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A nombre de los campesinos de Coahuila, agradezco la oportunidad de hacer uso de esta tribuna y referirme al delicado tema del campo. La mayor desigualdad.

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Presentación del tema: "A nombre de los campesinos de Coahuila, agradezco la oportunidad de hacer uso de esta tribuna y referirme al delicado tema del campo. La mayor desigualdad."— Transcripción de la presentación:

1 A nombre de los campesinos de Coahuila, agradezco la oportunidad de hacer uso de esta tribuna y referirme al delicado tema del campo. La mayor desigualdad entre los campesinos mexicanos se concentra en las zonas rurales, en especial en las áridas y serranas y en algunos grupos productores de economía precaria. Por ello, México requiere urgentemente que todos los productores rurales tengan la posibilidad real de desarrollar una agricultura rentable y competitiva; no sólo como un imperativo de justicia social, sino también porque la agricultura y su enorme globalización representa un gran potencial para hacer un aporte mucho más significativo a la solución de los grandes problemas nacionales.

2 Sin embargo, mientras la gran mayoría de los productores agropecuarios del país se sigan viendo obligados a practicar una agricultura atrasada y rudimentaria que los orille a producir en sus parcelas parte del autoconsumo familiar, esto solamente será un buen deseo. Antes no olvidemos que se producía para comer y exportar. Hoy se importa solamente para comer. Estas distorsiones generan ineficiencia y son la principal causa del subdesarrollo en el medio rural que tanto han dañado al campo mexicano. Mientras los agricultores no cuenten con las condiciones que les permitan introducir innovaciones tecnológicas para eliminar estas ineficiencias y en consecuencia aumentar sus rendimientos, hoy bajísimos, será imposible que se vuelvan competitivos. Esta situación se agrava hoy que han desaparecido los subsidios para compensar estas distorsiones. Así que la disyuntiva es dramática: o luchamos para eliminarlas o acabaremos expulsados de nuestra propia fuente de ingreso: el campo.

3 Pero no es suficiente que los cambios que requerimos sean tecnológicos y se inserten únicamente en la etapa de producción. Hace falta una organización eficiente en los procesos administrativos, gerenciales y de organización y así en toda la cadena agroalimentaria. Es necesario transformar a nuestros campesinos, limitados en recursos, en eficientes (aunque sean pequeños) productores y como consecuencia mejorar realmente sus ingresos. Es claro que el problema de hacer mas eficiente al campo mexicano, está fuera de discusión. Cómo hacerlo es el dilema. Desde hace mas de 45 años, tanto en nuestro país como en América Latina y el Caribe, se han realizado intentos infructuosos para lograr un modelo convencional de desarrollo rural, porque hoy en día los gobiernos no pueden disponer de recursos económicos suficientes como para ofrecer a los productores todos los factores necesarios en el proceso productivo, tales como créditos preferentes, insumos de alto rendimiento, animales de alto potencial genético, equipos modernos, obras de infraestructura, subsidios, garantías oficiales de precios y comercialización, etc.

4 En las actuales circunstancias, y ante los riesgos que representa la apertura comercial derivada del Tratado de Libre Comercio para América del Norte no existe posibilidad alguna de que los campesinos mexicanos puedan desarrollarse igual que sus pares de Estados Unidos y Canadá si se insiste en hacerlo a través del modelo tradicional. El neoliberalismo, la reducción del aparato del Estado, las restricciones a créditos y la eliminación de subsidios hace imposible un desarrollo equilibrado y lo mas importante, sustentable a largo plazo, de nuestros productores. Por eso no sigamos desperdiciando tiempo y recursos, cada vez más escasos, creando falsas expectativas en la sociedad y postergando la solución de los verdaderos problemas que detienen el desarrollo rural. El Gobierno Federal no puede renunciar al objetivo de la equidad en el campo por imperativos económicos, sociales o políticos que siempre parecen mas urgentes que el campo mismo. Los gobiernos de los estados han tenido que tomar la responsabilidad de modernizarse como pueden, ante la falta de apoyo de la Federación.

