Adaptación de la caña del caballo al ejercicio

Presentación del tema: "Adaptación de la caña del caballo al ejercicio"— Transcripción de la presentación:

1 Adaptación de la caña del caballo al ejercicio
Dr. Enrique Castillo M.V.

2 Galileo Galilei (1564-1642) Julius Wolff (1836-1902)
Galileo fue el primero en reconocer la relación que existe entre una fuerza aplicada y la morfología del hueso. En 1863 el notó una correlación directa entre el peso corporal y el tamaño de los huesos. Posteriormente en 1892, un anatomista alemán Julius Wolff, reportó que todo cambio en la función de un hueso esta seguido por cambios tanto en su arquitectura interna como en la externa, de acuerdo a leyes matemáticas. Estas observaciones de Wolff constituyeron la llamada “Ley de la transformación de los huesos” y son la base para los estudios que se han hecho sobre la adaptación del tejido óseo al ejercicio.

3 Cuando un caballo corre se originan diferentes tipos de fuerzas que varían según la intensidad de la carrera. Los sistemas corporales del caballo responderán tratando de adaptarse al stress del ejercicio. Los huesos y específicamente la “caña ” o tercer metacarpiano del caballo, responde a las fuerzas recibidas alterando tanto la forma como la constitución de la corteza del hueso. Un detalle importante es que dependiendo del tipo y la intensidad del ejercicio realizado, variará también el área del hueso que responderá al estimulo. En otras palabras las fuerzas que se generan durante el trote o el galope son distintas a las que se producen en un briseo y por supuesto en cada caso el hueso responderá de manera diferente.

4 Corte transversal de la “caña” o 3er Metacarpiano del caballo
El hueso es un tejido dinámico el cual cambia continuamente para mantener una resistencia optima y adaptarse a fuerzas externas. El objetivo del entrenamiento es aumentar la resistencia de los huesos mientras limita la posibilidad de injurias inducidas por el ejercicio. La hipertrofia del hueso ocurre cuando stress es aplicado al mismo. Los huesos resisten compresión, torsión y flexión en varias direcciones y pueden ser entrenado para resistir esto Corte transversal de la “caña” o 3er Metacarpiano del caballo La diferencia entre ambas figuras C y D se ve en el grosor de la corteza del hueso, especialmente hacia la cara dorsal del mismo, debido a la mineralización de la misma y formación de nuevo hueso. De igual forma se nota un cambio en la forma del hueso el cual se hace mas ovalado.

5 En el caballo la remodelación ósea y la adaptación de las estructuras del sistema musculo-esquelético al ejercicio empieza desde muy temprana edad. El potro nace con sus estructuras locomotoras suficientemente desarrolladas y adaptadas para desempeñarse eficientemente durante el galope, sin embargo los primeros 5 meses de edad serán de gran importancia. Durante estos primeros meses se producen grandes cambios estructurales y un crecimiento acelerado que será critico en el desarrollo del futuro atleta. El potro debe comenzar su actividad a potrero a escasos días de nacido, incrementándose gradualmente el numero de horas que estará “suelto” y el tamaño del potrero o corral donde realizará sus primero galopes. Estos primeros galopes generaran fuerzas sobre las estructuras locomotoras que incluyen huesos, músculos, tendones y cartílagos y que empezaran a responder a este estimulo externo haciéndose mas resistentes.

6 El ejercicio a potrero es fundamental para comenzar a estimular las estructuras del sistema músculo-esquelético y hacerlas más resistentes a las fuerzas que se producen durante la carrera. Aunque el tipo de ejercicio que un potrillo realiza a potrero es difícil de estimar, algunos investigadores han calculado que un potrillo podría gastar de 3.5 a 4 minutos al día divididos en 30 a 40 carreras cortas o “esprintadas” en el potrero. La razón de estos estudio se debe a que el ejercicio regular a potrero podría no ser suficiente estimulo y sólo el ejercicio a alta velocidad inclusive en edades tempranas, producirá el estimulo suficiente para comenzar a crear una base sólida de el aparato locomotor que le permita al potro posteriormente iniciarse con éxito en el entrenamiento.

7 Entre los 18 y 20 meses el potro entrará en el hipódromo para iniciar su entrenamiento. Sus primeros ejercicios serán muy suaves, trotando y galopando por algún tiempo. Si se aplica la ley de Wolff sobre la adaptación del hueso, más específicamente la caña o tercer metacarpiano, el hueso se estará adaptando a la fuerza que se produce durante un trabajo a baja velocidad, pero no se estará preparando para recibir fuerzas más intensas en esa mismo área del hueso a máxima velocidad. Debido a que el ángulo que adopta el miembro anterior del caballo durante un ejercicio varia completamente de acuerdo al tipo de ejercicio que se realiza, las fuerzas generadas afectarán áreas del hueso completamente distintas durante el trote, el galope o el briseo. En pocas palabras durante estos primeros mese de entrenamiento, el hueso se adaptará para realizar un ejercicio a baja velocidad pero no estará preparado para soportar ejercicios a alta velocidad.

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9 El potro alcanzará su acondicionamiento cardio-respiratorio antes de alcanzar la condición de sus estructuras locomotoras, esto hará que tenga una mejor disposición ante el ejercicio y comience a emplearse más intensamente. El ejercicio realizado hasta ese momento ha sido suficientemente fuerte para incrementar la capacidad aeróbica del caballo, pero no la adaptación total de su sistema músculo-esquelético. El estimulo del ejercicio a baja velocidad no ha producido cambios significativos en la mineralización ni en la densidad del hueso así como tampoco en la forma del mismo para ayudar a distribuir las fuerzas de mayor intensidad de una forma que permitan ser absorbidas por el hueso de una manera adecuada.

10 Con miras a hacer su debut el potro comenzará a ser exigido con ejercicios a mayor velocidad realizados más frecuentemente. Estos ejercicios en el caso específico de la caña provocarán una mayor deposición de calcio y formación de nuevo hueso sobre la cara anterior de la misma, aumentando el grosor de la corteza para hacerla más resistente al efecto de las fuerzas producidas durante el ejercicio. Esta respuesta del hueso ocurre de una forma paulatina durante los siguientes 10 a 12 días posteriores al briseo, en el cual el caballo se emplea a velocidades similares a las alcanzadas en carrera de hasta 15 metros por segundo. En un régimen de entrenamiento clásico los ejercicios fuertes a alta velocidad se pueden repetir cada 7 a 10 días, lo que significa que el hueso que recién se ha formado deberá soportar un nuevo “stress” que en ocasiones sobrepasa su resistencia y produce daño e inflamación del mismo. En el caso especifico de la caña o 3er Metacarpiano esta es la causa de una de las patologías que más comúnmente afecta a los potros en los siguientes 6 meses posteriores al inicio del entrenamiento conocida comúnmente como cañeras.

11 Las cañeras son una de las situaciones más frustrantes para cualquier entrenador o propietario, quien luego de meses de entrenamiento, ve retrasado el debut de su “pupilo” por una condición inflamatoria de la cara anterior del metacarpo principal. Algunos se han resignado a aceptarlas como parte del proceso de adaptación normal al ejercicio ya que afecta alrededor del 70% de los potros que inician su entrenamiento. El proceso natural de remodelación del hueso no ocurre lo suficientemente rápido para adaptarse a los ejercicios a alta velocidad, por lo que un proceso inflamatorio con daño de los tejidos alrededor del hueso, produce dolor de la cara anterior de la caña y limitación para ejercitarse lo que implica pérdida de tiempo y dinero por sumas que en Estados Unidos alcanzan hasta los 10 millones de dólares al año.

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