SEMIOLOGIA NEUROLOGICA Dr. Oliver Cabrera Medina Neurólogo
La importancia del examen neurológico en el diagnóstico de las enfermedades del sistema nervioso no puede ser suficientemente enfatizada.
En ninguna otra rama de la medicina es posible construir un cuadro clínico de una manera tan exacta con respecto a la localización y anatomía patológica-como lo es en la neurología.
Esto requiere no sólo la perspicacia diagnóstica, sino también de un conocimiento profundo de la anatomía subyacente y la fisiología del sistema nervioso; además sobre el aporte vascular, la neuropatología, la psicología, la psiquiatría, la neurofarmacología y disciplinas afines.
Además, la práctica neurológica exige el conocimiento de la neurorradiología, electroencefalografía, electromiografía, neuroquímica, microbiología, genética, neuroendocrinología, neurotransmisores e inmunología, epidemiología y una comprensión del sistema neuromuscular.
El diagnóstico neurológico es una correlación de los datos en el estudio del sistema nervioso humano en la salud y la enfermedad: una síntesis de todos los detalles obtenidos de la historia clínica, exploración y los estudios complementarios.
El tejido nervioso representa aproximadamente el 2% del cuerpo humano, y sin embargo, provee inervación a todas las partes del cuerpo. Si se disuelve el resto de los tejidos del cuerpo, el Sistema Nervioso sigue existiendo como una inmensa red de fibras además del cerebro, tronco cerebral y la médula espinal. Esta red es el gran receptor, efector y el mecanismo que correlaciona todo el cuerpo.
El sistema nervioso actúa en respuesta a los estímulos, se aclimata al individuo a su medio ambiente y ayuda en la defensa contra los cambios patológicos. La formulación de un caso, en términos de la relación del individuo con su enfermedad y la relación del paciente con aquellos a su alrededor y su medio ambiente, es tan importante como proporcionar un diagnóstico preciso. Si tenemos esto en cuenta, podemos ayudar con mayor eficacia a nuestros pacientes en el tratamiento de sus enfermedades, restaurar su salud, restablecer su equilibrio personal y ayudarles a recuperar su lugar en la sociedad.
La mayoría de las partes del sistema nervioso son inaccesibles para el examen directo, y su organización compleja y funciones integrales son difíciles de comprender con la observación superficial. Por otra parte, la disfunción neurológica es la primera manifestación de muchas enfermedades sistémicas (Crisis hipertensiva). El examen neurológico requiere habilidad, inteligencia y paciencia. Requiere observación precisa, realizándose en la mayoría de los casos, con la ayuda y la cooperación del paciente.
El examen debe llevarse a cabo de una manera ordenada, dedicando el tiempo y la atención adecuados para que arroje datos que traduzcan la condición real del paciente. Cada médico finalmente establece un método personal basado en la experiencia, pero el aprendiz debe seguir una rutina fija y sistemática hasta que esté muy familiarizado con el tema. Los intentos prematuros para abreviar el examen pueden resultar en costosos errores de omisión. Un enfoque sistemático es más esencial en neurología que en cualquier otro campo de la medicina, porque la multiplicidad de signos y variaciones en la interpretación pueden resultar confusos.
ausencia de ciertos signos puede ser tan importante como su presencia. Puede ser necesario de vez en cuando variar la rutina o modificar el examen de acuerdo con el estado del paciente y la naturaleza de su enfermedad. Si la fatiga y falta de atención interfieren con las pruebas, puede ser aconsejable cambiar el orden del examen o para completarlo en una fecha posterior. Es importante tener en cuenta que ligeras desviaciones de la norma pueden ser tan importantes como los cambios más pronunciados y que la ausencia de ciertos signos puede ser tan importante como su presencia. En ocasiones se pueden obtener pistas simplemente viendo al paciente realizar acciones cotidianas -tales como vestirse o desvestirse, atarse los cordones o caminar en la sala de examen.
Las anomalías en la realización de estas acciones pueden indicar trastornos que pueden escaparse en el examen más formal. La actitud del paciente, la expresión facial, el modo de reacción a las preguntas, la actividad motora y del habla: todos deben tenerse en cuenta. La capacidad de interpretar los signos neurológicos puede ser adquirida únicamente al llevar a cabo exámenes detallados, repetidos y exhaustivos, así como a través de la observación aguda y precisa. En la interpretación de un reflejo, por ejemplo, o en la valoración del tono muscular o de los cambios en la sensibilidad, pueden haber diferencias de opinión.
La única forma en que el observador puede llegar a estar seguro de su juicio es a través de la experiencia. Sin embargo, la ecuación personal puede entrar en cualquier situación y las conclusiones pueden variar. El factor importante no es una evaluación cuantitativa de las conclusiones, sino más bien, una interpretación o valoración de la situación en su conjunto. El uso de un esquema impreso o formulario con una lista de verificación para el registro de los elementos esenciales de la historia y la exploración neurológica es defendida por algunas autoridades y en algunas clínicas.
Con un esquema tal, diversos artículos pueden ser subrayados, encerrados en círculos, etc.. Se pueden utilizar designaciones numéricas para cuantificar factores tales como la actividad de los reflejos de estiramiento muscular (previamente ROT´s) o la fuerza motora. Tales formas pueden servir como ejercicios de enseñanza para el estudiante o principiante y como dispositivos de ahorro de tiempo para el clínico, pero no pueden sustituir a una descripción narrativa cuidadosa de los resultados del examen. Ninguna otra rama de la medicina se presta tan bien a la correlación de los signos y síntomas con la estructura enferma como la neurología hace. Sin embargo, es sólo por medio de un examen sistemático y una valoración exacta que uno puede obtener e interpretar adecuadamente los resultados.