TRASTORNO DESAFIANTE OPOSICIONAL Colegio San Jorge de Inglaterra Departamento de Psicología Agosto 2007

Trastorno desafiante oposicional Todos los niños en ciertas ocasiones se pueden mostrar desafiantes o desobedientes con sus padres, sus maestros o con otros adultos, principalmente cuando se encuentran cansados, con hambre, estresados, preocupados o indispuestos. Esta conducta se observa muy frecuentemente en los niños entre los dos y tres años de edad como parte normal de su desarrollo, ya que en esta etapa comienzan a formar su propia identidad, establecer su autonomía y a imponerse normas y controles. Otro periodo en el cual podemos ver este comportamiento es la adolescencia, como expresión de la necesidad de independizarse de los padres y desarrollar su propia personalidad. Cuando el comportamiento desafiante, hostil y desobediente se convierte en un patrón recurrente por más de seis meses o aparece con mayor frecuencia que en otros niños de la misma edad o del mismo nivel de desarrollo hablamos de Trastorno Desafiante Oposicional(TOD).

Qué es? Es un patrón de comportamiento, propio de los niños en edad escolar, que consiste en una actitud negativista, provocadora y desafiante frente a las figuras de autoridad, además de un rechazo al cumplimiento de normas y solicitudes hechas por los adultos. Este comportamiento es persistente, se presenta por un periodo mayor a seis meses y con mayor intensidad que en otros niños de su misma edad. Este trastorno interfiere casi siempre en sus relaciones interpersonales, su vida familiar y su rendimiento escolar. Como consecuencias secundarias a estas dificultades los niños suelen tener: baja autoestima, escasa tolerancia a las frustraciones y depresión

Cómo se detecta? Criterio A. Usted observa cuatro de los siguientes comportamientos por un tiempo mayor de seis meses o con una intensidad mayor que la que se observa en niños de la misma edad: 1. Hace berrinches y pataletas frecuentemente. 2. Discute con los adultos muy a menudo. 3. Se rehusa a cumplir las solicitudes y reglas impuestas por los adultos o hace todo lo contrario a lo que se le pide. 4. A propósito molesta o indispone a otras personas. 5. Le hecha la culpa de sus errores o sus malos comportamientos a otros 6. Es muy susceptible o fácilmente irritable 7. Luce colérico y resentido 8. Se muestra rencoroso y vengativo

Cómo se detecta? Criterio B. El trastorno provoca deterioro significativo de las relaciones del niño o adolescente con el entorno social, con la familia y disminuye su rendimiento escolar. Criterio C. Los comportamientos mencionados anteriormente no aparecen durante períodos de mucha tensión o trastornos del estado de ánimo. Criterio D. El niño debe estar en edad escolar y su comportamiento no debe violar serias normas sociales ni los derechos de los demás.

¿ Qué tan frecuente es éste trastorno? Se ha encontrado que del 5- 15 % de los niños en edad escolar cursan con trastorno desafiante oposicional. Aunque puede aparecer desde los 3 años de edad, lo más común es que comience hacia los 8 años. Es mas frecuente en varones que en niñas antes de la adolescencia, ya que a partir de ésta se encuentra en la misma proporción.

¿ Qué tan frecuente es éste trastorno? Se ha observado que estos niños tienen predisposición de temperamento hacia una voluntad fuerte con grandes preferencias marcadas por lo que muchos padres tienen dificultad para controlarlos; el problema se presenta cuando los padres quieren ejercer el poder según sus propias conveniencias y además quieren crear sobreprotección, por lo que el niño o adolescente, en un esfuerzo por establecer su propia autonomía y hacer respetar su propia identidad, desarrolla un trastorno desafiante oposicional.

¿Qué deben hacer los padres si su hijo tiene este trastorno? La superación del conflicto padres-hijo es un buen pronóstico para la superación del problema. Si usted utiliza castigos verbales o físicos debe evitarlos ya que éstos pueden provocar la aparición de agresividad en el niño. Como la crianza de él puede resultar muy laboriosa, usted debe solicitarle al pediatra o al médico familiar que los remita (padres y niño) a psicólogo o psiquiatra infantil, quienes podrían tratarlo y podrán identificar otras desordenes que el niño pueda presentar (dificultad para el aprendizaje, depresión, ansiedad, etc). El tratamiento incluye: * Programas de Educación a los Padres para ayudarlos a manejar el comportamiento del niño. * Tratamiento Individual (para el niño), * Tratamiento Familiar para mejorar la comunicación. * Tratamiento específico para disminuir su negativismo * Educación en Comportamiento social para estimularle la obediencia y mejorarle su tolerancia a la frustración con sus compañeros.

Recomendaciones Reforzarle los comportamientos positivos (obediencia, cooperación) con elogios o frases estimulantes. Hacer una pausa si usted está a punto de iniciar un conflicto con el niño. Apoyar al niño si él es el que decide tomar un tiempo. Puesto que el niño tiene dificultad para evitar las discusiones, usted debe establecerle sus propios límites, por ejemplo permitirle que en su habitación el tome sus propias decisiones y usted no interferirá en lo que él haga allí, pero en el resto de lugares él deberá obedecerle. Ponerle límites razonables de acuerdo a su edad. Mantenga el interés en otras tareas, no permita que su niño le quite todo su tiempo y energía. Maneje su estrés con ejercicios y relajación.

Bibliografía Caballo,V. Manual de Psicología Clínica Infantil y del Adolescente. Ediciones Pirámide. Madrid – 2001. http://www.psiquiatria.org.co/acp/AcpVariosHTML.php?id_acp=20