Guía de lectura del Menón Platón Guía de lectura del Menón

Nota de aclaraciones y ampliaciones Indicaciones previas Las líneas se refieren a: Ed. Laberinto Archivo electrónico de la WEB Iconos Nota de aclaraciones y ampliaciones

Aclaraciones Este documento pretende ser solamente una ayuda para leer el texto de Platón. En él he intentado dos cosas. Ayudaros en la comprensión del texto mediante la indicación de la o las cuestiones que en cada momento se tratan. Ampliar la información que el propio texto suministra con objeto de aclarar la trascendencia, el significado o el contexto a tener en cuenta a la hora de entender, en su justa medida y con el grado de profundidad necesario, este diálogo. Estas ampliaciones se desarrollan al margen de la propia guía pero están enlazadas con ella y, por tanto, con el texto, mediante llamadas (icono). Es importante que no hagáis una lectura lineal del texto sino que vayáis leyendo las notas según vayan apareciendo de modo que podáis seguir la lectura con la profundidad e información necesaria. Como podréis observar, el texto está numerado con la finalidad de poder localizar los fragmentos de una forma sencilla. Esta numeración no es la clásica, es simplemente la que ha dado el editor. Concha Boyer

1-45 1-35 Líneas Comienza el diálogo con la pregunta de Menón a Sócrates ¿Es enseñable la virtud? Éste, por tanto, parece ser el tema central del diálogo, sin embargo, Sócrates hace ver a Menón que esa pregunta no se puede responder si antes no sabemos con precisión qué es la virtud 1

46-280 36-229 Líneas Ante la pregunta de Sócrates sobre qué es la virtud, Menón responde con ejemplos de diversas virtudes: la del hombre, la de la mujer, la del viejo, … Pero Sócrates no se siente respondido porque él quiere conocer la esencia de la virtud, es decir, aquello por lo cual existen las diferentes virtudes, lo que tienen en común todas ellas y hace que, siendo diferentes, podamos afirmar que son virtudes. Menón no acaba de entender la pregunta y contesta con ejemplos de virtudes, es decir, parece identificar una virtud con la esencia de la virtud[2]. Por fin, en la línea 280 se manifiesta la necesidad de expresarse en términos universales sobre qué es la virtud[3]. 2 3

284-330 230-269 Líneas En este breve pasaje del diálogo, Sócrates argumenta a favor de su tesis sobre que nadie hace el mal a sabiendas. Quienes eligen el mal lo hacen por desconocimiento pero no por deseo de hacer el mal. La virtud, por lo tanto, debe estar relacionada con el conocimiento[4]. Seguimos con la búsqueda de la definición de virtud. 4

410-424 333-342 Líneas En estas líneas Menón expresa por sí mismo el efecto de la ironía. Ha llegado ya al estado de confusión propia de quien tenía algo por seguro y se da cuenta de que no lo es. Compara a Sócrates con el pez torpedo que cuando uno le roza, queda desorientado. Es esto, precisamente lo que persigue Sócrates con su método, el reconocimiento de que ya no está seguro de nada.

429-460 347-348 Líneas Sócrates advierte que él comparte la confusión de Menón y que, por lo tanto, no es que pretenda conducirle a ese estado desde la seguridad de sus conocimientos, sino también desde la incertidumbre. Menón se muestra desanimado con la conversación porque piensa que si ninguno tiene nada claro sobre el objeto de la indagación (qué es la virtud) es porque no se puede saber. Incluso en el caso de que se llegara a una respuesta, no podríamos estar seguros de su exactitud[5]. Naturalmente Sócrates no está de acuerdo con este escepticismo y para convencer a Menón de que el conocimiento es posible, recurre a la teoría platónica del alma y del conocimiento. 5

