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VENDRÁ Coment. Evangelio Domingo I Adviento Ciclo A. 27 Noviembre Francisco Cerro Chaves. Obispo de Coria-Cáceres Música: Tim’s lullaby. Wav Montaje: Eloísa Díaz-Jara Avance Manual
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TEXTO BÍBLICO Mt. 24, 37-44 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Lo que pasó en tiempos de Noé, pasará cuando venga el Hijo del hombre. Antes del diluvio la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y, cuando menos lo esperaban, llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
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Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
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Tras la magnífica experiencia del recién concluido Año de la Misericordia que nos ha dejado un sabor agradable, de misericordia que nos debe acompañar en todos los días de nuestra vida futura,
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comenzamos el Tiempo de Adviento, que es un tiempo nuevo, un tiempo de esperanza porque la renovación que nos trae la Salvación, hecha presente en Jesús, está actuando en todos y cada uno de nosotros.
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comenzamos el Tiempo de Adviento, que es un tiempo nuevo, un tiempo de esperanza
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porque la renovación que nos trae la Salvación, hecha presente en Jesús, está actuando en todos y cada uno de nosotros.
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Este primer domingo de Adviento nos habla de que tenemos que estar preparados porque el Señor vendrá.
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El que ha venido hace más de dos mil años y que está viniendo continuamente, como dice un prefacio de Adviento, “en cada persona y acontecimiento”
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y el que vendrá a colmar la esperanza y todos nuestros deseos de amor y de plenitud.
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El Evangelio de Mateo nos refiere que Jesús vendrá no como una amenaza sino como Salvador.
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Nos exige que estemos en vela, es decir, estar despiertos y atentos para escuchar las llamadas que Dios nos hace en el pobre, en el necesitado, en los que viven en las periferias de la vida.
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Que la tristeza no nos adormezca ante una realidad, ante un mundo que parece que no se entera, que va por otra senda,
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que no sólo se ha olvidado de Dios sino que, aparentemente, no le interesa y le deja olvidado en el sótano de la indiferencia.
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Aquí nos pone el ejemplo de que vendrá como un ladrón en la noche, para significar la urgencia de estar preparados,
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la gravedad del momento, lo seria que en la vida no podemos quedarnos cruzados de brazos. Quejándonos siempre de lo mal que está todo.
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Vendrá como un ladrón (a robarnos el corazón).
Como Juez con la Misericordia implacable, como el Amigo confiado y siempre asombrado que se levanta y abre la puerta.
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Vendrá a la hora que menos pensemos, inesperado, siempre sorprendente,
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se presentará en el hogar de nuestro corazón para que nosotros le digamos, una y otra vez,
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“¡Qué bueno que viniste!
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Vendrá. Ya está cerca- Ya prepara las maletas
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y como la nieve que vuelve cada año en las fiestas navideñas, el Señor que ha venido, que viene, y que vendrá, nos anima a seguir preparando el corazón con la esperanza y el amor.
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Él siempre es puntual a la cita
Él siempre es puntual a la cita. Por ello, tenemos que abrir el corazón de para en par.
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A veces, en la historia fría, en la situación en la que viven millones de personas sumidas en todo tipo de pobrezas,
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el Adviento es una llamada a vivir con la certeza de que el Señor no está contra nosotros, sino siempre con nosotros y nos lo recuerda, siempre,
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porque vendrá,
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solo hay que estar atento al latido de su Corazón.
FIN
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