5 Desafortunadamente el Programa Federal Alimentario que anunció el Presidente de la República tampoco satisface estas necesidades. Hace unos cuantos días nuestro dirigente nacional, Cruz López Aguilar, aseguró que el Programa le apuesta a los productores del exterior; a lo extranjero, lo que es preocupante, porque hasta en la cuestión de los fertilizantes el Gobierno ignora a la industria petroquímica mexicana y creemos que no le falta razón. Es mas, el Secretario de Agricultura Alberto Cárdenas Jiménez confirmó que los 4,500 millones de pesos anunciados para el programa oportunidades serán descontados íntegramente del presupuesto al campo para este año. Cruz López Aguilar advirtió que esta actitud del Gobierno pone en situación crítica a todos los productores del país, debido a que se pretende desaparecer el esquema de la agricultura por contrato, la mejor herramienta con la que hoy cuentan los campesinos, ya que al colocarlos en el mercado abierto, los precios de sus cosechas se reducirán hasta en 300 pesos por tonelada con respecto al precio internacional. De hecho, dijo: Acaba con los apoyos a la comercialización cuando mas se necesita

6 Ante este cúmulo de riesgos latentes para los campesinos mexicanos nuestra Confederación Nacional Campesina, suscribió con funcionarios de la SAGARPA el día 9 de junio pasado diversos puntos de acuerdo que buscan frenar el impacto de estas medidas y obligar al gobierno federal a participar conjuntamente con los campesinos a través de sus organizaciones reconocidas en el desarrollo de un esquema mas justo y equitativo para todos, buscando desde luego, la sustentabilidad de la actividad agrícola. En Coahuila los apoyos que otorga el Estado a sus productores rurales se hacen llegar a quienes realmente los necesitan, sin necesidad de cubrir los trámites o requisitos burocráticos que imponen a través de sus esquemas normativos, los programas federales. Se entregan con verdadero sentido social y no para beneficiar a grupos que solamente buscan el voto por su partido.

7 Por ello, nos preocupan las nuevas reglas que impuso la Federación para hacer llegar el beneficio de estos apoyos a sus reales destinatarios, las cuales discriminan su entrega condicionando su destino a la conveniencia de sus propios intereses y de los de su Partido. Qué, ¿esto no es un secuestro electoral de los programas sociales?. Lo anterior no ha generado beneficio alguno para los campesinos a quienes supuestamente debían beneficiar estos programas. Mas aun, podemos afirmar que la población del campo se mantiene hoy mayoritariamente viviendo bajo condiciones de mayor pobreza que antes y que inclusive aquellas tierras con las que fueron beneficiados como producto de la lucha revolucionaria se traten ahora de desaparecer presionando a los ejidatarios a través de una institución que fue creada con el fin de hacer justicia a los hombres del campo y darle seguridad jurídica a la tenencia de la tierra. Me refiero de manera concreta a la Procuraduría Agraria, la que conjuntamente con el Registro Agrario Nacional se ha encargado de facilitar y hasta obligar a los ejidos que pongan en venta sus tierras a los clientes que ellos mismos proponen.

8 Por ello, resulta impostergable que se presenten cambios en las formas de participación de las y los productores del campo, las instituciones, las leyes y las políticas publicas para que reviertan su forma de actuar evitando una posible polarización social, hoy provocada por la aplicación de políticas de la centralización de funciones, negando a los gobiernos estatales el derecho legitimo de poder decidir y planificar las condiciones fundamentales de promover el mejoramiento socio- económico de la vida en el campo y de la población del AGRO. En países como el nuestro que no es capaz aún de generar todos los productos agropecuarios que su población consume resulta evidente la dependencia alimentaría, tecnológica y económica de otros países. Esta ha impactado en procesos de liberación comercial y financiera impulsados a través de los tratados de libre comercio entre países asimétricos, unos con altos índices de productividad agrícola, sustentados en fuertes subsidios económicos y ecológicos, y otros con bajos niveles de productividad y limitados apoyos financieros a sus sectores rurales.

