Un nuevo desafío en la docencia del Derecho Romano: el EEES Ana Alemán Monterreal Universidad de Almería Facultad de Derecho Como es sabido el EEES supone un replanteamiento de los objetivos y de los fines generales de la docencia universitaria. En este ámbito una amplia terminología se consagraba como protagonista indiscutible: estrategias docentes y metodológicas, elementos de trabajo, nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, conocimiento y evaluación del alumno basado en el aprendizaje, adquisición de habilidades, competencias, destrezas etc, y ello, sin mencionar los más diversos recursos que se incluían bajo estos epígrafes: “Lluvia de ideas”, “Portafolios”, “Tarima”… El EEES se presentaba así como un proceso de cambio radical en la docencia universitaria que pretendía, por un lado, una transformación del profesor mero transmisor del saber a un profesor guía del alumno en su proceso de formación; de otro, el cambio de un alumno receptor pasivo del conocimiento a un alumno convertido ahora en protagonista activo de su aprendizaje, el que, por lo demás, debe adquirir y desarrollar las más diversas y variadas competencias. Ciertamente, nunca entendimos la docencia del Derecho Romano en la concepción aludida con anterioridad al proceso de Bolonia, y ciertamente, nunca pensamos que esa amplia terminología pedagógica vinculada al EEES encerraba mecanismos tan próximos para algunos docentes del Derecho. En esta comunicación-póster señalamos algunas de las tareas emprendidas en nuestra docencia del Derecho Romano, para mencionar, a continuación, las principales dificultades encontradas. Teniendo siempre presente que cualquier proceso de cambio debe ser progresivo, debe evitar las grandes rupturas, y debe adaptarse las peculiaridades de su principal protagonista: el alumno, nuestra docencia se centra fundamentalmente: sesiones teóricas, sesiones prácticas, tutorías y actividades complementarias; todas ellas, en íntima interconexión. En este ámbito, utilizamos los siguientes instrumentos: 1.- Partiendo de la guía docente la primera unidad didáctica –marco histórico, fuentes y recepción- se desarrolla mediante la elaboración por el alumno de unos “apuntes personalizados” que realiza con la bibliografía recomendada y la resolución de problemas planteados en las sesiones teóricas. Estos apuntes son objeto de un seguimiento individual y de su posterior corrección, constituyendo, en su caso, el material para la realización de una prueba. 2.- En las siguientes unidades didácticas que integran la guía docente –derecho privado romano-, instamos al alumno a una lectura detenida del tema y a la elaboración de un esquema-resumen previo, para proceder, seguidamente, a una exposición de sus aspectos fundamentales y de los principales problemas con los que se han encontrado. 3.- Posteriormente, concluida la unidad correspondiente se procede a la realización por escrito de algunas preguntas atinentes a su contenido para determinar el nivel de conocimiento y comprensión adquirido por el alumno. 4.- Igualmente se recurre al practicum, sustentado sobre todo en el método del caso, con un doble objetivo, por un lado, una mayor profundidad de los contenidos de las unidades que integran la asignatura; por otro, la adquisición y perfeccionamiento de las reiteradas “habilidades o destrezas generales y específicas” que el alumno debe adquirir en su formación jurídica. Estas prácticas son corregidas individualmente, sin perjuicio, de la discusión posterior de las conclusiones del alumno, intentando orientar sus respuestas y preguntas, y haciéndoles llegar a las diversas soluciones que el caso admite, iniciándolos, de este modo, en la práctica jurídica. 5.- Considerando ab initio a las tutorías como un instrumento determinante para el apoyo y asesoramiento del alumno, recurrimos a diversas estrategias para incentivarlo en esta asistencia personalizada, que le ayuda a orientar su esfuerzo y a resolver las dificultades con las que se encuentra. 6.- Junto a ello, nos iniciamos en nuevas técnicas, como el uso de la Webct, para facilitar, complementar y reforzar la docencia presencial. 7.- Finalmente, recurrimos a las siguientes actividades complementarias: 1ª) Realización de una actividad específica, fuera del horario de clase, que se viene desarrollando en los viernes, entre ellas: foros de debate en grupos reducidos sobre temas elegidos por los alumnos y en estrecha conexión con nuestra disciplina; exposiciones en grupo o individuales y posterior debate del tema, etc. Concretamente, este curso académico desarrollaremos la actividad “Inicio en la fundamentación y en la retórica jurídica”, de la que el alumno ya conoce su contenido y el período de tiempo dedicado a la misma. 2ª) Asistencia a cursos, jornadas, congresos... El alumno refuerza su formación mediante su asistencia a actividades, conferencias o jornadas sobre distintas materias de actualidad jurídica en estrecha interconexión con la disciplina, con la finalidad de complementar su proceso de “enseñanza-aprendizaje”, mostrándole la actualidad y pervivencia de una disciplina histórica. Se introduce al alumno en el mundo del derecho sobre temas de máximo interés social, uniones de hecho, menores, etc., ampliándose, de este modo, su formación universitaria y sus conocimientos jurídicos. Entre los numerosos problemas que estas prácticas docentes conllevan, piénsese por ejemplo: en la dedicación que requieren, en el tiempo empleado, en el esfuerzo que representan, en el número elevado de alumnos, etc.; destacando una realidad preocupante: la imposibilidad de nuestra labor como investigadores del Derecho Romano. Y ciertamente, si la docencia es la razón de ser de la universidad, no es menos cierto, que la investigación es imprescindible para realizar una buena docencia, por lo que, concluimos, planteando la siguiente cuestión: ¿cómo conciliar la docencia y la investigación romanística en el ámbito del EEES?.