Autoridad y Organización del hogar.

Oración

DINÁMICA

MOTIVACIÓN

AUTORIDAD Y ORGANIZACIÓN DEL HOGAR Todos hemos nacido en una familia, comunidad de amor y de solidaridad insustituible para enseñar y transmitir los valores culturales, éticos, sociales, espirituales y religiosos propios de la persona.

El cambio de la sociedad repercute en la familia que experimenta la transformación de sus relaciones familiares. Es necesario encontrar el equilibrio respetando y cuidando los valores permanentes y acomodándose a los nuevos valores propios de la civilización actual.

En esta transformación se dan impactos negativos que erosionan la realidad humana de la Familia. Uno de los más característicos es el debilitamiento de los vínculos internos entre sus miembros a tal punto que se ha perdido la influencia de los padres sobre los hijos, llegándose a decir que tenemos una sociedad “SIN PADRE”

La escuela muy cercana en esto a la Familia , vive tensiones semejantes con problemas serios de convivencia, orden y disciplina que transcienden a toda la sociedad . Se da una gran insatisfacción y vacío moral favorecido por un ambiente permisivo y hedonista.

La Familia es el lugar de encuentro por excelencia, en el cual se reconoce el sentido verdadero de las relaciones interpersonales.

Escribe Antoine de Saint- Exupery en su obra póstuma, Ciudadela: “He descubierto una gran verdad, a saber que los hombres habitan… y que el sentido de las cosas cambia para ellos según el sentido de la casa”.

Este pensamiento es importantísimo al hablar de la familia, porque habitar una casa, establecer un espacio de convivencia e intimidad, es muy distinto del mero hecho de residir juntos.

Todo el sentido de relación entre esposos, entre padres e hijos, entre hermanos y otros parientes se hace verdadero en una red de vínculos interpersonales, de lazos cargados de creatividad y de compromiso que identificamos como hogar.

La Familia es el lugar de encuentro por excelencia, el hábitat natural del hombre, el espacio verdaderamente ecológico de la persona y como consecuencia de la sociedad.

EDUCACIÓN EN EL HOGAR. “Educación es un proceso exclusivamente humano, intencional, intercomunicativo y espiritual, en virtud del cual se realizan con mayor plenitud la instrucción, la personalización y la socialización del hombre y la mujer.

Consiste en desarrollar armónicamente todas las potencialidades del ser humano, para que alcance el estado de virtud, que es la perfección a la que puede aspirar”. Sonsoles Melero Villalba y Manuel de los Reyes Díaz.

Es importante preguntarnos sobre la persona cuando educamos. Su dignidad expresa un modo excelente de ser, para vivir de acuerdo con la verdad y el bien.

Si no aspiramos a la verdad total de la persona perdemos de vista su dignidad. No se puede entender al hombre sin la espiritualidad, la libertad y la responsabilidad que le caracterizan.

La inteligencia y la voluntad definen su racionalidad. Al educar los padres pretenden la formación de la personalidad, la mejora personal, la formación de hábitos en definitiva la felicidad que la obra bien hecha genera.

Los padres son los primeros y principales educadores de los hijos. Les dan la vida y les mantienen en la existencia. Es una obligación grave e irrenunciable la de educar, porque difícilmente puede suplirse.

La familia es la principal sociedad educadora La familia es la principal sociedad educadora. Y ha de ejercer su responsabilidad pensando en todas las potencialidades de los hijos que aprenden sobre todo de la vida de los padres.

La educación es un proyecto de vida que compromete a los padres; más aún, es su vocación, la mejor herencia para sus hijos. Los pequeños (y grandes) detalles alimentan la educación para la convivencia.

Una buena educación requiere tiempo y paciencia: La tarea de padres debe tomarse muy en serio… Preguntémonos: ¿Qué esperamos de nuestros hijos?, ¿Qué tipo de educación queremos imprimir en sus vidas?.

EDUCAR … y poner todo en marcha. Pero para eso, Educar es lo mismo que poner motor a una barca… hay que medir, pesar, equilibrar… … y poner todo en marcha. Pero para eso, uno tiene que llevar en el alma un poco de marino… un poco de pirata… un poco de poeta… y un kilo y medio de paciencia concentrada.

(Gabriel Celaya) Pero es consolador soñar mientras uno trabaja, que ese barco, ese niño, irá muy lejos por el agua Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hacia islas lejanas. Soñar que cuando un día esté durmiendo nuestra propia barca, en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada. (Gabriel Celaya)

Ámbito cognoscitivo – intelectual. Hablamos en definitiva de una educación integral e integradora que abarca todos los ámbitos de la vida como podemos observar, los siguientes: Ámbito cognoscitivo – intelectual. Capacidades intelectuales y reflexivas Adquisición de conocimientos y criterios. Actitud de observación y descubrimiento personal. Cultivo de la reflexión.

