H. Basilio Rueda Guzmán, “La Obediencia”, Circular del 30 de mayo de 1975 Serie meditativa 08 cepam H. Basilio Rueda Guzmán, “La Obediencia”, Circular del 30 de mayo de 1975 Serie meditativa 08 cepam

“Digamos, con todo, que difícilmente podrá el Superior mantener una conversación de ese tipo (diálogo espiritual), como no se haya primero forzado por acomodar su retina a la de Dios (valga el símil) y por examinar la situación en la divina presencia. ” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La Obediencia”, Circular del 30 de mayo de 1975, Vol. XXVI, N° 8, p. 106) “Digamos, con todo, que difícilmente podrá el Superior mantener una conversación de ese tipo (diálogo espiritual), como no se haya primero forzado por acomodar su retina a la de Dios (valga el símil) y por examinar la situación en la divina presencia. ” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La Obediencia”, Circular del 30 de mayo de 1975, Vol. XXVI, N° 8, p. 106)

“Con frecuencia quiere Cristo recordarnos su actitud de obediencia, en virtud de la cual cumplió en todo momento con la voluntad del Padre, y realizó una misión de la que podría decir, al final de su carrera mortal: «La he cumplido fielmente». Frase que nos lleva a un Jesús, no sólo maestro de obediencia, sino dador de los medios que llevan a la obediencia. Y esa especie de poder que nos da de obedecer es precisamente lo que pone en marcha nuestra obediencia. Puédese, por lo tanto, afirmar que cuando no somos obedientes o no tenemos ganas de obedecer, estamos demostrando que no dejamos a Cristo actuar en nosotros.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La Obediencia”, Circular del 30 de mayo de 1975, Vol. XXVI, N° 8, p. 054) “Con frecuencia quiere Cristo recordarnos su actitud de obediencia, en virtud de la cual cumplió en todo momento con la voluntad del Padre, y realizó una misión de la que podría decir, al final de su carrera mortal: «La he cumplido fielmente». Frase que nos lleva a un Jesús, no sólo maestro de obediencia, sino dador de los medios que llevan a la obediencia. Y esa especie de poder que nos da de obedecer es precisamente lo que pone en marcha nuestra obediencia. Puédese, por lo tanto, afirmar que cuando no somos obedientes o no tenemos ganas de obedecer, estamos demostrando que no dejamos a Cristo actuar en nosotros.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La Obediencia”, Circular del 30 de mayo de 1975, Vol. XXVI, N° 8, p. 054)

“Con frecuencia quiere Cristo recordarnos su actitud de obediencia, en virtud de la cual cumplió en todo momento con la voluntad del Padre, y realizó una misión de la que podría decir, al final de su carrera mortal: «La he cumplido fielmente». Frase que nos lleva a un Jesús, no sólo maestro de obediencia, sino dador de los medios que llevan a la obediencia. Y esa especie de poder que nos da de obedecer es precisamente lo que pone en marcha nuestra obediencia. Puédese, por lo tanto, afirmar que cuando no somos obedientes o no tenemos ganas de obedecer, estamos demostrando que no dejamos a Cristo actuar en nosotros.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La Obediencia”, Circular del 30 de mayo de 1975, Vol. XXVI, N° 8, p. 054) “Con frecuencia quiere Cristo recordarnos su actitud de obediencia, en virtud de la cual cumplió en todo momento con la voluntad del Padre, y realizó una misión de la que podría decir, al final de su carrera mortal: «La he cumplido fielmente». Frase que nos lleva a un Jesús, no sólo maestro de obediencia, sino dador de los medios que llevan a la obediencia. Y esa especie de poder que nos da de obedecer es precisamente lo que pone en marcha nuestra obediencia. Puédese, por lo tanto, afirmar que cuando no somos obedientes o no tenemos ganas de obedecer, estamos demostrando que no dejamos a Cristo actuar en nosotros.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La Obediencia”, Circular del 30 de mayo de 1975, Vol. XXVI, N° 8, p. 054)

“Habíase llegado prácticamente a decir que toda palabra de los Superiores era vehículo de la voluntad de Dios. Hacía falta para ello representarse a un Dios transmitiendo sus órdenes a través de un Superior infalible, o dándole un cheque en blanco para que lo rellenase a su gusto.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La Obediencia”, Circular del 30 de mayo de 1975, Vol. XXVI, N° 8, p. 109) “Habíase llegado prácticamente a decir que toda palabra de los Superiores era vehículo de la voluntad de Dios. Hacía falta para ello representarse a un Dios transmitiendo sus órdenes a través de un Superior infalible, o dándole un cheque en blanco para que lo rellenase a su gusto.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La Obediencia”, Circular del 30 de mayo de 1975, Vol. XXVI, N° 8, p. 109)

“En tratándose de unas cuantas frases brillantes, la cosa pudiera andar sobre ruedas. Es muy distinto cuando se trata de una manifestación espiritual que me revela con cierta hondura, que busca el hacer a mi comunidad verdaderamente responsable de mi vida y el conseguir que caminemos juntos, encargándome yo de mis hermanos y ellos de mí; que de veras queramos aunar esfuerzos en búsqueda de la voluntad de Dios; entonces, digo, hay que aplicar una dosis muy elevada de caridad y poner las cartas boca arriba.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La Obediencia”, Circular del 30 de mayo de 1975, Vol. XXVI, N° 8, p. 115) “En tratándose de unas cuantas frases brillantes, la cosa pudiera andar sobre ruedas. Es muy distinto cuando se trata de una manifestación espiritual que me revela con cierta hondura, que busca el hacer a mi comunidad verdaderamente responsable de mi vida y el conseguir que caminemos juntos, encargándome yo de mis hermanos y ellos de mí; que de veras queramos aunar esfuerzos en búsqueda de la voluntad de Dios; entonces, digo, hay que aplicar una dosis muy elevada de caridad y poner las cartas boca arriba.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La Obediencia”, Circular del 30 de mayo de 1975, Vol. XXVI, N° 8, p. 115)

Deja que lo que has leído se hunda lentamente en tu espíritu. Ora al Señor por medio de María para que lo comprendas mejor y lo lleves a la vida Deja que lo que has leído se hunda lentamente en tu espíritu. Ora al Señor por medio de María para que lo comprendas mejor y lo lleves a la vida