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Fundamentos de Organización y Producción 2ª Parte: PRODUCCIÓN

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Presentación del tema: "Fundamentos de Organización y Producción 2ª Parte: PRODUCCIÓN"— Transcripción de la presentación:

1 Fundamentos de Organización y Producción 2ª Parte: PRODUCCIÓN
LA FUNCIÓN PRODUCTIVA DE LA EMPRESA: EL PROCESO DE PRODUCCIÓN LA CAPACIDAD DE PRODUCCIÓN LOS INVENTARIOS

2 8.1 – Los inventarios Inventario
Un inventado es una provisión de materiales que tiene como objeto principal facilitar la continuidad del proceso productivo y la satisfacción de los pedidos de los consumidores y clientes. Los inventarios actúan como reguladores entre los ritmos de salida de unas fases y los de entrada de las siguientes. La clasificación más importante de los mismos es la que distingue entre inventarios de: materias primas productos semielaborados productos terminados Inventario Ritmo de salida Ritmo de entrada

3 8.2 – Objetivos de los inventarios (i)
El principal objetivo de los inventarios es actuar como reguladores entre los ritmos de sus entradas y las cadencias de sus salidas, lo que puede explicitarse como: Reducción del riesgo. Generalmente no se conoce con certeza la demanda de productos terminados que habrá en el próximo período: Para evitar que un repentino aumento de la demanda produzca un desabastecimiento de productos terminados. Para evitar una detención del proceso de producción por agotamiento del almacén de primeras materias. Abaratar las adquisiciones y la producción. En ocasiones, la forma óptima de producción es hacerlo «por lotes», es decir, fabricar un gran lote de unidades durante un periodo de tiempo corto y no volver a fabricar hasta que ese lote se encuentre casi agotado. En las adquisiciones de materia prima también puede ser económico comprar por grandes lotes, para aprovechar los descuentos por tamaño del pedido, repartir entre mayor número de unidades los costes de transporte, etc.

4 8.2 – Objetivos de los inventarios (ii)
El principal objetivo de los inventarios es actuar como reguladores entre los ritmos de sus entradas y las cadencias de sus salidas, lo que puede explicitarse como: Anticipar las variaciones previstas de la oferta y la demanda. Existen ocasiones en las que pueden preverse las variaciones de la oferta y de la demanda. Puede preverse que una amplia campaña de promoción de uno de los productos va a elevar la demanda del a mismo. Para anticiparse a ella, la empresa acumula productos terminados en sus almacenes. Otro tanto ocurre cuando la materia prima (por ejemplo, productos agrícolas) o los productos terminados (por ejemplo, helados y ventiladores) están sometidos a variaciones estacionales Facilitar el transporte y la distribución del producto. Aunque la demanda de los consumidores finales sea perfectamente previsible, generalmente los productos han de ser transportados desde los lugares de fabricación hasta los de consumo, y el transporte no puede efectuarse de forma continua. Por ello, la producción se almacena para ser transportada en lotes. Otro tanto sucede en el proceso de elaboración de algunos productos que se van completando en sucesivas fases realizadas en puntos más o menos distantes entre sí.

5 8.3 – Los costes de los inventarios (i)
Para decidir el nivel optimo de los inventarios, han de tenerse en cuenta sus costes, que son los siguientes: Costes de almacenamiento, posesión o mantenimiento de inventarios. A medida que el nivel de los almacenes aumente, se incrementará el volumen de recursos financieros inmovilizados en los mismos. Estos recursos tendrán un coste que será igual al coste del capital que los financia (coste del pasivo) o el coste de oportunidad que comporta la rentabilidad que podría obtenerse si se les invirtiera de otro modo (coste del activo alternativo). Además, se incurre en costes de alquiler o de amortización de los locales destinados a almacenes, costes de control de los productos, de manipulación física, de obsolescencia y mermas de los productos almacenados, de seguros, etc. Evidentemente, estos costes son tanto mayores cuanto mayor sea el nivel del inventario o nivel de stocks. Costes de reaprovisionamientos, renovación del stock o realización de pedidos. Con cada lote que se pide para reaprovisionar el almacén, se incurre en costes comerciales, administrativos y de distribución que suelen suponerse independientes de cual sea el tamaño del pedido. Dado que a medida que se incremento el volumen de los almacenes se reduce el número de órdenes que es preciso realizar al año, el coste anual por pedidos se reduce con el nivel de los inventarios.

