Razones de la funcionalidad de la redacción audiovisual
Diferencias entre escribir para ser leídos y escribir para emitir lo que se dice
Escribimos no para ser leídos sino para ser oídos. En el audiovisual no se lee sino que se dice. La información que será emitida sólo se verá y se escuchará una vez Las condiciones de recepción siempre tenderán a ser precarias Hay que contar con un bajo nivel de comprensión por parte del receptor
Y otras dos características importantes relativas a la recepción de la televisión: El contacto con lo que escuchamos/vemos por televisión tiene un componente emocional propio: lo que dicen me lo dicen a mi/me lo dicen en mi casa/me interpela personalmente En este contacto inmediato y vivo no existe la distancia y la abstracción propias de la lectura. La voz humana siempre tiene un contenido que nos toca emocionalmente.
Y una tercera propia de una construcción social: La audiencia de los medios audiovisuales tiene expectativas de calidad en el uso del lenguaje y de la expresión respecto a ellos. De manera consciente o inconsciente, los eleva a normativos en términos de standard (lingüístico, de costumbres o de usos sociales). La locución audiovisual siempre acaba siendo tomada como ejemplo.
Por tanto, lo que escribimos ha de ser: Fácil de oir Comprensible inmediatamente Asequible, audible y asimilable a la primera (incluso en una historia contada en secuencia) La contraparte auditiva de unas imágenes (vídeo y audio forman una sola narración)
Escribir contando con tu audiencia: tienes un público que te escucha
El redactor audiovisual debe tener muy en cuenta que escribe para un público audiooyente. Al que escribe para ser leído le basta con seguir las reglas de la gramática, la ortografía y la redacción periodística: su público captará visualmente el mensaje, podrá recorrerlo adelante y atrás si es necesario, podrá saltarse elementos, leer en diagonal o visualizar de una vez los titulares.
En cambio, el que escribe para ser escuchado debe seguir las reglas anteriores más las propias de la comunicación audiovisual.
Hay que tener en cuenta unas reglas básicas que se desprenden de esta determinación (que veremos en la próxima clase)