La difícil integración de los jóvenes en la edad adulta Pau Baizán Muñoz Daniel de Alegría Jan Guijarro Sergi Hernández

La difícil integración de los jóvenes en la edad adulta Introducción al objeto de estudio: la juventud y el proceso de integración a la edad adulta. “La síndrome del retraso”: definición del fenómeno; contextualización (el estado “familista”) y principales consecuencias sobre el individuo y la colectividad. Formación educativa, incorporación al mercado de trabajo y “síndrome del retraso”. La formación del “primer hogar”, la dependencia respecto la familia de origen y sus efectos. Políticas públicas: posibles respuestas ante la “síndrome del retraso”. Conclusiones y críticas.

Juventud y “síndrome del retraso” “Etapa de juventud”: conjunto de procesos mediante los cuales el individuo abandona la dependencia infantil y adquiere responsabilidades propias de un adulto. Se denomina “Síndrome del retraso” a la prolongación del periodo de incorporación a la vida adulta hasta una media de 30 años. Se trata de una situación anómala internacionalmente, ya que sólo afecta a aquellos países con un sistema de bienestar “familista” o “mediterráneo”: Grecia, Italia y España. Esto conlleva externalidades negativas a nivel individual y colectivo.

Incidencia del contexto institucional: el Estado de Bienestar “familiarista” (Saraceno, 1994) Régimen de bienestar de los Estados del Sur de Europa Transferencia de la provisión de bienestar del mercado y del Estado hacia las familias, que sustituyen o compensan el rol de estos. Este tipo de Estados refuerzan la estructura familiar tradicional, muy patriarcal y con baja emancipación de la mujer, que carga con la mayoría de las responsabilidades. “Familia” como estructura con recursos ilimitados con capacidad para absorber y resolver los riesgos sociales, entre ellos, el de mantener a los jóvenes adultos hasta que no sean capaces de alcanzar plena autonomia económica y social. Derechos sociales vinculados a la trayectoria laboral y a la figura del male bread winner. Contradicciones aparentes del “familismo”: bajas tasas de natalidad y reducidas políticas de protección de la familia.

Consecuencias individuales de la “Síndrome del retraso” Inmadurez social. Descenso del bienestar social y económico del individuo. Dificultad para formar una familia, alcanzar autonomía económica y social. Riesgo de exclusión y fragmentación social. Repercusiones negativas en la construcción y desarrollo de la identidad personal. Limitación de las relaciones personales.

Consecuencias colectivas de la “Síndrome del retraso” Bajos niveles de movilidad residencial y migratoria. Funcionamiento deficiente del mercado de trabajo y del mercado de la vivienda. Uso ineficiente de los recursos humanos. Disminución de los ingresos fiscales.

Consecuencias colectivas de la “Síndrome del retraso” Dependencia de la familia de origen. Perpetuación de las diferencias sociales existentes. Bajas tasas de fecundidad. Envejecimiento de la población y sus consecuencias sobre el sistema económico y social (pensiones, migraciones exteriores, sistema educativo...)

Sistema educativo y el “síndrome del retraso” (I) Prolongación del periodo de estudios con el consecuente retraso de la incorporación al mercado laboral. Dependencia económica del hogar de origen. Dificultad de compaginar los estudios con la vida laboral. Mayor esfuerzo académico de las mujeres para suplir el diferencial discriminatorio.

Sistema educativo y el “síndrome del retraso” (II) Formación femenina tiende a reforzar su rol dentro del sistema patriarcal. Divorcio entre la formación académica media y superior respecto al mundo de la empresa. Desviación de renta familiar en inversión académica de los hijos. Devaluación de los títulos superiores debido al incremento de su oferta y su generalización.

Proporción de hombres estudiando por edad

Mercado laboral y “síndrome del retraso” (I) Incremento de la edad media de entrada en el mercado laboral. Aumento de la temporalidad y precariedad. Entrada al mercado laboral con poca o ninguna experiencia. Dualización del mercado de trabajo.

Mercado laboral y “síndrome del retraso” (II) Desprotección sindical de los trabajadores menores de 30 años, debido a las prácticas de las negociaciones colectivas y reformas laborales. Diferencial de salarios según nivel educativo. Movilización de redes familiares para conseguir empleo (61%), debido a la poca intermediación pública.

Obtención del primer empleo

Familia y “síndrome de retraso” La vinculación económica con el núcleo familiar dificulta la movilidad geográfica. Dificultad para emanciparse, debido a la imposibilidad de acceder a créditos y a los precios de las viviendas.

