V Sábado Turístico – “Por la ribera del Duratón“ Sacramenia, Fuentidueña, Hoces del Duratón - Ermita de San Frutos JCA Mayo 2013

A las nueve de la mañana y desde la plaza de Artillería como de costumbre, a pesar del mal tiempo, como dice el refrán, pusimos buena cara y emprendimos nuestro viaje en busca de los lugares que teníamos programados.

Ayuntamiento de Sacramenia

Nuestra primera parada del día, fue en Sacramenia, donde empezamos visitando la iglesia románica de San Martín, de la que podemos ver algunas imágenes, tanto del exterior como del interior.

Pila bautismal e imagen de San Isidro Labrador en el interior de la iglesia de San Martín.

El templo cuenta con un ábside clásico románico de semitambor dividido por columnas e impostas.

Seguidamente visitamos la iglesia, también románica de Santa Marina.

Esta iglesia fue restaurada en el año 1991 con la ayuda de la Consejería de Fomento de la Junta de Castilla y León, y durante las obras de esta restauración se descubrieron en el ábside unas pinturas murales que datan de los siglos XV y XVI.

Terminada la visita de las iglesias románicas de Sacramenia, hicimos una visita a las bodegas Zarraguilla en esta misma localidad.

Concluida la visita de Sacramenia, emprendimos viaje a nuestro siguiente destino, la ciudad amurallada de Fuentidueña.

Fachada del Palacio de los condes de Fuentidueña, hoy convertido en hotel.

Comedor de la Posada Rural Palacio de los condes de Fuentidueña

Ruinas del Hospital de la Magdalena en la localidad de Fuentidueña

Iglesia de San Miguel

La iglesia románica de San Miguel (s XII) se compone de una nave cubierta por bóveda de cañón ligeramente apuntada, con ábside semicircular y capillas laterales. Torre a los pies y pórtico en el lado norte. Fue ampliada en el siglo XVI con una capilla en el lado del Evangelio, donde se encuentran enterrados los condes de Fuentidueña (D. Pedro de Luna y su esposa).

Necrópolis altomedieval de San Martín y ruinas de la iglesia.

La puerta del Alfonso VIII es el único acceso a la villa por el lado sur. Las murallas se levantaron durante los siglos XII y XIII.

Cruzando la puerta de Alfonso VIII se tienen las mejores vistas de la muralla

Foto del grupo ante la puerta de Alfonso VIII

Bodegas subterráneas escabadas en la roca de Fuentidueña

Fuentidueña

Terminada la visita a Fuentidueña, sibimos al autocar para emprender viaje hacia el restaurante donde teniamos concertada la comida.

Vista del hotel Rincón de las Hoces, donde disfrutamos de un agradable comida.

A la tarde nos dirigimos al Parque Natural de las Hoces del Río Duratón que es un paraje protegido que comprende el entorno de las hoces que este río tiene en su tramo medio.

Este paraje, constituido por el curso medio del Duratón, fue declarado Parque natural el 27 de junio de 1989 por las Cortes de Castilla y León.

En un balcón sobre el acantilado se ubica la ermita de San Frutos, en realidad Priorato de San Frutos, una construc- ción románica de siglo XII que se realizó sobre otra visigótica del siglo VII.

La fundación de esta ermita se atribuye a San Frutos ( ) y sus dos hermanos, San Valentín y Santa Engracia, que eligieron el lugar para dedicarse a la vida contemplativa. Posteriormente se completó el complejo con un monasterio y un cementerio.

Consta de una sola nave de 8 metros de ancho con dobles arquerías ciegas a sus lados que se levantan sobre pequeñas columnas y se cubre por una bóveda de cañón en tres tramos y arco de triunfo rebajado, al fondo de la nave esta el ábside. Su acceso se realiza a través de dos puertas, la del lado norte es la principal, la otra está tapiada. San Frutos es el patrón de la provincia de Segovia y el 25 de octubre se realiza la romería en su honor. En 1992 se creó la Hermandad de San Frutos del Duratón que se encarga de la conservación del lugar. ] ]

Desde aquí se ofrece la vista más conocida de las hoces al ser uno de los lugares más atractivos del parque.

A la entrada del complejo hay una cruz de hierro sobre un pedestal de piedra en el que figuran las siete llaves de Sepúlveda. Esta cruz fue levantada en el año 1900 para conmemorar la gran peregrinación que se realizó ese año auspiciada por el obispo de Segovia Quesada.

Durante la visita a la ermita sufrimos sobre nuestras cabezas una fuerte tormenta de agua y viento, pero San Frutos se apiadó de nosotros y acabó luciendo un sol que hizo que las paredes de las hoces lucieran con un tono espectacular. Ya al atardecer terminamos la excursión y regresamos a Segovia, después de un día que en principio nos hizo temer lo peor. (JCA Mayo 2013)