Lo forman el conocimiento de las necesidades, intereses y posiciones de los clientes y los inversores. Al igual que el marketing de producto, en el marketing bursátil tiene que aplicarse el mix de las diferentes variables del marketing.

Lo primero es comprender las necesidades de los inversores y del mercado. Entre estas necesidades se encuentra el hecho de que los inversores no necesitan saber solamente que la empresa tiene beneficios, sino porqué. Además, tenemos que aplicar consecuentemente la segmentación, la determinación del público objetivo y el posicionamiento a la penetración en el mercado de la empresa.

Pero, sobre todo, la clave está en mantener a los inversores, es decir, en fidelizarlos. Para ello, hay que conocer con precisión el comportamiento del inversor, del mismo modo que hay que saber por qué algunos compran y otros dejan de hacerlo. Si las empresas son capaces de aplicar correctamente estas claves de marketing bursátil, como ha quedado demostrado con General Electric, obtendrán enormes incrementos de valor.

-Los conocidos conceptos de marketing (como segmentación, selección del grupo objetivo y posicionamiento) tienen que aplicarse a la penetración de la empresa en el mercado. -- Muy importante es conocer la dinámica del comportamiento del inversor, del mismo modo que hay que saber por qué algunos no compran y otros dejan de hacerlo. Conviene más mantener a los inversores que captar nuevos y perderlos rápidamente.

- El marketing bursátil se concentra en la estrategia de la empresa y su transformación en forma de equity- story. - El marketing bursátil requiere un equipo profesional que se dedique íntegramente a esta tarea y que sea suficientemente competente en este terreno. La eficacia en bolsa se consigue mejorando la información dirigida a los inversores y contemplando el negocio rigurosamente desde su perspectiva.

En definitiva, el marketing bursátil requiere una visión completamente nueva y va mucho más allá de las tradicionales Investor Relations. El marketing bursátil comienza con los clientes, con los inversores institucionales y los privados. Sus necesidades, intereses y posiciones constituyen el punto de partida.

Internet y los avances tecnológicos no solo propician un cambio en el funcionamiento interno de las empresas; también los inversores han comenzado a analizar el valor en bolsa de las corporaciones desde otro punto de vista. Para que una compañía capte la atención de los inversores no basta con demostrar un buen funcionamiento interno, sino que es necesario convencer del dinamismo de las relaciones, las oportunidades de venta cruzada y su capacidad para aumentar el margen de beneficios.