“Salió el sembrador a sembrar.” DOMINGO XV T. Ordinario – Ciclo A “Salió el sembrador a sembrar.” BARTHIMEUS, Instituto para el Progreso Humano.

“Oh Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados ORACIÓN COLECTA DE LA MISA DEL DOMINGO XV T.O. – A “Oh Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados para que puedan volver al buen camino, concede a todos los cristianos rechazar lo que es indigno de este nombre y cumplir cuanto en él se significa”.

“La semilla cayó en tierra buena y dio fruto” Salmo (64)

Mateo 13, 1-9 “En aquel tiempo, salió Jesús de su casa y se sentó a orillas del mar. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó y la gente se quedó de pie en la orilla.

El Señor Jesús es el sembrador. La Palabra de Dios es la semilla. Hay necesidad de seguir sembrando. Así como Él “sale” para sembrar, nosotros también. Este Evangelio, nos muestra la relación que se establece entre la Gracia, la Palabra y el Amor de Dios y nosotros. Él se acerca, nosotros decidimos si lo acogemos, si lo rechazamos, si lo relegamos. o si lo negamos.

Les habló mucho rato en parábolas Les habló mucho rato en parábolas. Les decía : Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, una parte de la semilla cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se la comieron.

¿Cuánto le permito al maligno robarme la Palabra de Dios? Tierra al borde del camino. La semilla puede ser pisoteada por los caminantes, y picoteada por las aves. Por mis frivolidades, mis costumbres relajadas. Por las malas influencias que permito. Por pensar que la fe es anticuada y solo para santos y mártires. LO QUE ME DISTRAE ¿Cuánto le permito al maligno robarme la Palabra de Dios?

Otras cayeron en terreno pedregoso, donde apenas había tierra, y, como la tierra no era profunda, brotaron en seguida, pero en cuanto salió el sol, se marchitaron y por falta de raíz se secaron.

¿Cuánto le permito al maligno robarme la Palabra de Dios? Terreno pedregoso. La semilla carece de tierra, puede ser debilitada y marchitada. Por mi superficialidad, mi inconstancia, mi debilidad ante las pruebas. Mi egoísmo, mis prejuicios acerca de que la fe es para débiles o incultos. LA DUREZA DE MI CORAZÓN. ¿Cuánto le permito al maligno robarme la Palabra de Dios?

Otras cayeron entre espinos, que crecieron y las ahogaron.

¿Cuánto le permito al maligno robarme la Palabra de Dios? Terreno con espinos. La semilla puede ser herida o maltratada hasta morir. Por mi inseguridad ante los afanes de la vida, mi facilidad para dejarme seducir por lo más fácil. Mi pesimismo, mi temor a los sufrimientos. MIS COBARDÍAS. ¿Cuánto le permito al maligno robarme la Palabra de Dios?

El resto cayó en tierra buena y dio fruto : unas, ciento; otras, sesenta; otras, treinta. El que tenga oídos que oiga.” Palabra de Dios

SER BUENA TIERRA, la tierra fértil El que escucha, el que quiere entender, el que cree la Palabra de Dios y obra según lo que cree. Ese dará buenos frutos, según su capacidad, pero los dará. El que aprende a equilibrar lo bello de este mundo con lo bello del Reino de Dios. El que aprende a controlar su egoísmo , su sensualidad, su pereza. El que aprende a respetarse y a respetar. ¿Qué estoy haciendo por mejorar la calidad de la “tierra” de mi alma?

No endurezcas el corazón “El que tenga oídos, que oiga” “Al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará”. Al que tiene disposición para abrirse a Dios. Ese recibirá cada vez más. Oirá, entenderá y verá. No endurezcas el corazón

La paz sea contigo Señor Jesús, te ruego que se haga tu Voluntad en la tierra de mi corazón y de mi vida. La paz sea contigo Barthimeus, Instituto para el Progreso Humano