El mandamiento difícil El Arrepentimiento El mandamiento difícil

Lo que hace el pecado No podemos lograr una comprensión adecuada de lo que es el arrepentimiento sin entender primero lo que el pecado hace a la persona de Dios. Entonces, así como el pecado es una acción directa contra Dios, el arrepentimiento debe dirigirse directamente hacia Dios.

Lo que hace el pecado Entonces, ¿qué hace el pecado contra la persona de Dios? El pecado insulta a Dios (Is. 43:24; 2 Sam. 11:27; Hab. 1:13). El pecado contrista a Dios (Gen. 6:6; Mat. 23:37,38; Mar. 3:5). El pecado avergüenza a Dios (Heb. 12:5-11; cf. Prov. 29:15).

El pecado insulta, contrista y avergüenza a Dios Un asunto del corazón Corazón humano Corazón de Dios El arrepentimiento sucede en el corazón humano, la misma sede desde donde el pecado brotó El perdón de los pecados sucede en el corazón de Dios, hacia dónde directamente el pecado se dirigió. El pecado insulta, contrista y avergüenza a Dios

El arrepentimiento: El mandamiento difícil El creer no es difícil. El ateo intelectual es raro (cf. Jn. 12:42). La confesión de la fe no es difícil (cf. Luc. 6:46; Mat. 7:21). El bautismo no es difícil (cf. Mat. 3:7). El arrepentimiento es el mandamiento realmente difícil (cf. Mat. 11:20-22).

El arrepentimiento: El mandamiento difícil Muchos piensan que el tiempo todo lo cura, todo lo soluciona, ¡pero el tiempo no elimina el pecado! Sin arrepentimiento no queda más que la destrucción (Luc. 13:1-5).

El arrepentimiento: El mandamiento difícil Nada puede sustituir el arrepentimiento para con Dios. El arrepentimiento es imprescindible para el perdón de los pecados (Luc. 24:47; Hech. 3:19).

El arrepentimiento: El mandamiento difícil Dios manda el arrepentimiento. Es su requerimiento legal por el delito cometido. El arrepentimiento es un mandamiento. Es obligatorio arrepentirse (Hech. 17:30,31).

Pero, ¿qué es el arrepentimiento? Conceptos populares: Reconocer el pecado. Admitir el pecado. Cambiar de conducta y de intenciones. Cambiar de creencia. Cambiar de emociones. Confesar el pecado.

El arrepentimiento no es solamente Reconocer el pecado (reconocer la culpabilidad): “Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete…” (Hech. 24:25) “quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen…” (Rom. 1:32). “Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día” (Sal. 32:3).

El arrepentimiento no es solamente Admitir el pecado (sentirse pecador): “Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!” (Mat. 27:3,4). “…sintió remordimiento y devolvió las treinta piezas…” (LBLA).

El arrepentimiento no es solamente Cambiar de conducta y de intenciones: “Este, tomando luego soldados y centuriones, corrió a ellos. Y cuando ellos vieron al tribuno y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo” (Hech. 21:32). “¿Qué haré a ti, Efraín? ¿Qué haré a ti, oh Judá? La piedad vuestra es como nube de la mañana, y como el rocío de la madrugada, que se desvanece” (Os. 6:4).

El arrepentimiento no es solamente Cambiar de creencia: “Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios” (Jn. 12:42,43).

El arrepentimiento no es solamente Cambiar de emociones: “Mientras oraba Esdras y hacía confesión, llorando y postrándose delante de la casa de Dios, se juntó a él una muy grande multitud de Israel, hombres, mujeres y niños; y lloraba el pueblo amargamente” (Esd. 10:1).

El arrepentimiento no es solamente Confesar el pecado: “Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo he pecado; pues he quebrantado el mandamiento de Jehová… ” (1 Sam. 15:24). “Saúl dijo: ¿No es esta la voz tuya, hijo mío David? Y alzó Saúl su voz y lloró” (1 Sam. 24:16). “Entonces dijo Saúl: He pecado; vuélvete, hijo mío David, que ningún mal te haré más…” (1 Sam. 26:21).

Entonces, ¿qué es el arrepentimiento? El arrepentimiento es producido por la tristeza que es según Dios, porque el pecado es contra Dios. El arrepentimiento es un cambio de mente hacia Dios, que resulta en una vida enmendada, corregida, una vida ordenada y santa.

Lo que es el arrepentimiento El arrepentimiento es un cambio de mente que resulta en una vida enmendada, corregida: “Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento…” (Luc. 3:7,8 y sig.; cf. Mat. 21:28-31).

Lo que es el arrepentimiento El arrepentimiento es producido por la tristeza de haber ofendido e insultado Dios: “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte” (2 Cor. 7:10) “Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos” (Sal. 51:4).

El arrepentimiento es un viaje (Luc. 15:11-32) Abandonar el pecado Acudir a Dios Aceptar las consecuencias LAS TRES “A”

Conclusión El arrepentimiento es difícil por el orgullo, la vanidad, la soberbia y el corazón endurecido (cf. 1 Jn. 2:16; Prov. 16:18; Heb. 3:13). El temor de Dios motiva al arrepentimiento (cf. Ecles. 12:13,14; Heb. 10:31; 12:29). La benignidad de Dios guía al arrepentimiento (cf. Rom. 2:4; 5:6-8; Jn. 15:13).

Plan de Salvación Rom. 10:17, Oír la palabra de Dios. Jn. 8:24, Creer en Cristo. Hech. 2:38, Arrepentimiento. Rom. 10:10, Confesar la fe en Cristo. Mar. 16:16, Bautismo para el perdón de los pecados. Col. 1:21-23, Perseverar en la fe. -- Hech. 8:22, Arrepentirse si ha caído, rogar el perdón. -- 1 Jn. 1:9, Confesar el pecado.