Ámbito de madurez humana y afectividad. Cultivo de la iniciativa personal y de la responsabilidad. Cultivo del orden y de la armonía. Espíritu de trabajo. Educación de la constancia. Formación de la voluntad y del carácter mediante el cultivo de hábitos positivos.

Ámbito ético y moral. Adquisición de criterios morales. Virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Educación del corazón. Educación para el amor. La sexualidad como riqueza de toda la persona – cuerpo, sentimiento y espíritu. Desarrollo de la autoestima..

Ámbito social. Actitud de respeto hacia las personas. Aprendizaje para la convivencia. Laboriosidad y espíritu de colaboración. Responsabilidad y compromiso social. Orientación hacia los demás. Habilidad para las relaciones sociales. Comportamientos activos y asertivos.

Ámbito religioso. Visión trascendente de la vida. Enseñanza de las virtudes teologales. Educación de la fe. Vida comunitaria. Prácticas de piedad.

3.- ESTILO EDUCATIVO Y AUTORIDAD FAMILIAR. Etimológicamente la palabra autoridad se deriva de augere, que significa aumentar, hacer crecer; algo así como la fuerza que sirve para sostener y acrecentar.

Aquí percibimos una influencia positiva, un servicio a los hijos, una ayuda que no se puede ejercer sin orientar, sancionar y decidir, para poder canalizar el proceso de maduración personal de los hijos y su participación en la convivencia Familiar.

Dice Carlos Díaz “Feliz aquella familia, escuela o sociedad donde quien más sirve es la autoridad… al elevar al otro por encima de uno, como hacen los padres o maestros verdaderos, quienes elevan no pierden su propia estatura, antes al contrario ganan la estatura del elevado sobre sus propios hombros”

“Aún en el más pobre. La mayor riqueza es el hijo de un buen padre” Luis Vives.

REBELDÍA Y AUTORIDAD. El modo de querer y el modo de sancionar tienen algo que ver con la rebeldía. Las causas de ésta, pueden ser muchas, y encontrarse en un exceso de autoridad – autoritarismo o en la ausencia de autoridad.

Los jóvenes de hoy rehúyen la autoridad paterna, no porque sea demasiado dura, sino porque ha dejado de ejercerse. La rebeldía se manifiesta con perfiles propios en la adolescencia. Es algo así como “me rebelo, luego existo”.

El abandono de los padres acaba con la autoridad paterna que puede ser reemplazada por un liderazgo encontrado en un grupo o pandilla con complicaciones destructivas para la personalidad. Ante la rebeldía nos sentimos desconcertados. Reflexionemos porque podemos ser parte del problema.

Muchos mandatos sólo son fiables si son el fruto del amor y se manifiestan con objetividad. Los regaños y gritos no deben ser lo primero que se oiga por nuestra parte a la hora de resolver conflictos. Ellos aprenderán si lo hacemos sin violencia.

A mayor terquedad en los hijos más paciencia e imaginación de nuestra parte. Debemos traslucir el enorme deseo de ayudar siempre, aunque debamos enderezar una situación torcida. Las palabras alcanzan al corazón. ¿Por qué utilizar reproches y comparaciones que siempre dejan un pozo de amargura?

Muchas conductas se deben al deseo de llamar la atención por la soledad en que se encuentran los adolescentes. Lo que no se encausa en la niñez pasa factura en la adolescencia y la juventud.

TRES CLAVES PARA ENTENDER EL SENTIDO DE LA AUTORIDAD Y ALGUNOS CONSEJOS. Los hijos no son propiedad de los padres, ni la autoridad es un juego de dominación. La dignidad del hijo se satisface y se respeta cuando la autoridad se hace servicio. La unidad de vida, la coherencia y el ejemplo de los padres, es el primer argumento de la relación padres – hijos.

Mantenemos la autoridad, la perdemos o la recobramos en función del modo de ser y hacer que comunicarnos.

La autoridad se mueve en tres bandas: padres e hijos no cierran el círculo porque su vida familiar no es una isla; viven en una sociedad ambivalente que presenta posibilidades y amenazas.

ALGUNOS CONSEJOS SOBRE LA AUTORIDAD. Los niños necesitan unos padres no unos amigos. Motivar y premiar en los hijos los logros alcanzados. Actuar con firmeza cuando se requiera. Mesura y prudencia en la corrección. Sin contradicciones en lo que se pide. Mandar lo que se pueda exigir, que sea razonable y justo.

Mandar con bondad y con dulzura. Mandar sin humillar. Importancia de mantener un horario. Dedicar todo el tiempo que sea necesario y evitar prisas. Los hijos no nos roban el tiempo. Buscar la creatividad en la relación familiar.

¿Podemos mejorar la organización familiar, la calidad educativa, la convivencia dentro de la casa? La respuesta es siempre positiva; siempre queda algo por hacer. ¿Cómo hacerlo? Cada familia tiene su propio estilo y no todos son acordes con el mayor bien de la persona. Resumen

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