460-499 368-399 Líneas La postura escéptica de Menón da pié a Sócrates para exponer la teoría platónica de la Reminiscencia. En este pasaje se expresa con claridad la teoría platónica de la naturaleza humana como unión de alma y cuerpo. El origen del alma inmortal y su pertenencia al mundo de las ideas y su “caída” al mundo sensible. Con ella el alma olvida todo lo que conocía. El hombre, por tanto, para conocer debe recorrer el camino inverso, por el cual el alma recuerda lo que ya sabía cuando habitaba en el mundo de las ideas. Conocer en consecuencia, es recordar. Para ello el hombre debe indagar dentro de sí y no en el mundo externo material e imperfecto.[6] 6

500-754 399-612 Líneas A partir de aquí, Sócrates demuestra que el conocimiento es recuerdo mediante la interrogación a un esclavo de Menón sobre un razonamiento matemático. En efecto, el esclavo responde a las preguntas que Sócrates le formula de modo correcto de forma que al final, él, que carecía de conocimientos matemáticos previos, consigue descubrir cómo se calculan los duplos de los cuadrados. Dado que previamente no había ningún conocimiento y nadie se lo ha transmitido, es claro que, en realidad, el alma del esclavo los ha recordado. Es decir, estaban ya en su alma y ante las preguntas de Sócrates, el alma los recuerda.[7] 7

755-FIN 613-FIN Líneas A partir de aquí retomamos el problema planteado al principio del diálogo por Menón. ¿Es la virtud enseñable? El diálogo aquí se hace sinuoso. Cuando parece que ya tenemos la respuesta, Sócrates rectifica. Intentemos seguir sus argumentos. Inicia la argumentación proponiendo una estrategia para deducir si es enseñable o no. Sócrates pregunta si la virtud es una ciencia. Si lo es, entonces se puede enseñar porque todas las ciencias se pueden enseñar, pero si no lo es, entonces no sería enseñable. Menón afirma que es una ciencia y por lo tanto, se puede enseñar. Esta primera conclusión, sin embargo, no satisface del todo a Sócrates. Su argumento se basa en que si fuera enseñable, habría maestros de virtud, los padres virtuosos, los grandes hombres de Atenas habrían podido enseñar a sus hijos. Sin embargo, no ha sido así. Parece que la virtud consiste en algo que no se puede transmitir, luego no es ciencia. Continua

755-FIN 613-FIN Líneas Entonces Platón, en boca de Sócrates, hace una distinción fundamental. Diferencia entre ciencia (episteme) y opinión (doxa) cierta[8]. Tanto la ciencia como la opinión cierta se refieren a la verdad pero mientras que la primera es el conocimiento verdadero racionalmente fundamentado (recuerdo del mundo de las ideas), la opinión cierta es ese mismo conocimiento pero carente de fundamentación. Hay hombres, dice Sócrates, que tienen una capacidad especial para llegar a opiniones verdaderas y ser útiles a la ciudad, pero se trata de una capacidad que no pertenece a la naturaleza del hombre (no todos los hombres la tienen) ni tampoco se enseña (por eso no hay maestros) sino que es un don divino que los dioses sólo conceden a algunos hombres. 8

Nota 1 Aparecen, nada más empezar, dos características de la filosofía de Sócrates. La primera es que su indagación se dirige siempre a la definición, al concepto a partir del cual se puede conocer la realidad. La segunda es que, ante la extrañeza de Menón porque Sócrates dice no saber qué es la virtud, cuando, según él, es una cuestión bien fácil, Sócrates comienza a aplicar su método. Éste consiste, en una primera fase, en demostrar a su interlocutor, que a pesar de que cree que sabe (qué es la virtud), sin embargo, no es así. Al mismo tiempo, Sócrates alude a los sofistas (Gorgias, en este caso) que creen que son sabios cuando, en realidad, no saben nada. Volver

