Cartas a quien pretende enseñar Paulo Freire Natalia Sepúlveda Méndez

Paulo Freire fue un educador destacado e influyente en la educación del siglo XX, en uno de sus escritos dedicado a futuros educadores describe y apela a la creación de una escuela democrática, donde en diez cartas muestra pequeñas verdades cotidianas que pasan por alto los profesores y que sin embargo poseen todo un trasfondo educativo, que debe ser conocido por el educador a la hora enfrentar a sus alumnos en la sala de clases.

“Es una tarea que requiere un gusto especial de querer bien “Es una tarea que requiere un gusto especial de querer bien. Es imposible enseñar sin ese coraje de querer bien, sin la valentía de los que insisten mil veces antes de desistir.” El educador debe amar su profesión no solo realizarla por falta de opciones ya que, la tarea de este es tan importante y relevante en la vida de un niño que puede ser el gran propulsor del éxito este alumno o ser la razón de su fracaso.

“Vine a hacer el curso de magisterio porque no tuve otra posibilidad” Resalta lo difícil que es la labor de educar, porque un profesor enfrenta una sala de clases, donde cada alumno piensa y aprende de una manera distinta por lo tanto el educador debe de alguna manera ingeniárselas para que todos los estudiantes presentes entiendan y puedan aplicar los conocimientos entregados efectivamente; es por esto que esta labor debe ser realizada con vocación.

“Todos sabemos algo, todos ignoramos algo “Todos sabemos algo, todos ignoramos algo. Todos estamos programados para aprender. Por eso aprendemos siempre.” Paulo Freire en su libro, destaca lo importante que es para el educador reconocer que no solo él esta enseñando a sus alumnos si no que también sus alumnos le están aportando conocimientos, no solo en la sala de clases, antes, durante y después de esta, por o que es un proceso continuo de aprendizaje.

Ser profesor/educador, es adquirir un compromiso de por vida ya que se debe formar personas y esta es una gran labor, donde el profesor debiese enseñar a sus alumnos con el ejemplo, no decir “Haz lo que yo digo, no lo que hago”, es ser coherente con todos los actos que se realizan, no solo dentro de un establecimiento educacional, si no con todos los ámbitos de su vida.