El juego simbólico

J. Simbólico 2 – 7 años Lenguaje - Comunicación. Curiosidad por el mundo que les rodea. Representación de la realidad para su comprensión. Expresión de sus miedos y angustias

J.Simbólico Aparece cuando el niño ha adquirido la capacidad de representación. Va ligado a sus propios logros. Mecanismo de adaptación y preparación para la vida.

J. Simbólico Es el juego del hacer como sí, mediante el cual el niño ejerce su capacidad simbólica y su concepto del mundo al fingir conductas.

Evoca objetos, personajes y situaciones que, gracias a su capacidad de imitación y de representación toman cuerpo y adquieren vida en la acción lúdica.

El objetivo es actuar no imitar, recrear en base a la experiencia con el entorno.

En este juego espontáneo, el niño se expresa a sí mismo en la acción y plasma su necesidad de representar a otros, de probar papeles distintos al suyo y de recrear en la ficción, mediante el lenguaje de símbolos, situaciones reales o imaginarias.

Inteligencia, afectividad, competencia lingüística, conocimiento y desarrollo social, aparecen integrados y mutuamente reforzados por esta forma de juego. Por eso se considera al juego simbólico como una plataforma para el aprendizaje.

En la etapa simbólica el niño va a ser capaz de distanciarse de la realidad lo suficiente para crear una situación ficticia en la que sus motivaciones y necesidades van a verse representadas.

En el juego simbólico, el niño mantiene una distancia con la realidad, la recrea y la interpreta mediante símbolos. Separa los significados de los objetos y opera con el significado de las acciones. Silla=caballo, coche, etc.

El juego simbólico es para el niño una necesidad biológica, un mecanismo de adaptación al entorno y de aprendizaje de la vida. Es un medio eficaz de liberación de la agresividad y canalización de los conflictos.

Permite reproducir e interpretar situaciones, modelos y comportamientos tomados de un mundo que no es fácil de asimilar. En el juego simbólico el niño realiza actividades simuladas, actividades imaginarias, ensayos que le preparan para la vida.

Permite probar sin riesgos y sin temor de cometer errores porque sus fallos no tienen consecuencias significativas. Es una fuente de placer y medio de expresión, experimentación y creatividad. Función catártica. Representa acciones de la vida real y da el final que desea.

El juego simbólico no tiene tiempo marcado El juego simbólico no tiene tiempo marcado. Dura mientras divierte y puede desarrollarse y finalizar de muchas formas.

Temas y roles suelen ser negociables. Normas incipientes, egocéntricas, que el niño dicta y modifica a su antojo

PAPEL DEL EDUCADOR / A

El juego simbólico es una actividad que se realiza sin necesidad de la intervención de ningún adulto, aunque está demostrado lo beneficioso de su cooperación y estímulo.

No se trata de que alguien juegue con el niño sino de que esté cerca y le atienda cuando éste lo pide. La seguridad que el adulto proporciona modifica positivamente el ambiente de juego y su actitud de apoyo lo enriquece.

Tomar conciencia del sentido del juego simbólico.. Tener una participación activa, disponible y no intrusiva para favorecer la calidad de juego y enriquecerla.

Impulsar la realización del juego libre asegurando las condiciones que lo favorecen. Fomentar deliberadamente el juego sugerido. Asegurar un ambiente de libertad y de estabilidad para que se puedan desarrollar propuestas.

Proporcionar medios (espacios y tiempo) que favorezcan el juego sin condicionarlo. Preparar material interesante de juego poco o nada estructurado. En ocasiones, estimular su imaginación mediante sugerencias o informaciones.

Alentar la realización de juegos más complejos. Interaccionar con los niños ofreciéndoles seguridad y el apoyo que en cada momento necesiten.

El adulto debe intervenir en las situaciones en las que sea necesario: Cuando el niño realiza acciones aisladas e inconexas. Cuando algún niño sea excluido del juego. Cuando se detecte la existencia de niños dominados por otros.

Cuando se observen liderazgos impuestos por algún niño. Cuando haya peligro de lesiones. Cuando el niño crea un mundo ilusorio que conduce a la fuga de la realidad.