en la identificación de los factores de riesgo y la promoción de comportamientos saludables que son determinantes a largo plazo.. Las superación del modelo tradicional de “salud escolar” por una estrategia de centros educativos saludables, implica articular las dimensiones curativas, preventivas y promocionales que son necesarias para el desarrollo integral y saludable de niños y niñas. Desde este enfoque se hace énfasis en el trabajo de análisis y abordaje de los determinantes de salud en el ámbito escolar, procurando generar acciones sostenidas y comprometidas por parte de todos los actores involucrados. CUADRO DE SERGIO La Promoción de Salud y el Proyecto de Centro Si bien la responsabilidad de la escuela por la salud es importante, la promoción de la salud en la escuela debe contribuir siempre a su rol específico que es la enseñanza. La acumulación de necesidades y servicios convierte a las escuelas en un repertorio de programas asistencialistas, que desvirtua su misión y termina afectando las posibilidades de enseñanza y de aprendizaje especialmente en las escuelas de sectores vulnverables y de contexto social crítico, donde justamente lo más necesario es lograr resultados educativos. Las actividades de promoción de salud no deben de competir con la planificación escolar, ni se agreguen, sino que se integren a ella, aportando al mejoramiento de la calidad de los procesos de enseñanza y de aprendizaje, y contribuyendo a mejor “ variables educativas” directas e indirecta, tales como la asistencia a clase, la participación de las familias, el rendiminto y la motivación de los niños y niñas o el compromiso del equipo docente. Cuando se logra que la promoción de la salud se integre al proyecto educativo y procura resolver situaciones prácticas y relevantes de la vida cotidiana contribuye a cumplir el rol esencial de una institución educativa: forma integralmente a los niños y niñas, trasmitiendo saberes socialmente significativos. Las sustentabilidad de los programas de promoción de la salud en el ámbito educativo require la participación activa y comprometida de la comunidad educativa y que la particiación de los profesionales de la salud debe ser puntual y complementaria. Maestro Diego Rossi Gonnet Especialista en Educación y Promoción de Salud

2 LA SALUD NO ES FACIL DE ENSEÑAR: ES NECESARIO VIVIRLA…
Una institución educativa que se proponga ser “saludable”, no se propone enseñar la salud, sino facilitar oportunidades para experimentarla y “aprehenderla”

3 Instituciones educativas “recargadas”
Las instituciones educativas son vistos como espacios de integración para el desarrollo de diversas políticas públicas y programas educativos. Estos espacios se consolidan como un lugar de encuentro (y desencuentro!) entre las familias, sus necesidades, las redes de servicios, de protección social y las propuestas para el desarrollo integral.

4 La pregunta que debemos hacernos es en qué medida esta integralidad puede planificarse y construirse, o se da de hecho por efecto propio de la “ acumulación” de necesidades, programas, demandas y asistencialismo. En la medida que no hay convergencia sino acumulación, la salud en el ámbito educativo implica mayor complejidad al quehacer de la institución educativa y los docentes. Articular la tarea educativa con programas de tipo alimentario, de protección y promoción social o prevención de enfermedades de salud comunitaria, requiere competencias y recursos adicionales. Cuando se logra integrar estas acciones al proyecto educativo, aparecen herramientas y oportunidades nuevas que enriquecen los procesos de enseñanza y de aprendizaje; y acercan a las instituciones educativas oportunidades de colaboración en red y gestión asociada.

5 De la “salud escolar” a las Instituciones Educativas Promotoras de Salud
Encontramos una larga historia de cooperación entre las instituciones educativas y los programas de salud Se trata de una colaboración sustentada en una realidad evidente: sólo un niño/adolescente sano está en condiciones adecuadas para aprender y aprovechar plenamente su tiempo de escolarización Existe una relación recíprocamente beneficiosa, ya que está comprobado que las personas con más años de escolaridad tienen mejores herramientas para proteger su salud y alcanzar una mayor calidad de vida.

6 Estas estrategias tienen una larga tradición, por lo que pueden tener la tendencia a lo inercial, una capacidad para resistir los cambios y desalentar la innovación. Encontramos aún muchos relacionamientos de tipo asistencial en los que se privilegia un enfoque restringido de la salud escolar, promoviéndose en las escuelas/liceos un rol pasivo y receptivo. Esto sucede cuando los programas de salud escolar priorizan las necesidades del sector salud y dejan de lado la necesidad de integrar acciones de manera oportuna y eficiente en función de los objetivos y actividades que las escuelas/liceos tienen previstos en su propio plan educativo.

7 Esto se traduce en actividades esporádicas (charlas, campañas, controles de salud) que no toman en cuenta las lógicas escolares, los tiempos institucionales y las prioridades/oportunidades que sin duda existen en la cotidianeidad de la escuela. Se pierde entonces la posibilidad de “agregar valor” educativo a estas acciones, utilizándolas como espacio para la participación activa de los niños/adolescentes en la identificación de los factores de riesgo y la promoción de comportamientos saludables que son determinantes a largo plazo

8 Toda intervención vinculada a la salud y el desarrollo adolescente debe tomar en cuenta muy seriamente las perspectivas de los distintos grupos de adolescentes y aceptar su participación. Sólo la participación de los adolescentes, junto a la de otros actores sociales, posibilita el pasaje de una sociedad que atienda sus necesidades de salud (entre otras, de educación y recreo) a una sociedad saludable.

