H. Basilio Rueda Guzmán, “Capítulo General Especial”, Circular del 2 de enero de 1968 Serie meditativa 09 cepam H. Basilio Rueda Guzmán, “Capítulo General Especial”, Circular del 2 de enero de 1968 Serie meditativa 09 cepam

“Probablemente pocas cosas hayan definido mejor a nuestro Fundador como su capacidad de formar hombres para la vida religiosa; fue su pasión el apetito de engendrar hijos espirituales capaces de continuar y llevar a cabo su obra. Leyendo las biografías de los primeros Hermanos uno no sabe qué admirar más, si la reciedumbre y plenitud de valores humanos que supo forjar en ellos, o la intensa vida espiritual, la docilidad a la voluntad divina, el hambre de intimidad con Dios y la generosidad de respuesta que consiguió inspirarles.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “Capítulo General Especial”, Circular del 2 de enero de 1968, Vol. XXIV, N° 1-5, p. 384) “Probablemente pocas cosas hayan definido mejor a nuestro Fundador como su capacidad de formar hombres para la vida religiosa; fue su pasión el apetito de engendrar hijos espirituales capaces de continuar y llevar a cabo su obra. Leyendo las biografías de los primeros Hermanos uno no sabe qué admirar más, si la reciedumbre y plenitud de valores humanos que supo forjar en ellos, o la intensa vida espiritual, la docilidad a la voluntad divina, el hambre de intimidad con Dios y la generosidad de respuesta que consiguió inspirarles.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “Capítulo General Especial”, Circular del 2 de enero de 1968, Vol. XXIV, N° 1-5, p. 384)

“La juventud sigue respondiendo positiva y generosamente cada vez que se le ofrece un ideal de auténtica vida evangélica y de entrega al Reino, encarnado en hombres que saben vivirlo plenamente, inmersos en el mundo de hoy, comprometidos con su problemática y sus necesidades tanto como con el Evangelio y sus exigencias, en un difícil pero realizable equilibrio entre dos diálogos simultáneos: vertical uno y horizontal el otro.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “Capítulo General Especial”, Circular del 2 de enero de 1968, Vol. XXIV, N° 1-5, p. 386) “La juventud sigue respondiendo positiva y generosamente cada vez que se le ofrece un ideal de auténtica vida evangélica y de entrega al Reino, encarnado en hombres que saben vivirlo plenamente, inmersos en el mundo de hoy, comprometidos con su problemática y sus necesidades tanto como con el Evangelio y sus exigencias, en un difícil pero realizable equilibrio entre dos diálogos simultáneos: vertical uno y horizontal el otro.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “Capítulo General Especial”, Circular del 2 de enero de 1968, Vol. XXIV, N° 1-5, p. 386)

“Se nos invita a volver la mirada al Fundador y renovarnos en su espíritu. Hemos de redescubrir su secreto educativo: supo dosificar la disciplina que forja los caracteres con la sana libertad que madura en responsabilidad, aunar la comprensión paciente y el aliento con una exigencia graduada, aceptar las limitaciones de cada uno sin dejar por eso de estimularle a caminar. Y por encima de todo, tuvo el arte de sembrar las almas de esperanza.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “Capítulo General Especial”, Circular del 2 de enero de 1968, Vol. XXIV, N° 1-5, p. 386) “Se nos invita a volver la mirada al Fundador y renovarnos en su espíritu. Hemos de redescubrir su secreto educativo: supo dosificar la disciplina que forja los caracteres con la sana libertad que madura en responsabilidad, aunar la comprensión paciente y el aliento con una exigencia graduada, aceptar las limitaciones de cada uno sin dejar por eso de estimularle a caminar. Y por encima de todo, tuvo el arte de sembrar las almas de esperanza.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “Capítulo General Especial”, Circular del 2 de enero de 1968, Vol. XXIV, N° 1-5, p. 386)

“El punto primero de una formación son los formadores. Quiero pedir del modo más serio a los Hermanos Provinciales y a sus consejos que no duden ante la conveniencia de poner los mejores hombres de la Provincia al frente de las Casas de formación y luego, en torno a ellos, a los más prometedores Hermanos completando el equipo. Al hacer la selección de esos hombres predeterminan ya la fase primera o fundamental de su Provincia.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “Capítulo General Especial”, Circular del 2 de enero de 1968, Vol. XXIV, N° 1-5, p. 395) “El punto primero de una formación son los formadores. Quiero pedir del modo más serio a los Hermanos Provinciales y a sus consejos que no duden ante la conveniencia de poner los mejores hombres de la Provincia al frente de las Casas de formación y luego, en torno a ellos, a los más prometedores Hermanos completando el equipo. Al hacer la selección de esos hombres predeterminan ya la fase primera o fundamental de su Provincia.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “Capítulo General Especial”, Circular del 2 de enero de 1968, Vol. XXIV, N° 1-5, p. 395)

“Sólo un tipo de hombres podrán dar solución al grave problema de la deserción vocacional que se registra en no pocas casas de formación. La juventud necesita tocar, hay que hacerle tangible, realista, y dinámica la vida cristiana, la vida religiosa, la vida marista, en esos hombres que arrastran en pos de sí a los muchachos y contagian sus deseos de seguir al Señor, del mismo modo que a la juventud no suele apasionarle el fútbol más que a través de tal o cual futbolista.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “Capítulo General Especial”, Circular del 2 de enero de 1968, Vol. XXIV, N° 1-5, p. 398) “Sólo un tipo de hombres podrán dar solución al grave problema de la deserción vocacional que se registra en no pocas casas de formación. La juventud necesita tocar, hay que hacerle tangible, realista, y dinámica la vida cristiana, la vida religiosa, la vida marista, en esos hombres que arrastran en pos de sí a los muchachos y contagian sus deseos de seguir al Señor, del mismo modo que a la juventud no suele apasionarle el fútbol más que a través de tal o cual futbolista.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “Capítulo General Especial”, Circular del 2 de enero de 1968, Vol. XXIV, N° 1-5, p. 398)

Deja que lo que has leído se hunda lentamente en tu espíritu. Ora al Señor por medio de María para que lo comprendas mejor y lo lleves a la vida Deja que lo que has leído se hunda lentamente en tu espíritu. Ora al Señor por medio de María para que lo comprendas mejor y lo lleves a la vida