Nota 2 A lo largo de este pasaje (46-280), aparece el desarrollo de la primera fase del método de Sócrates. Menón al principio se siente muy seguro de sus conocimientos pero a medida en que va intentando responder a las preguntas de Sócrates sin ningún éxito, va perdiendo seguridad en lo que creía conocer. Sócrates está aplicando la ironía gracias a la cual conduce a Menón a ser consciente de que no sabe aquello que creía saber. Al mismo tiempo, podemos observar la utilización, por parte de Sócrates de la inducción (argumentación que parte de premisas particulares para llegar a una conclusión general). Si observáis, cada vez que Sócrates le pregunta qué es la virtud, Menón responde aquello en que consiste un tipo de virtud. Sócrates, le pregunta qué hay de común en todas ellas, pues, sin duda, lo que tengan en común todos los tipos de virtud será aquello por lo que esas conductas serán virtuosas. Es decir, habremos llegado a la esencia, a la definición de virtud. Volver

Nota 3 En este caso, Platón utiliza el término “universales” en el sentido de conceptos, definiciones de las esencias de las que participan todas las cosas que llevan el mismo nombre o adjetivo. Se trata de ideas absolutas que constituyen la verdadera realidad y gracias a las cuales es posible en conocimiento. Frente a los Sofistas, tanto Sócrates como Platón están convencidos de que el conocimiento es posible. Platón se ve en la necesidad de plantearse cómo es posible que el hombre pueda llegar a tener conocimientos universales, necesarios e inmutables. Para ello, elabora su teoría de las ideas (aunque los eruditos no se ponen de acuerdo en la fecha en que se escribió el Menón, sin embargo, no parece plausible que Platón tuviera ya elaborada esta teoría) según la cual el hombre puede llegar al conocimiento necesario, universal e inmutable porque existen objetos reales, necesarios e inmutables. Conocer significa contemplar esas ideas que habitan en un mundo distintos del sensible y que sirven a éste de modelos. De hecho el mundo sensible es una copia (imperfecta) del inteligible, de manera que cada objetos de este mundo es lo que es en la medida en que participa del modelo, es decir, de la idea. Volver

Nota 4 Se trata del Intelectualismo moral de Sócrates según el cual el objeto de la vida humana es hacer el bien pero para ello debemos partir de nuestro desconocimiento de lo que es. Sólo cuando seamos conscientes de nuestra ignorancia, ya que todo lo aprendido en nuestra vida son conocimientos aparentes, estaremos en disposición de indagar en nosotros mismos para descubrir el bien. Por lo tanto, nadie que conozca el mal puede desearlo. Podríamos decir que los hombres que actúan mal lo hacen porque están en un error, no porque lo deseen. Para fundamentar esta idea, Platón desarrollará más adelante toda su concepción de la naturaleza humana como compuesto de alma y cuerpo, siendo el alma originaria del mundo de las ideas donde conocía la verdadera realidad, al caer en un cuerpo material olvida todo lo que sabía. Sólo mediante un proceso de reflexión que, al mismo tiempo, la purifica, puede recordar lo que ya sabía antes de habitar un cuerpo material. Volver

Nota 5 Menón, que, como ya habréis percibido, es el representante de los sofistas a los que tanto Sócrates como Platón se oponen, está expresando su escepticismo característico que podríamos resumir en: la verdad es incognoscible, por lo tanto, no tratemos de buscarla porque es inútil. Frente a los sofistas que aspiran a encontrar lo verosímil, tanto Sócrates como Platón, buscarán el ser de las apariencias, es decir, lo que hay de real en lo que se nos aparece, la unidad, lo universal que da la razón de ser a la multiplicidad Volver

Nota 6 El conocimiento no es, pues, adquisición sino recuerdo. Enseñar, por tanto, significa ayudar a recordar lo olvidado. Por eso, la segunda fase del método socrático se llama mayeútica. La Mayeútica es el oficio de la partera. Sócrates lo que hace es ayudar a que el interlocutor alumbre las ideas que estaban en su alma desde siempre y que la cárcel del cuerpo ha hecho olvidar. Volver

Nota 7 Por si os preguntáis hasta qué punto la teoría de la reminiscencia tiene una base científica y el experimento del esclavo tiene alguna fuerza probatoria, os diré que no. Sócrates no le ayuda a recordar nada sino a deducir a partir de lo que está viendo, es decir, está aprendiendo. Volver