6 8.3 – Los costes de los inventarios (ii)
Costes de ruptura de stocks. La ruptura de stocks se produce cuando la empresa se queda sin inventarios. Cuando la ruptura se produce en el almacén de productos terminados, la empresa se enfrenta a la imposibilidad temporal de satisfacer las demandas de sus clientes, lo cual provoca siempre una pérdida de imagen, y en ocasiones una pérdida de ventas. Si la ruptura se produce en el inventario de materias primas o en el de productos semi-terminados, provoca una detención total o parcial del proceso de producción. Además, si esta situación se prolonga, la ruptura del stock de materias primas o del almacén de productos semielaborados puede dar lugar a una ruptura del inventario de productos terminados. La probabilidad de incurrir en costes de ruptura es tanto mayor cuanto menor sea el tamaño del inventario. Dicho de otro modo, las rupturas son más frecuentes en las empresas que tienen inventarios pequeños y, por tanto, los costes anuales por rupturas son mayores en éstas que en las que detentan grandes almacenes.

7 8.4 – Los costes de los inventarios y su tamaño
Teniendo en cuenta sus costes, se podría afirmar que: En general, interesará mantener grandes inventarios cuando: Los costes de realización de pedidos son elevados. Los costes de almacenamiento son bajos. Realizando grandes pedidos es posible obtener importantes descuentos de los proveedores. Se espera un crecimiento sustancial de la demanda. Se esperan fuertes subidas de precios. Complementariamente, se mantendrán bajos niveles de inventarios cuando: Los costes de almacenamiento son altos y los de realización de pedidos son bajos. La demanda de la empresa es estable, siendo improbable un crecimiento súbito. Los proveedores son de confianza y no existen dificultades de reaprovisionamiento. No es posible aplazar el pago a los proveedores y existen dificultades de financiación de las existencias. Se esperan importantes disminuciones de precios.

8 8.5 – Tipos de demanda La demanda dependiente:
En materia de inventarios tiene gran importancia la distinción de dos tipos de demanda: La demanda independiente: Es aquella que viene determinada directamente por el mercado. Es la demanda propia de aquellos artículos que son demandados por el mercado de manera inmediata, sin la mediación de otros bienes. Es el caso de la demanda de productos terminados, de repuestos, etc. Denominados también bienes finales. La demanda dependiente: Es aquella que se encuentra vinculada a la demanda de otros productos. Es una demanda mediata, en el sentido de que entre el mercado y los bienes que son objeto de la misma median otros bienes.

9 8.6 – Tipos de sistemas y modelos de inventarios (i)
Un sistema de inventarios está integrado por una estructura organizativa y por un conjunto de reglas, políticas y procedimientos de mantenimiento y control de los bienes inventariados. Al sistema le corresponde: La ordenación de pedidos y su recepción Determinar el tamaño de cada pedido y el momento en el que ha de enviarse la orden. Mantener información actualizada de qué se ha pedido, cuánto se ha pedido, y a quién se ha pedido.