9 Las superación del modelo tradicional de “salud escolar” por una estrategia de centros educativos saludables, implica articular las dimensiones curativas, preventivas y promocionales que son necesarias para el desarrollo integral y saludable de niños/as y los/as adolescentes Desde este enfoque se hace énfasis en el trabajo de análisis y abordaje de los determinantes de salud en el ámbito educativo, procurando generar acciones sostenidas y comprometidas por parte de todos los actores involucrados

10 Tradicionalmente la educación para la salud dirigida a los adolescentes ponía el acento en la prevención de enfermedades. a) concepto de riesgo como factor predisponente de la enfermedad b) a partir de la identificación de las conductas de riesgo de los jóvenes, propone actuar básicamente en prevención c) estrategias: brindar información acerca del daño y mostrar la relación existente entre éste y los factores de riesgo. d) si los adolescentes cuentan con la información adecuada y perciben la relación entre ciertas conductas de riesgo y determinados problemas de salud, tendrán herramientas suficientes para evitar esas conductas y prevenir las enfermedades.

11 Los enfoques que ponen el acento en el concepto de salud y desarrollo, subrayan la importancia de la inversión en capital humano, en el desarrollo de los factores protectores de la salud y en el fortalecimiento de las capacidades de los adolescentes para tomar decisiones en favor de su propia salud. Antes que en resolver problemas de salud, se pone la atención en todo aquello que favorece la salud y la participación

12 (alumnos, liceo, la comunidad)
Foco de las acciones Rol asignado (alumnos, liceo, la comunidad) Concepto de salud Prevención Centrada en la enfermedad o en los “factores de riesgo” Usa a la inst. educ. como “diana”, “población cautiva” de acciones verticales o “mensajeros” hacia las familias y comunidades. La institución tiene un rol pasivo y receptor Los temas y conceptos de salud son establecidos por especialistas externos a la institución educativa Educación para la Salud Centrada en la incorporación de información y/o conocimientos Procura llegar a la comunidad “ a través de los alumnos “ El concepto de salud y de lo “saludable” lo establece el maestro/profesor o especialista. Promoción de la Salud Centrada en “los determinantes de la salud” y el impulso de “factores protectores” Escuelas/liceos, alumnos y comunidad son instados a participar activamente. Protagonismo del alumno en las iniciativas El concepto de salud y de lo “saludable” se construye. La maestra/o o profesora/o es un facilitador de esa construcción

13 Educación para la Salud
Psicología Criterio Prevención Apela al temor ante los riesgos Específica. Aborda un problema o riesgo en particular. Intermitente. Puntual Educación para la Salud Apela a establecer un ejemplo para que el alumno siga. Es normativa, valorativa. Autoritaria? Tratamiento curricular de los temas o “transversal” al curriculum Promoción de la Salud Procura que el niño se implique y encuentre su propia manera de cuidarse Inespecífica, aborda la salud en sentido integral, promueve una cultura de la salud

14 La Promoción de Salud y el Proyecto de Centro
Si bien la responsabilidad de las instituciones educativas por la salud es importante, la promoción de la salud en estos lugares debe contribuir siempre a su rol específico que es la enseñanza. La acumulación de necesidades y servicios convierte a los centros de estudios en un repertorio de programas asistencialistas. Esto desvirtúa su misión y termina afectando las posibilidades de enseñanza y de aprendizaje, especialmente en los sectores vulnerables y de contexto social crítico, donde justamente lo más necesario es lograr resultados educativos

15 La Promoción de Salud y el Proyecto de Centro
Las actividades de promoción de salud no deben de competir con la planificación escolar, ni agregarse a ellas, sino que se deben integrarse, aportando al mejoramiento de la calidad de los procesos de enseñanza y de aprendizaje Se debe contribuir a mejorar las “ variables educativas” directas e indirectas, tales como la asistencia a clase, la participación de las familias, el rendimiento y la motivación de los niños/as y las/os adolescentes o el compromiso del equipo docente.

16 La Promoción de Salud y el Proyecto de Centro
Cuando se logra que la promoción de la salud se integre al proyecto educativo, procurando de esta forma, resolver situaciones prácticas y relevantes de la vida cotidiana se contribuye a cumplir el rol esencial de una institución educativa: formar integralmente a los alumnos, trasmitiendo saberes socialmente significativos. Las sustentabilidad de los programas de promoción de la salud en el ámbito educativo requiere, entonces, la participación activa y comprometida de la comunidad educativa, siendo la participación de los profesionales de la salud puntual y complementaria.

17 Cuando desde la institución educativa, las propuestas de salud tienen como eje la participación y promueve (tanto dentro como fuera de los centros educativos) conocimientos, actitudes y habilidades en los adolescentes, y especialmente habilidades para la vida, puede estimular tempranamente comportamientos saludables y prevenir enfermedades.

18 Pero sobre todo puede contribuir a desarrollar la capacidad de los adolescentes de ejercer su derecho a informarse y ser escuchados, su habilidad para pensar críticamente, comunicarse, respetar opciones distintas de la propia, cooperar, negociar, resolver problemas, tomar decisiones responsables, promover y proteger su salud y la de otros, entablar relaciones sanas, acudir a servicios y reclamar por políticas y entornos saludables, ayudando a crearlos; promoviendo desde las instituciones una variedad de experiencias de aprendizaje, con un énfasis en métodos participativos y perspectiva de género.

19 La superación del modelo tradicional de la “salud escolar” (en el que la centro educativo es una mera “población cautiva” de las intervenciones preventivas organizadas por el sector salud) por una estrategia de Instituciones Educativas Saludables que anide en el proyecto educativo de centro, implica articular las acciones curativas, preventivas y promocionales que son necesarias para el desarrollo integral y saludable de los niños/as y las/os adolescentes.


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