Las normas

No son pocos los que afirman desde un modelo “reglamentista” que hacen falta normas más rígidas y castigos más severos para combatir la violencia en nuestra sociedad Hace falta una visión del papel de las normas coherente con los ejes que orientan el análisis de muchas de las causas de los problemas de convivencia y también muchas de las propuestas de intervención: la participación y la comunicación dialógica. La falta de participación en la vida social, la falta de ámbitos para comunicarse produce despersonalización e impide la creación de criterios comunes para una regulación coherente de la convivencia El “achatamiento” de las pirámides de poder y el aumento la interdependencia humana. (W. Ury) la necesidad de comunicación y acuerdo, hacia un nuevo modelo de autoridad.

Las normas son un parte fundamental del clima escolar, que se destaca como uno de los factores fundamentales de la eficacia de la organización escolar. Las normas básicas de convivencia del Centro parten de los valores que la comunidad educativa, representada en el Consejo Escolar, considera fundamentales para la educación y para la convivencia en el Proyecto Educativo del Centro (PEC) Las normas básicas de convivencia, recogidas en el Reglamento de Régimen Interior, se convierten de este modo en un instrumento para la realización de los principios educativos del Centro.

Su elaboración constituyen un ejercicio de participación democrática y una práctica de educación ciudadana Obligan a todos los que forman parte de la comunidad educativa, constituyendo un auténtico sistema en el que encuentran un sentido coherente el carácter complementario de las distintas funciones y responsabilidades de los miembros de la comunidad educativa. Sirven de guía para la participación en las diferentes actividades del instituto y constituyen el marco desde el que se elaboran otras normas más específicas como las normas de aula o de grupo que los alumnos elaboran con sus tutores

Son una oportunidad para respetar las diferencias, la diversidad de puntos de vista, de necesidades, de sentimientos y para enriquecer con todos ellos la convivencia. Permiten aunar el desarrollo de la autonomía moral, mediante la participación en la propuesta de elaboración de las normas, y el compromiso colaborativo que supera la intolerancia y comparte una visión y un objetivo comunes. Es preciso diferenciar las normas generales de Centro, que tienen un carácter más permanente, de las normas de aula, que son una concreción de las normas generales.

El desarrollo participativo de un marco normativo autónomo democrático. Es esencial la participación de toda la comunidad educativa en las normas que han de regular los procesos de trabajo y de convivencia en el Centro educativo, así como garantizar una aplicación coherente de las mismas. Los tutores y los delegados son piezas clave en el proceso de elaboración y evaluación. El proceso es tan importante como el producto final. Deben diferenciarse las normas generales de las normas de aula, que son una concreción de las normas generales. Es preciso mantener “vivas” las normas Hemos completado un proceso de elaboración participativa entre profesores, alumnos y padres de las normas básicas de Centro, que puedan implicar a toda la comunidad educativa y facilitar una aplicación más coherente por parte de los profesores.

Los tutores de 1º, 2ª y 3º de la ESO trabajan con sus tutorando para elaborar las normas de aula, señalando cuales son las consecuencias que se derivan de su incumplimiento. Los alumnos revisan el cumplimiento de las normas de aula y realizan un informe en cada evaluación

Los alumnos deberán: Participar con interés y con corrección en las actividades organizadas por el centro respetando el silencio necesario para el normal desarrollo de las mismas. Llevar a clase los materiales de trabajo. Tener la agenda educativa al día y en buen estado (ESO). Realizar cada día las tareas encomendadas para casa.

Los profesores deberán: Animar a los alumnos a que participen en las clases y otras actividades del Centro asumiendo un papel activo en su aprendizaje. Procurar que los alumnos tengan tareas de trabajo que sean capaces de realizar en función de su madurez personal y académica. Requerir a los alumnos que lleven a clase los materiales de trabajo (libros, cuadernos, etc). Utilizar y revisar la Agenda educativa de los alumnos (ESO). Requerir a los alumnos la realización de las tareas encomendadas para casa. Informar sobre los criterios de evaluación y calificación y mostrar los exámenes corregidos a los alumnos. Amonestar a los alumnos por el incumplimiento de las normas.

Consecuencias: La falta de atención o de trabajo en las clases o en la guardias o la no realización de las tareas en casa dará lugar a amonestaciones. Si el alumno no realiza las tareas, el profesor comunicará la amonestación a sus padres; en caso de reincidir (tres veces en el periodo de cada evaluación) deberá realizar tareas en el Centro fuera del horario lectivo. Si el alumno no trae el material de trabajo a clase, el profesor comunicará a sus padres la amonestación; en caso de reincidir sin justificación (tres veces en el periodo de cada evaluación) deberá realizar tareas en el Centro fuera del horario lectivo. Si el alumno no traslada las comunicaciones entre sus padres y sus profesores será amonestado, pudiendo ser sancionado con la realización de tareas en el Centro fuera del horario lectivo. El centro reconocerá a los alumnos y a los grupos que se distingan por su esfuerzo y por sus resultados académicos