Violencia contra las mujeres Programa Jornadas de reflexión sobre Violencia y Seguridad 2009 Conferencia del Episcopado Mexicano Lic. Lucha Castro
Propósito: Que los participantes conozcan y comprendan la conformación del paradigma patriarcal y sus efectos de violencia en el estilo de vida cultural que está presente en la relación mujer – hombre – instituciones, para generar una conciencia sensible y crítica dispuesta a encontrar una relación de mayor respeto desde una pastoral con perspectiva de género. .
I. VER: DESCRIBIR Anécdota de caso. Situación de la mujer en el Estado de Chihuahua y del país México: Feminicidios Situación legal Derechos humanos
ii. Reflexionar desde la perspectiva de género. Los roles y los estereotipos están en nuestros “huesos culturales”, es decir, en las creencias, valores y costumbres que nos dan identidad y que se han aprendido a través de las relaciones que nos socializan a través del juego, los premios, los castigos, la aceptación y el rechazo, que se dan en nuestros espacios de relación: la familia, la escuela, la iglesia, etc. .
Así, a través de estas dinámicas culturales los hombres fueron jugando a ser independientes, autónomos y fuertes; a mandar e imponerse o a obedecer y agachar la cabeza ante los más fuertes; a expresar el enojo y luchar por lo que se quiere. Las mujeres, en cambio, fuimos jugando a ser dependientes, dóciles y mostrarnos vulnerables; a ceder las opiniones o ejercerlas de manera indirecta; a expresar el llanto y sentirse culpables. Si observamos los juegos de los niños podremos captar estos aprendizajes a través de las acciones.
¿Qué es un Paradigma? Los seres humanos creamos en nuestra cultura los paradigmas, sin embargo, somos a la vez creados por los paradigmas, como autores de un cuento en que finalmente, acabamos atrapados por su historia.
El paradigma es un discurso sobre el mundo. Un modelo El paradigma es un discurso sobre el mundo. Un modelo. El lugar desde donde miramos y describimos la realidad: De sí mismo, los otros, la naturaleza, la sociedad, la cultura y lo trascendente.
Paradigma patriarcal El paradigma que subyace en nuestra cultura de los roles y estereotipos acerca del hombre y la mujer es el patriarcal. Es un discurso de poder asociado a la fuerza sea física, psicológica, económica, política, etc. El empleo de la fuerza se constituye en un método de doblegar la fuerza de otro, sea en los roles complementarios o entre iguales.
Así la violencia son todas aquellas acciones que invalidan al otro como un legítimo otro en la relación con uno, por ejemplo, cuando descalificamos o reprimimos la forma de pensar, sentir y actuar del otro.
Efectos en la relación mujer – hombre Las diferentes formas en que los varones ejercen la violencia con las mujeres van desde el golpe, el grito y la intimidación de manera abierta y frontal, hasta otras más sutiles; algunos autores le llaman la violencia invisible (microabusos y microviolencias) que se pueden distinguir en las siguientes acciones: descalificar, ignorar, reprimir, ridiculizar, minimizar o simplemente no escuchar.
Efectos en la relación mujer – instituciones. Abusar de la capacidad femenina de cuidar a otros encasillando a la mujer a una dimensión de madre y esposa; o en los roles de cuidado como secretaria, asistente, profesiones de servicio. Sobrecargando de trabajo a la mujer que sirve y se le exige total disposición en los diferentes espacios relacionales como el laboral y doméstico.
Limitando o reprimiendo la participación de la mujer en roles de liderazgo, políticos, ejecutivos, etc. Minimizando la violencia que es ejercida por los hombres o culpando a la mujer de provocar el enojo. Culpando y justificando de provocación a las mujeres que han sido victimizadas por abuso o violación sexual.
iii. Posibles líneas de acción Incorporar en la pastoral una perspectiva de género: Que denuncie las creencias y las conductas así como los efectos de un paradigma patriarcal. Una pastoral que favorezca la autoestima, autonomía y liderazgo de la mujer sin perder su ternura y capacidad de servicio.
Una pastoral que favorezca la ternura, el amor y la acción de servicio del hombre sin que pierda su autonomía. Favorecer la colaboración. Identificar los derechos humanos de la mujer desde la perspectiva de género que reconoce y pone en evidencia una desigualdad cultural con efectos psicológicos, legales, políticos y económicos que ponen en desventaja de oportunidades a la mujer.
Recuperar desde la teología: la dignidad y equidad de la mujer y del hombre como hijos de Dios, ambos a su imagen y semejanza.