“Estén vigilantes porque no saben qué día vendrá su Señor” DOMINGO I Tiempo de Adviento– Ciclo A “Estén vigilantes porque no saben qué día vendrá su Señor” BARTHIMEUS, Instituto para el Progreso Humano.

ORACIÓN COLECTA DE LA MISA DEL DOMINGO I DE ADVIENTO - A “Dios todopoderoso, aviva en tus fieles, al comenzar el Adviento, el deseo de salir al encuentro de Jesús, para que colocados un día a su derecha merezcamos poseer el reino eterno”.

“Vamos alegres a la casa del Señor”. Salmo (121)

ADVIENTO = VENIDA, LLEGADA, es tiempo de espera. Se inicia un nuevo Año Litúrgico, con el Tiempo de Adviento, Ciclo A. Todo el Año Litúrgico gira en torno a Cristo. Tiene dos focos centrales : CICLO DE NAVIDAD Con la fuerza en la presencia del Señor, naciendo entre nosotros. CICLO DE PASCUA Con la fuerza en la muerte y resurrección del Señor. ADVIENTO = VENIDA, LLEGADA, es tiempo de espera. Nos preparamos para la Navidad y también para la vuelta de Jesús al fin de los tiempos. Recordando que el Señor, día a día, está viniendo a nuestro encuentro. Sin Cristo en nuestras vidas estaríamos como muertos en vida.

Así avanza el Año Litúrgico

Mt. 24, 37-44 “En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos : Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos;

El próximo nacimiento de Jesús nos da felicidad. Este domingo la fuerza está puesta en la venida final del Señor Jesús, que vendrá a recoger la cosecha del amor y el bien que sembró en el mundo y en nosotros. El próximo nacimiento de Jesús nos da felicidad. Esa alegría navideña debe ser la semilla para que la fe crezca fuerte, de modo que también vivamos conscientes de que Jesús volverá como Justo Juez. “Dejemos las obras de las tinieblas y revistámonos de las obras de la luz” Rom. 13

lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre ; dos hombres estarán en el campo : a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo . A una se la llevarán y a la otra la dejarán.

Su venida será inesperada, cada uno tiene su día. Pero Jesús no quiere sorprendernos, quiere que lo tengamos siempre presente. Este Tiempo de Adviento nos invita a vivir alertas, expectantes del regreso del Señor. Vigilantes para agradecerle, para amarlo y para esperarlo. “Ya es hora de que despierten del sueño” Rom. 13

Estén, pues, vigilantes, porque no saben qué día vendrá su Señor.

Entiendan bien que si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón estaría vigilando y no lo dejaría asaltar su casa. Por eso ustedes estén preparados porque a la hora que menos piensen vendrá el Hijo del hombre.” Palabra de Dios

Como algo privado, íntimo. De la cual nos vemos dueños. ¡Curiosas comparaciones! Nuestra vida como una casa. Y su venida final, para el no creyente, inesperada como la del ladrón. Vida como una casa. Como un nido seguro. Como algo privado, íntimo. De la cual nos vemos dueños. En que acogemos o no, a Jesús. Como una casa, ordenada o desordenada. Nuestra vida se construye como una casa. Como la vida y casa eternas que un día tendremos. Venida final inesperada como la del ladrón. Que coge por sorpresa, y arruina al que vivió olvidándose de Dios. Que toma nuestra vida, de la que nos creíamos dueños. Que nos despojará de los falsos bienes, inútiles para la Vida Eterna. Pero que, si estamos preparados, nos llevará de la noche a la luz.

La paz sea contigo Amado Señor Jesús, gracias porque en tu misericordia me evitas la angustia de conocer el día de mi fin en este mundo y el día final de los tiempos. Ayúdame a vivir con esperanza, atento y vigilante, para complacerte y, así, poder esperarte con confianza. La paz sea contigo Barthimeus, Instituto para el Progreso Humano