Nota 8 (i) Los términos epistéme y dóxa son claves en la teoría del conocimiento de Platón. Si volvemos a su ontología (teoría sobre lo real), decíamos que para Platón existen dos mundos: el mundo de las ideas, verdadera realidad de esencias perfectas, inmutables y necesarias y el mundo sensible, mundo imperfecto, obra de un Demiurgo que pone orden en el caos de la materia utilizando como modelos las ideas. Los seres sensibles son imperfectos en la medida en que, a pesar de estar hechos a imagen y semejanza de las ideas perfectas, tienen un componente material que los limita y los hace cambiantes. Paralelamente, también existen dos tipos de conocimiento, el conocimiento sensible que se obtiene de este mundo a través de nuestros órganos corporales y que, por lo tanto, no nos puede proporcionar un conocimiento seguro, sino tan sólo una opinión (dóxa) y el conocimiento intelectual que no parte del conocimiento sensible sino que se dirige a las ideas. Éste nos proporciona la ciencia (episteme), es decir, el conocimiento seguro, inmutable y universal. Continúa Volver

A___________D___________C___________E___________B Nota 8 (ii) Con objeto de describir los tipos de conocimiento y su jerarquía, Platón representa la siguiente línea: A___________D___________C___________E___________B El segmento AC representa el conocimiento sensible, de lo sujeto a generación y corrupción y es propio de los hombres que carecen de instrucción. Lo único que proporciona es opinión (dóxa). Sin embargo, en él hay que distinguir dos niveles: El segmento AD es la imaginación (eikasía). Es el conocimiento que nos proporcionan las conjeturas, el el terreno de la imprecisión, de la confusión. El segmento DC es la creencia (pístis). Es el conocimiento de las realidades del mundo sensible. Como éste, se trata de un conocimiento inestable porque se refiere a seres que lo son y, por tanto, carece de verdad (el conocimiento verdadero lo es sólo de lo inmutable) El segmento CB representa el conocimiento intelectual o conocimiento del mundo de las ideas. Es propio de los filósofos y proporciona la ciencia. También tiene dos niveles: Volver Continúa

Nota 8 (iii) El segmento CE es el pensamiento o diánoia. Se trata de los razonamientos que nos permiten pasar de las hipótesis a las conclusiones. Hay que advertir que esas hipótesis lo son acerca de objetos ideales y no sensibles, como se deduce de lo dicho del segmento DC. Es por tanto, un razonamiento discursivo, que implica un proceso (de las premisas a la conclusión) El segmento EB es el conocimiento (noésis). Consiste en el conocimiento de la idea de bien y a él se llega basándose en las ideas y no en imágenes. Mediante ellas se llega al principio, al fundamento del resto de las ideas que es la idea de Bien. Por tanto, existe una jerarquía en el mundo de las ideas que tiene en su cúspide a la idea de Bien que es la causa del resto. Continúa Volver

Nota 8 (iv) Podríamos preguntarnos ¿cómo se llega a conocer? Según Platón este conocimiento exige un método que es denominado Dialéctica, dicho método nos conduce desde las imágenes hasta la contemplación de la idea de Bien (contemplación intelectual y no sensible). Para Platón la dialéctica nos permite por una parte acceder al conocimiento y, por otra, ser libres. Saber y conocer es buscar la verdad y liberarse de las opiniones y los prejuicios. La dialéctica supone un camino en dos direcciones, una ascendente y otra descendente. La ascendente supone el camino por el cual el hombre puede llegar al conocimiento de la idea de Bien y la comprensión de que ésta es la causa de las demás realidades. La descendente consiste en que, una vez conocida la idea de Bien es necesario extraer las consecuencias que nos permitan vivir de manera justa. Sólo los que han contemplado la verdad son capaces de organizar correctamente su vida y la de los demás. Volver