LOS CERMIS AUTONÓMICOS COMO MOTORES DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS DE DISCAPACIDAD Luis Cayo Pérez Bueno Secretario General del CERMI Estatal 18/12/2007 Madrid

Una comprobación: la intensidad y alcance de las políticas de discapacidad está en relación directa con “la presión” que los poderes públicos, en este caso territoriales, reciban de los movimientos sociales del sector en cuestión A más y eficaz presión, más y mejores políticas

Si admitimos este hecho comprobado, podemos afirmar que los movimientos sociales, como el de la discapacidad, son, somos, un agente político; en buena parte, tendremos las políticas que nos hayamos trabajado… Se impone entonces la pregunta: ¿cómo actuar como grupo de presión cualificado para resultar lo más eficaces posible? La experiencia acumulada en el CERMI Estatal en estos 10 años de existencia, nos permite apuntar unas técnicas de trabajo, trasladables en escala a los CERMIS Autonómicos.

Antes de seguir, hay que recordar y tener presente que los CERMIS somos entidades de incidencia política que tenemos como función influir allí donde se toman las decisiones públicas para que la discapacidad “gane enteros” en la agenda política. ¿Cómo podemos llegar, pues, a los centros de decisión política en términos de influencia efectiva? ¿De qué técnicas podemos echar mano para hacer más eficaz esa labor de incidencia que nos caracteriza? Sobre la base de la experiencia acumulada, podemos señalar algunas que se han revelado útiles en estos años:

1º HACERSE NOTAR, LOGRAR SER PRECIBIDOS Y CONSIDERADOS COMO UN AGENTE CON EL QUE HAY QUE CONTAR. El objetivo es llegar a gozar del estatus de referente de la discapacidad. 2º GANAR ESPEACIOS PARA LA INTERLOCUCIÓN. La interlocución ha de desarrollarse en dos planos: Formal. Representando a la discapacidad en órganos de participación y consulta creados al efecto. Por ejemplo, debemos ponernos como meta que en todas las Comunidades exista un Consejo Autonómico de la Discapacidad. Transversalmente, tenemos que estar representando a la discapacidad en todos aquellos otros órganos de participación que existan y cuya materia sea de nuestro interés (educativos, sanitarios, transportes, consumo, etc.). Informal. Paralelamente a la anterior, ser el referente de la Administración para la negociación en los despachos.

3. SER ACTIVAMENTE PROPOSITIVOS. Debemos elaborar anticipadamente y tener permanentemente actualizado un repositorio, una agenda de propuestas de acción política, para colocarlas allí donde convenga a nuestra estrategia. Hemos de superar definitivamente la cultura del lamento o la queja intransitiva (“¡qué mal está todo!”) e ir por delante con: * un análisis solvente de la situación que queremos cambiar, * una propuesta articulada, consensuada previamente en el seno de cada CERMI, soportada y soportable técnica y económicamente. Quien escribe primero y coloca la propuesta, lleva la ventaja, pues siempre se parte de algo inicial. No esperemos a que nos escriban, escribamos.

4º SABER COLOCAR LAS PROPUESTAS. Tan importante como tener al día una agenda de propuestas solvente, amplia y contrastada, es saber colocarlas, es decir, situarlas en el momento apropiado en los centros de decisión donde pueden ser tenidas en cuenta. Los centros de decisión son múltiples: Partidos políticos, sobre todo en los momentos de elaboración de los programas electorales. Parlamentos. Es una instancia muy agradecida para la discapacidad, que hay que cultivar intensamente. Nuestros representantes parlamentarios, por lo general, son más accesibles que los responsables ejecutivos, suelen querer quedar bien con la ciudadanía organizada y están ávidos de ideas y propuestas. Démosles lo que esperan. Para obtener lo máximo posible del legislativo, hemos de residenciar el interés por la discapacidad en el Parlamento: por ejemplo, promoviendo Comisiones Parlamentarias de Discapacidad, realizando un seguimiento legislativo sistemático, dando a los Grupos propuestas o iniciativas llave en mano (proposiciones de ley, no de ley, mociones, preguntas, etc.). Ejecutivo. Tanto a la Consejería o Departamento de referencia (Asuntos Sociales, etc.) como al resto en los que tengamos un mayor interés (Presidencia, Sanidad, Educación, Transportes, etc.).

Al margen de esos centros de decisión, que son fundamentales, debemos “desperdigar” nuestras propuestas para que las asuman otros agentes, buscado alianzas implícitas o explícitas: sindicatos, ONGS sociales, plataformas de conomía social. Hemos de “contaminar” las demás agendas con nuestros asuntos. 5º HACERNOS VER (EL CALDO DE CULTIVO DE LA PRENSA). Independientemente de usar la prensa –que no suele ser un ámbito fácil para la discapacidad- para nuestros fines generales estartégicos, debemos intentar que sea un caldo de cultivo para nuestra agenda, tratar de que este al servicio de nuestra agenda. Para ello, debemos aprovechar los casos “llamativos”: discrimianciones, tratos desiguales, etc., no sólo en términos de denuncia, sino de medidas que los solucionarían, para que entren en el circuito; o avanzando temas de fondo que son de nuestro interés a medio plazo, generando expectativas informativas.

MUY BIEN, MUY BIEN…PERO CÓMO LO HAGO CON MIS ESCASOS MEDIOS Nadie dijo que fuera fácil, pero en la discapacidad, que hemos sido siempre menesterosos, hemos solventado las carencias con creatividad, con imaginación y con trabajo. Sacando de donde no hay. Eso no es nuevo para nadie aquí. La tarea de “lobby” no es cara, o no tiene por qué serlo. Requiere de estructras livianas, que actúan discretamente, pero con eficacia, y siendo sobre todo foco de pensamiento, relación y propuestas. Aunemos en cada CERMI el nivel político (unitario, cohesivo, convicto y confeso de su misión) con el técnico (uno o dos profesionales con olfato, avispados, con un perfil idóneo), y lo demás, poco a poco, superando mil resistencias y sorteando mil dificultades, vendrá por añadidura. Gracias.