La actuación del Estado: políticas públicas La situación de España: El Estado de Bienestar parte de la existencia de una solidaridad familiar “fuerte”. Las familias son responsables primarios de la provisión de los medios de subsistencia de los jóvenes y no el Estado. Se asume implícitamente un modelo de familia patriarcal, protegiendo económicamente los hogares a través del cabeza de familia (male bread winner).

La actuación del Estado: políticas públicas Este sistema implica una diferenciación del rol entre sexos muy marcada, defendida también por otras instituciones. La estabilidad se ve fomentada por el carácter normativo y por la influencia del Estado de Bienestar en la evolución de los valores y preferencias de la población.

Posibles soluciones (I) Becas de ayuda al estudio y a la inserción laboral. Potenciar los servicios de orientación e intermediación laboral en la transición escuela-trabajo. Aproximación de las condiciones de los contratos de trabajo permanentes y los temporales. Promoción pública de viviendas subvencionadas de alquiler.

Posibles soluciones (II) Escuelas para los niños de 0 a 3 años (escoles bressol). Voluntad legislativa para promover la igualdad de sexos.

Conclusiones La integración de los jóvenes en la edad adulta está afectada en España por la llamada “síndrome del retraso”. La “síndrome del retraso” supone la prolongación de la etapa de juventud y el retraso de transiciones claves para el individuo joven, como son la adquisición de una vivienda, un empleo estable y la formación de una familia. Este fenómeno genera profundos desajustes en el sistema económico y social del país, afectando negativamente a su población joven. La “síndrome del retraso” se ve reforzada por un regimen de bienestar denominado familiarista, que obliga a las familias a cargar con mayores responsabilidades resultado de los ineficientes recursos ofrecidos a los jóvenes.

Conclusiones (II) Para corregir dicha situación es necesario desarrollar y aplicar políticas públicas que maximicen el bienestar de los jóvenes, reorientando los recursos públicos a favor de las familias y de dicho grupo poblacional. Parte de los recursos deberían ir destinados a facilitar la inserción laboral para los jóvenes, a través de becas de ayuda al estudio o mediante la generalización de los servicios de orientación e intermediación laboral. Para maximizar el bienestar de los jóvenes, la inserción laboral no solo debe ser efectiva sino que además debe ser digna. Para que ello sea posible, debe reducirse la precariedad laboral que afecta a dicho grupo, aproximando las condiciones del contrato de trabajo permanente al contrato temporal. Finalmente, con el objetivo de facilitar el proceso de independencia del individuo y la futura formación de una familia, es necesario resolver las dificultades de acceso a la vivienda de la juventud, establecer una prestación universal parecida a la existente en países nórdicos y aumentar la provisión pública de escuelas para niños de 0 a 3 años que permitan compatibilizar la vida laboral y familiar.

Críticas al autor Da importancia a las becas e inversiones en materia educativa, pero no plantea cambios estructurales. No asocia la vinculación mundo académico-empresarial con la crítica al sistema de la ESO. Reducción del número de cursos? Itinerarios? Cambio en los contenidos? No cita al Plan de Boloña y la reestructuración de las universidades, sus itinerarios y titulaciones. Al dar respuestas al problema del mercado de viviendas no tiene en cuenta que el precio se fija según la capacidad de endeudamiento de los compradores, y no según el equilibro oferta-demanda. Por lo tanto, crear pisos de protección oficial no solucionan el problema de forma estructural. Relación con los créditos. En su vía para equilibrar el mercado de trabajo temporal no especifica si se producirá una reubicación según edad o calificación. Las soluciones que ofrece el autor no tienen en cuenta el contexto institucional, económico y social del Estado español.

Preguntas para el debate ¿Qué soluciones se pueden dar para compaginar estudios superiores y trabajo? ¿Tienen relación el uso de nuevas tecnologías con la reforma educativa respecto las relaciones con el mundo empresarial? ¿Qué mecanismos han de establecer las universidades para fomentar su relación con las empresas? ¿Cómo se garantizan unos convenios dignos para los estudiantes? Conlleva esto una mercantilización de los estudios? ¿La formación continua unida a la competitividad supone más temporalidad? ¿El problema de precariedad española se debe básicamente a las características macroeconómicas de su estructura productiva? (baja productividad en capital humano i tecnológico). ¿Es contraproducente para el sistema de SS el retraso de la edad fecunda de las parejas?