9 A lo anterior hay que agregar la crisis alimentaría que agobia hoy al mundo y el aumento generalizado en los precios a los productos básicos. En México esta circunstancia afecta a 24,257,000 trabajadores, que conforman la población ocupada con los ingresos más bajos en la pirámide social al tener que destinar casi el setenta por ciento de su ingreso monetario para la compra de alimentos. Por otra parte, las políticas orientadas al campo mexicano, han sido predominantemente generadas desde el gobierno federal. Por ello, Beatriz Paredes Rangel exigió al Gobierno del Presidente Calderón estructurar políticas agropecuarias firmes para hacerle frente a la carestía ante la difícil situación económica por la que atraviesan los sectores con menores ingresos por el alza en los precios de los productos de primera necesidad. Todo lo anterior, además, ha impedido que los gobiernos estatales puedan impulsar de manera libre y soberana sus propias políticas en materia agropecuaria las que no siempre tienen porqué coincidir con el Gobierno Federal. Al marcar la Federación la directriz única en que debe instrumentarse la política nacional en materia agropecuaria, se contraviene, además, el principio constitucional de respeto a la soberanía de los Estados e impide un verdadero desarrollo nacional.

10 Me pregunto, como es posible que a los estados se les de un trato igual y no me refiero a la cantidad de presupuesto que se destina a cada uno, sino a las condiciones climatológicas, orográficas, ecológicas y socioeconómicas que refleja cada una de estas entidades por ejemplo: si hablamos de estado de Chiapas, la precipitación pluvial es superior a los 700mm anuales y en el estado de Coahuila oscila entre los 250mm anuales, dónde los mayores desastres naturales guardan una gran diferencia, en el primer estado, son inundaciones y en el segundo son sequías frecuentes y cíclicas. Y ya no digamos del resto de la república. Existen grandes diferencias entre las diversas regiones del país que no pueden ser tratadas iguales a través de unas reglas de operación generales del programa concurrente que ha ideado el Gobierno Federal como la panacea para el campo mexicano. Aceptar lo anterior es aceptar el profundo desconocimiento de nuestra república y afirmar que quien tuvo la idea de conceptualizar este programa para beneficio del campo mexicano, solamente conoce como tal el Campo Militar, Campo Santo y el Campo de golf.

11 Por lo tanto me permito proponer ante este Foro Nacional temático, Federalismo y Descentralización en el tema de Desarrollo Agropecuario lo siguiente: Que se respete el presupuesto original respecto de los egresos destinados por la federación al campo, no condicionándolo a la aportación de cada estado. Qué los programas de apoyo al campo se valgan de los institutos de investigación, universidades y productores estatales, para fijar las fechas de apertura de las ventanillas para la entrega programada de dichos recursos, así como presentar un proyecto anual para el mejoramiento de las reglas de operación en cada estado. Menos burocracia y mayor eficiencia. Que sea el Poder Legislativo de cada Estado quien acepte o modifique dichas reglas para la aplicación de los recursos así como para la apertura de las ventanillas correspondientes.

12 Que sean los distritos de desarrollo rural, los que promuevan los diferentes programas pero sin las facultades de determinar la aplicación de los recursos y que los centros de apoyo al desarrollo rural se dediquen a brindar el apoyo técnico y consoliden las condiciones fitosanitarias del campo restableciendo el antiguo extencionismo. Que los funcionarios federales responsables de la aplicación de los recursos generados por la Federación lo hagan a través de los congresos legislativos de los estados, con el fin de establecer esquemas participativos y de coordinación en la toma de decisiones como órganos de consulta al aprobar las reglas de operación así como la apertura a las ventanillas. Que las Universidades estatales revisen la viabilidad de los proyectos entregados y los consejos municipales de desarrollo rural sustentable y determinen a través de los consejeros de los productores a los beneficiados con los apoyos basándose en la normatividad vigente autorizada por el congreso del estado que corresponda.

13 Todo lo anterior no es una propuesta del suscrito. Es la suma de muchas, muchísimas inquietudes de los productores agropecuarios del Estado de Coahuila y reflejan, en buena medida la realidad nacional. Muchos son los retos que enfrenta la sociedad al inicio de este milenio. Dos son fundamentales: uno es el crecimiento acelerado de la población mundial que reclama satisfactores, oportunidades y una justa distribución de la riqueza cada vez con mayor celeridad. El otro es la autosuficiencia alimentaria. México no puede quedar a la zaga en ninguno de ellos. Nuestra responsabilidad es garantizar a las nuevas generaciones el desarrollo sustentable del que gozamos en nuestra juventud. Por el bien de todos, trabajemos por México. Muchas Gracias.


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