10 8.6 – Tipos de sistemas y modelos de inventarios (ii)
Existen dos tipos básicos de sistemas de inventarios que dan lugar a dos tipos de modelos. Son los siguientes: El sistema de volumen de pedido constante (sistema Q), al que también se suele denominar sistema de volumen económico de pedido. En él todos los pedidos tienen el mismo tamaño y se realizan cuando se comprueba que es necesario, lo cual puede suceder en cualquier momento, dado el nivel de existencias del almacén y la demanda prevista. El sistema de periodo constante (sistema P), que también recibe otras denominaciones, como sistema periódico, sistema de revisión periódica, o sistema de intervalo fijo de pedido. En él se establece un periodo constante entre cada par de pedidos. Estos se efectúan cuando ha transcurrido ese periodo, y su tamaño es variable dependiendo del nivel que tenga el inventario al llegar ese momento y de la demanda prevista. En la práctica, se utilizan los dos tipos de sistemas: El sistema P, por requerir mayores inventarios, se aplica en los inventarios de productos de poco valor. Por el contrario, el sistema Q se utiliza mucho para artículos caros en los que lo que se gana teniendo una inmovilización de recursos financieros más baja, compensa los gastos derivados del elevado nivel de control que requiere.

11 8.6 – Tipos de sistemas y modelos de inventarios (iii)
Los distintos sistemas de inventarios conducen a diferentes modelos. Pero los distintos tipos de modelos también se pueden diferenciar según el nivel de información existente. Se distinguen: Modelos deterministas, en los que la demanda se supone conocida con certeza. Modelos probabilísticos o aleatorios, en los que la demanda sólo se conoce en términos de probabilidades.

12 8.7 – Modelos deterministas de gestión de inventarios (i)
En 1915, F. W. Harris desarrolló el modelo de volumen económico de pedido, que es el más conocido y utilizado de los modelos deterministas. Esa popularidad del modelo se debe a los esfuerzos de un consultor y asesor de empresas denominado Wilson. Por ello también se le suele denominar modelo de Wilson aunque fue desarrollado por Harris. Los supuestos en los que se basa este modelo son los siguientes: La demanda del producto es constante, uniforme y conocida. Dicho de otro modo, cada día sale del almacen la misma cantidad. El tiempo transcurrido desde la solicitud del pedido hasta su recepción (plazo de entrega) es constante. El precio de cada unidad de producto es constante e independiente del nivel del inventario y del tamaño del pedido, por lo que no es una variable que deba incorporarse en el modelo. Esto incluye el supuesto de que no existen descuentos por tamaño del pedido. El coste de mantenimiento o almacenamiento depende del nivel medio del inventario. Las entradas en el almacén se realizan por lotes o pedidos constantes y el coste de realización de cada pedido es también constante e independiente de su tamaño. No se permiten rupturas de stocks, sino que ha de satisfacerse toda la demanda. El bien almacenado es un producto individual que no tiene relación con otros productos.

13 8.7 – Modelos deterministas de gestión de inventarios (i)
Cuando se cumplen estos supuestos, la evolución temporal del inventario, en unidades físicas, se ajusta a una forma de «dientes de sierra». La forma que tienen estos dientes (vertical a la izquierda e inclinada a la derecha) se explica por el supuesto de que las entradas se efectúan por lotes y de que las salidas (demanda) se producen de forma constante y continua. En la figura resulta: Q : es el tamaño del lote o pedido L : es el plazo de entrega R : es el humero de unidades físicas que hay en el almacén en el momento de realizar el pedido además del stock de seguridad Ss: es el stock de seguridad Q S R SS L Unidades físicas en el inventario Tiempo

14 8.7 – Modelos deterministas de gestión de inventarios (ii)
Q S R SS L Unidades físicas en el inventario Tiempo El tamaño del pedido Q, influye en la frecuencia con la que se tendrán que realizar los pedidos y en el nivel de inventario. Cuanto menor es el tamaño del pedido, mayor es la frecuencia con la que hay que renovar el almacén (lo que hace que el coste anual de realización de pedidos se eleve) y menor es el nivel medio del almacén (con lo que también resulta menor el coste de mantenimiento). Si el tamaño del pedido es grande, también lo será el nivel medio del almacén y el coste de mantenimiento, pero el número de pedidos al año y el coste de realización de pedidos serán pequeños. El modelo de Wilson permite determinar el tamaño del pedido para el cual es mínimo el coste total.

