DESARROLLO SOCIOEMOCIONAL AFECTO, APEGO Y REGULACIÓN DE EMOCIONES Componente de Desarrollo y Aprendizaje Infantil Mayo

El Afecto Nuestra capacidad de amar es una de las más importantes como seres humanos; los bebés más pequeños ya son suficientemente sensibles como para entender cómo funciona el amor. El afecto es algo que fluye entre las personas, que puede proporcionarse y a su vez recibirse, involucra a una o más personas en un proceso social interactivo.

Es una relación activa, de afecto y recíproca entre dos personas. Esta interacción es continua a través de rutinas sincronizadas y armoniosas entre dos personas que van adecuando su comportamiento y fortalecimiento así de su vínculo. El vínculo afectivo

Características funcionales del vínculo afectivo Cuando se genera el vínculo afectivo, el niño se esfuerza por mantener “la proximidad” con la persona a la que se vincula: Contacto sensorial favorito y continuo con la persona. Posibilidad de relacionarse con el entorno de mejor manera, pues el bebé se permite explorar a partir de la seguridad en la relación. Fuente de seguridad a la que el niño retorna cuando está triste, tiene miedo o ante cualquier otro malestar. Presencia de ansiedad frente a la separación y sentimiento de pérdida.

Es un vínculo emocional muy fuerte entre el bebé y la madre o cuidador principal. No aparece de manera inmediata, sino que se va desarrollando y va construyéndose a partir de una serie de fases que se inicia en una preferencia general del bebé por las personas a una asociación con la madre o con sus cuidadores. El Apego

Etapas del desarrollo del apego López y Ortiz (2001)

Tipos de Apego 1.Apego seguro. Cuando se observa que el niño o niña explora su entorno con la figura de apego presente, la ausencia de la misma lo lleva a disminuir su conducto de exploración y aparece un sentimiento de angustia evidente que se convierte en señales de alegría y de estar confortable cuando la figura de apego retorna. 2.Apego inseguro (ansioso o ambivalente). Cuando el niño o niña no demuestra o es poco su interés por explorar su entorno a pesar de la presencia de la figura de apego y ante su ausencia la ansiedad por la separación es más intensa. Cuando la madre retorna, se generan conductas ambivalentes, son difícilmente consolados por la madre. 3.Apego evitativo. Cuando el niño o niña se muestra pasivo e indiferente frente a la figura del apego y ante la separación de la misma evitan su contacto. En presencia de extraños no muestran ningún comportamiento. Recientemente se ha descrito una cuarta categoría “ansioso desorganizado” en la que se presenta una combinación de patrones ambivalentes y evitativos. Ainsworth y colaboradores (1978)

La sensibilidad materna Es la capacidad de la madre y/o cuidador principal de notar las señales y demandas del bebé, incluyendo sus señales de stress, poder interpretarlas, saber qué implican esas señales, y responder afectiva y conductualmente de manera apropiada y rápida. Comprende 04 aspectos: La consciencia e interpretación adecuada de las señales, la respuesta apropiada y la respuesta rápida

¿Qué implicancias tiene el Apego seguro en el desarrollo del niño? Cuando el niño tiene apego seguro: Se siente seguro, amado y confiado Por lo tanto, es autónomo, seguro de sí mismo, comunicativo y con iniciativa. Desarrolla empatía Juega más Se asocia con una alta probabilidad de crear relaciones saludables con otros En el futuro puede establecer vínculos afectivos sanos con los demás

Elementos para constituir el apego 1.El contacto físico: contacto piel a piel que los padres y/o cuidadores principales hacen con el niño, para calmarlo, estimularlo, o simplemente con un fin de juego. En general, este contacto se expresa a través de caricias y palmoteos. 2.Contacto visual: es decir, el juego de miradas que se produce entre los padres y el niño. La mirada, al igual que el contacto físico, puede calmar o estimular el bebé, y una mirada cálida, afectiva y que se adapte a los estados del bebé, suele ser muy beneficiosa para su desarrollo. 3.Vocalizaciones: es decir, todos aquellos cantos, palabras, balbuceos, comentarios, etc. que se emiten en la interacción con el bebé. Estas vocalizaciones suelen ser una vía muy útil para calmar o estimular al bebé, y ayuda a que éste se sienta vinculado con sus padres y/o cuidadores principales. 4.La afectividad: todos los elementos anteriores se envuelven en un “tono afectivo” que implica el estado emocional de los padres al cuidar al niño. Es decir, que una madre puede hacer contacto físico, visual y vocalizar, pero si lo hace en un afecto de rabia, no van a tener el efecto positivo esperado.

Regulación de emociones Es la habilidad para identificar y moderar nuestra reacción emocional propia ante situaciones intensas, difíciles, ya sean positivas o negativas. Permite evitar respuestas emocionales descontroladas en situaciones de ira, provocación o miedo.

¿Por qué es importante que el niño aprenda a regular sus emociones y comportamientos? La emoción es una respuesta interna a un estímulo exterior que describe el estado de bienestar que sentimos. La regulación emocional influye en la manera en que los niños se relacionan con otros niños y con los adultos y unos con otros, aprende las normas de convivencia, a comportarse, organizar las rutinas y el reconocimiento de las acciones positivas que realiza. Permite en el niño el reconocimiento de sus emociones y desarrollan su empatía con los otros. Le permite enfrentar situaciones de estrés. Contar con estrategias de autocontrol y resolución de problemas. Mejorar el auto concepto y mantener mejores relaciones sociales; es decir la relación con sus pares, esto también favorecerá las prácticas y conductas positivas de los adultos frente a la niña y el niño.

Acciones que deben realizar la madre y/o cuidador principal para contribuir positivamente en la construcción de la regulación de emociones en el niño De acuerdo a Illinois Early Learning Project ( ), la regulación emocional empieza con las relaciones que los niños van teniendo con los cuidadores. Las emociones son el primer lenguaje del niño y niña por el que los padres e hijos se comunican antes de que el niño empiece a hablar. Entre las emociones propias de la primera infancia son: el llanto y la sonrisa. Los bebés reaccionan a las expresiones faciales y al tono de voz de su madre y/o cuidador, por lo tanto la madre interpreta lo que comunica el bebé, y responde de manera apropiada.

GRACIAS Componente de Desarrollo y Aprendizaje Infantil Mayo