AUDIENCIA COMISIÓN ASESORA PRESIDENCIAL SOBRE INCLUSIÓN SOCIAL DE PERSONAS EN SITUACIÓN DE DISCAPACIDAD CENTRO UC SÍNDROME DE DOWN VERÓNICA LILLO S. MARZO, 2015

ANTECEDENTES

Antes de comenzar, es relevante destacar que estos planteamientos, responden a un espíritu que busca sumarse al esfuerzo colectivo de esta importante convocatoria, pretenden ser complementarios y coherentes con las metas de esta Comisión. Esta presentación se enmarca en el contexto de la Educación. Fundamentalmente, se pretende destacar el rol de la corresponsabilidad social como factor determinante./

EL PROBLEMA

En el texto de la Política Nacional para la Inclusión Social de las Personas con Discapacidad (2013 – 2020), se encuentran una serie de datos que tienden a confirmar, entre otros aspectos desfavorables, que en nuestro País existe una concentración de la discapacidad en los niveles socioeconómicos más bajos, que esta población es mayoritariamente adulta, y que el escaso acceso a educación, salud y trabajo, los sitúa en una condición de pobreza, desigualdad y mayor vulnerabilidad. A lo anterior, se suma la situación de las familias, quienes en su mayoría comparten la condición anteriormente descrita, y ven afectados los Proyectos de Vida de todos sus miembros.

PROPUESTA

En esta propuesta, fundamentalmente se pretende destacar el rol de la corresponsabilidad social como factor determinante. Para avanzar hacia el cambio cultural, es indiscutible la relevancia del rol educativo de la Escuela, mientras más temprano se inicien estos procesos formativos, mayor y más determinante será el impacto positivo para el desarrollo integral y calidad de vida de nuestros niños y jóvenes. Así, la Escuela puede ser concebida como vehículo social, en lo que se refiere a su contribución para el logro de estas metas. Sin embargo, la Escuela por sí sola no es capaz de generar el cambio cultural que se requiere, la sociedad en su conjunto es responsable de aquello. /

Por lo tanto, se hace necesario que la población adulta se inserte en un proceso de educación continua, (desde sus diversos contextos, familiares, laborales, sociales, etc.), a través de una formación que aplique los principios de aprendizaje del adulto (Andragogía). Esta Educación, debe facilitar entre otros propósitos, que el adulto desaprenda una serie de actitudes que se constituyen en barreras que impiden el nuevo aprendizaje y el compromiso con el modelo social que se pretende instaurar.

A modo de ejemplo, estas actitudes que interfieren con este modelo social, son individualistas y competitivas y están centradas en la búsqueda del bien personal por sobre el bien común. En definitiva, son aquellas que explican nuestra actual condición de sociedad excluyente y segregadora. El aprendizaje de actitudes corresponde particularmente a los ámbitos del desarrollo emocional y social. Su implementación coherente con el modelo social, genera la adquisición de competencias, tales como: proveer actitudes positivas ante la vida, fortalecer habilidades sociales, desarrollar la empatía y potenciar mejores relaciones con los demás (Viloria, 2005). /

INSTRUMENTO SUGERIDO Para concretar esta propuesta, se sugiere la aplicación del “Índice de Inclusión. Desarrollando el aprendizaje y la participación en las escuelas”, (Booth, T. & Ainscow, M. 2000). Este instrumento, contiene un conjunto de materiales diseñados para apoyar a las escuelas, en el proceso de avanzar hacia una educación inclusiva. Consiste en un proceso de autoevaluación de las escuelas, en relación con tres dimensiones: la cultura, las políticas y las prácticas de una educación inclusiva. El Índice de Inclusión es una herramienta probada y altamente exitosa, toda vez que su aplicación ha contemplado los principios que lo inspiran y el rigor metodológico que amerita.

FACTORES CLAVE Algunos factores clave que deben ser contemplados para avanzar en este proceso de transición, son: Asignar el rol que le corresponde a la población adulta en el desarrollo de la corresponsabilidad social: Para ello, se hace necesario un proceso de educación continua para el adulto. Las sensibilizaciones y acciones comunicacionales por sí solas, son insuficientes. /

Los profesionales y el personal que trabaja en los contextos escolares, deben recibir una sólida formación en los principios que inspiran a una sociedad inclusiva. Ello, es condición necesaria para recalificarse posteriormente en atención a la diversidad. Los contextos laborales deben prepararse para asegurar las condiciones facilitadoras de la inclusión. Ello contempla un cambio en su cultura, políticas y prácticas./

Asegurar el aprendizaje y desarrollo integral de la población escolar, en calidad y equidad: Equiparar los cuatro pilares del conocimiento: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser (Delors, 1996). Cabe señalar, que el aprender a vivir juntos, es el que propicia el desarrollo de la conciencia social y es el más postergado en nuestras políticas y prácticas educativas. Incorporar estos cuatro pilares del conocimiento en los sistemas de evaluación de calidad. Propiciar un proceso de desarrollo vocacional, en atención a la diversidad. /

Apoyar a la familia como núcleo fundamental de la sociedad: Concebir a la familia desde una perspectiva sistémica, reconociendo la relación de implicancia que se da entre sus miembros, (influencia y afectación mutua). Cada uno merece un proyecto de vida personal y comunitaria. Generalmente, muchos miembros de la familia deben postergar o frustrar sus proyectos.

Las comunidades de aprendizaje y los grupos de pares, son experiencias exitosas en el desarrollo de grupos de contención y apoyo a la familia. Particularmente, en la medida en que reconocen y valoran la experiencia y el conocimiento resiliente de sus miembros. Las familias de las personas en situación de discapacidad, presentan necesidades que son propias a su condición, la que se ve agravada por el contexto social en el cual se desenvuelven. /

Ampliar el conocimiento y difundir las buenas prácticas: Incorporar mecanismos de investigación, innovación y desarrollo. Asegurar la comunicación efectiva del conocimiento, estimulando la reflexión y el aprendizaje profundo. Instaurar el análisis crítico, como un mecanismo de evaluación y mejora permanente de las prácticas sociales./

PARA FINALIZAR … ¿Por qué se ha desarrollado esta propuesta? “Porque todo hombre y toda mujer, tienen derecho a ser persona. Porque todo hombre y toda mujer, tienen la responsabilidad de colaborar, para que ello ocurra”. ¡MUCHAS GRACIAS!