15 8.7 – Modelos deterministas de gestión de inventarios (iii)
El nivel medio de inventarios es: Si el coste anual de almacenar una unidad es g , el coste anual de almacenamiento será: Si q es la demanda anual, y Q es el tamaño de cada pedido, al cabo del año el numero de pedidos que se realizan es: Si el coste de realizar un pedido es k , el coste anual de aprovisionamiento será: Por lo que el coste total es: Para hallar el lote Q que optimiza el coste, se deriva este coste respecto de Q y se lo iguala a 0: De donde se deduce que el tamaño óptimo del pedido es:

16 8.7 – Modelos deterministas de gestión de inventarios (iv)
Conociendo Q, la cantidad de pedidos a realizar por año es: Los días que han de pasar entre pedidos son: La demanda diaria es: Por lo tanto la demanda correspondiente a los L días que forman el plazo de entrega es: Por lo que el nivel de inventario en el momento de pedido es:

17 8.8 – Sistemas de control de inventarios: concepto y funciones
Todos los sistemas de inventarios incorporan un sistema de control que se responsabiliza de las siguientes funciones: Mantener un registro actualizado de las existencias. La periodicidad de la actualización varía de unas empresas a otras y depende, además, del tipo de producto de que se trate (de su valor, de su importancia para el mantenimiento de la actividad de la empresa, etc.) Informar sobre el nivel de existencias para saber cuándo se debe hacer un pedido y cuanto se debe pedir de cada uno de los productos. En muchos casos, se establecen reglas de decisión relativas a sistemas de pedido constante (Q) o de periodo constante (P) y el propio sistema informático que registra las existencias extiende una orden de pedido en el momento adecuado y del tamaño preciso. Notificar situaciones fuera de lo común que pueden constituir síntomas de errores o de un mal funcionamiento del sistema, como el sistemático exceso de inventarlos, la realización de un pedido extraordinariamente grande o pequeño dadas las existencias, o la excesiva frecuencia de las rupturas de stocks. Elaborar informes para la dirección y para los responsables de los inventarios.

18 8.8 – Sistemas de control de inventarios: el método ABC de control de inventarios
El Principio de Pareto también suele ser aplicable en los inventarios, en los que unas pocas unidades almacenadas representan un gran porcentaje del valor del inventario. De ello se deduce que el control minucioso sólo es necesario en unos pocos artículos, en tanto que en los demás es suficiente una revisión menos rigurosa. A B C Valor de la inversión (en % sobre el total) Unidades almacenadas (en % sobre el total) El grupo A está formado por los artículos que, suponiendo un importante porcentaje de la inversión total en productos inventariados, representan una proporción muy pequeña del número de unidades almacenadas. Controlando esta pequeña parte de las unidades, se tiene controlada la mayor parte del valor del almacén. Los productos del grupo C son aquellos que menos interesa controlar, pues representan la mayor proporción de las unidades almacenadas y, sin embargo, su valor es muy pequeño. Los artículos del grupo B tienen una importancia relativa al número de unidades del almacén semejante a la que tienen con referencia al valor total de la inversión en el inventario.

19 8.9 – Suministro Just-in-Time
Para reducir los costes de los inventarios minimizando el volumen de existencias, se está extendiendo por numerosos países, especialmente de la mano de empresas multinacionales, el sistema de inventario justo-a-tiempo (Just-in-time inventory) ), popularizado en Japón. Este sistema se basa en la recepción de pequeños pedidos frecuentemente (puede ser varias veces al día) y con tanta proximidad al momento de su utilización como sea posible, lo que requiere que los proveedores se localicen cerca de su cliente. Esta aproximación física favorece, además, los contactos para la resolución de problemas comunes y para la firma de acuerdos. La reducción del número de días que permanecen almacenadas las unidades, es decir, la disminución del período medio de almacenamiento y, por tanto, del periodo medio de maduración, supone un aumento de la rentabilidad de la empresa, pues no sólo se reducen los costes de inventarios y la posibilidad de daños y mermas, sino que también disminuyen las necesidades de capitales inmovilizados.


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