Orientaciones Técnicas Internacionales sobre Educación en Sexualidad Enfoque basado en evidencia orientado a escuelas, docentes y educadores de la salud Orientaciones Técnicas Internacionales sobre Educación en Sexualidad
“Debemos decidir: o dejamos a los niños y niñas encontrar su propio camino en la nebulosa de información parcial, la desinformación y la explotación que podrían encontrar en los medios de comunicación, Internet, grupos de pares o personas inescrupulosas; o aceptamos la tarea de proporcionar una educación en sexualidad clara, informada, sustentada en hechos científicos e inspirada en los valores universales de respeto y derechos humanos”
Muy pocas personas jóvenes son educados en los temas de sexualidad y afectividad por lo que están en situación de vulnerabilidad. Otros llegan a la adultez con mensajes confusos o erróneos.
Entregar a las personas jóvenes conocimientos y habilidades que les permitan hacer elecciones responsables en sus vidas es un tema de creciente preocupación en todos los países particularmente en un contexto de alta exposición a materiales sexualmente explícitos que Internet y otros medios hacen posible.
Una educación en sexualidad efectiva puede entregar a las personas jóvenes información culturalmente relevante, científicamente rigurosa y apropiada a la edad del estudiante. Ésta debe incluir oportunidades estructuradas que les permitan explorar sus valores y actitudes, poniendo en práctica competencias esenciales para la toma de decisiones para elegir con fundamento la forma que desea conducir su vida sexual.
El entorno escolar ofrece una importante oportunidad para impartir educación en sexualidad a un gran número de jóvenes, antes del inicio de su vida sexual activa, así como hacerlo a través de una estructura adecuada, es decir, el currículo o oficial.
¿Cuáles son las metas de la educación en sexualidad?
La principal meta de la educación en sexualidad es entregar a niños, niñas y personas jóvenes el conocimiento, las competencias y los valores que les permitan asumir responsablemente sobre su vida sexual. Los maestros y maestras de aulas deben trabajar en colaboración con los padres, madres y comunidades con el fin de garantizar la protección y bienestar de niños, niñas y jóvenes.
La salud sexual y reproductiva de las personas jóvenes Una mala salud sexual y reproductiva es el factor que más contribuye a la carga de enfermedad entre personas jóvenes. Además aumentan los costos económicos de los países y las comunidades.
El proceso de desarrollo sexual de una persona abarca dimensiones físicas, sociológicas, emocionales, sociales y culturales. Asimismo, se encuentra estrechamente vinculado al desarrollo de la identidad del individuo y tiene lugar en contextos socioeconómicos y culturales específicos. La transmisión de valores culturales de una generación a otra es una parte crítica de la socialización en tanto que también incluye valores relacionados con el género y la sexualidad.
El papel de las escuelas El sector de educación juega un importante papel en la preparación de niños, niñas y jóvenes para asumir roles y responsabilidades propias del mundo adulto. Adicionalmente, en muchos países las personas jóvenes viven su primera experiencia sexual mientras aún asisten a la escuela, hecho que confiere a este entorno aún más valor en cuanto a representar una oportunidad para impartir educación acerca de la salud sexual y reproductiva.
Sin embargo, las escuelas sólo podrán ser efectivas si están en condiciones de: ofrecer protección y bienestar a sus estudiantes y personal; proporcionar intervenciones pertinentes de enseñanza y aprendizaje; y establecer nexos con servicios sociales, psicosociales y de salud. Por otra parte, las escuelas ya cuentan con la infraestructura apropiada, con una fuerza docente que muy probablemente represente una fuente de información confiable y con la oportunidad de impartir programas de largo plazo a través del currículo oficial.
La necesidad de abordar temas sensibles El desafío de la educación en sexualidad es llegar a las personas jóvenes antes del inicio de su vida sexual activa, independientemente que ésta se comience en forma voluntaria, motivada por la necesidad (a cambio de dinero, comida o refugio), por coerción o explotación.
Aspectos de la vulnerabilidad, en particular a factores socioeconómicos y asociados con discapacidades. Asimismo, algunos estudiantes, hoy o en el futuro, mantendrán relaciones sexuales con personas del mismo sexo.
Fortaleciendo el apoyo a la planificación e implementación de la educación en sexualidad Resistencia ‘percibida’ o ‘esperada’, producto de errores de interpretación sobre la naturaleza, propósitos y efectos de la educación en sexualidad. Muchas personas -incluyendo el personal de los ministerios de educación, directores y maestros de escuelas - pueden no estar convencidas de la necesidad de proporcionar educación en sexualidad. Se muestran reacios a impartirla por falta de confianza y de personal competente para hacerlo. Los valores personales o profesionales de los y las docentes también podrían entrar en conflicto con los temas que se les solicita abordar, o bien, puede darse el caso que no existan pautas claras sobre qué enseñar y cómo hacerlo.
ACTORES CLAVES Personas jóvenes representadas por su diversidad y las organizaciones que trabajan con ellas; Asociaciones de padres, madres, maestros y maestras; Tomadores de decisiones y autoridades políticas; Entidades gubernamentales, como el ministerio de salud u otros. Profesionales de la educación y establecimientos educativos, incluyendo maestros y maestras, profesores jefe e instituciones de formación docente;
Líderes religiosos y organizaciones basadas en la fe; Sindicatos de docentes y profesores; Institutos de formación para profesionales de la salud; Investigadores e investigadoras; Líderes comunitarios y tradicionales; Agrupaciones de personas lesbianas, gays y transgénero; Organizaciones no- gubernamentales (ONGs), en particular las dedicadas a trabajar con jóvenes en el campo de la salud sexual y reproductiva; Personas que viven con VIH; Medios de comunicación (locales y nacionales); y Donantes o agencias externas de financiamiento.
Los argumentos a favor de la educación en sexualidad En agosto de 2008, los ministerios de salud y educación de toda América Latina y el Caribe se dieron cita en Ciudad de México con el propósito de firmar una declaración histórica reafirmando el mandato de implementar la educación en sexualidad y prevención del VIH en toda la región. La declaración propicia el fortalecimiento de la educación integral en sexualidad y su inclusión como una de las áreas básicas de enseñanza en las escuelas primarias y secundarias de la región.
La Declaración Ministerial incluye: Un llamado a implementar y/o fortalecer las estrategias multisectoriales de educación integral en sexualidad y la promoción y el cuidado de la salud sexual, incluyendo la prevención del VIH; Entender que la educación integral en sexualidad abarca aspectos éticos, biológicos, afectivos, sociales, culturales y de género, así como de derechos humanos; el respeto por la diversidad de las orientaciones e identidades sexuales.