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TEMA 1: LA IMPORTANCIA DE SER FAMILIA DISCÍPULA MISIONERA VER: Quisiéramos tener como punto de partida la realidad de nuestras familias: una de la.

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3 TEMA 1: LA IMPORTANCIA DE SER
FAMILIA DISCÍPULA MISIONERA VER: Quisiéramos tener como punto de partida la realidad de nuestras familias: una de la crisis más grande de nuestro país es la falta de familias discípulas misioneras (escuelas de fe, de amor y de esperanza, forja de nueva humanidad); en esta triste realidad se centra la caída de valores que vivimos en nuestra sociedad. La catequesis ya no tiene como punto de partida la formación cristiana que niños y jóvenes recibían en su hogar, los padres ya no asumen la misión de ser los primeros catequistas de sus hijos. Somos testigos de cómo la droga, el alcohol, el embarazo precoz, la promiscuidad, han ido carcomiendo nuestra realidad familiar (IF 19). Revisa tu realidad familiar a la luz de la Palabra de Dios: Mt. 5, JUZGAR: Uno de los textos clave para comprender el discipulado desde el evangelio de Mateo 14, 28-31, Pedro que intenta ir caminando hacia Jesús sobre las aguas; esta experiencia de Pedro sería un reflejo de la experiencia de la comunidad mateana. A ellos y a nosotros el Evangelio nos dice lo mismo que a Pedro: hombre de poca fe ¿por qué has vacilado? Para el evangelista es importante que los discípulos cultiven dos actitudes: la fe en Jesús y la capacidad de comprender sus enseñanzas. En la visión de Lucas, discípulo es aquel, que acepta dejarlo todo para seguir a Jesús y vivir según la radicalidad y las prioridades del Reino de Dios (Lc. 9, , 24), el verdadero discípulo no es el que dice Señor, Señor, sino el que cumple la voluntad del Padre (Lc. 6, 46). En el Evangelio de Lucas se entrelazan la Vocación (el llamado y la respuesta), la formación (la maduración de las aptitudes para el seguimiento de Jesús y la preparación para la labor evangelizadora) y la misión (anuncio, testimonio del Evangelio y apertura y trabajo por el Reino de Dios).

4 En Marcos, son las discípulas las que cumplen un papel fundamental para la comprensión del discipulado, ellas que han estado ocultas a lo largo de todo el relato, aparecen en el momento de la pasión, como testigos de su cruz y su sepultura (Mt 15, 40-47), por eso serán ellas las primeras en reconocer que Jesús ha resucitado (Mt 16, 1-8). Así los discípulos aprenden de ellas a ser fieles en la dificultad, fieles hasta la pasión y la cruz y testigos que proclaman la resurrección del Señor. En Juan el discípulo es ante todo el que cree en Jesús (Jn 2, 11) y todo aquel que está unido a Él por la fe (Jn 15, 1-8). Los discípulos siguen, a lo largo del evangelio, un proceso de iniciación que les conducirá al conocimiento pleno y a la fe (Jn. 13 – 17), adquiriendo los rasgos característicos de un discípulo: un amor como el de Jesús, la unión íntima con Jesús y con el Padre y la posesión del Espíritu Santo. El discípulo es un hombre o una mujer que vive en comunión plena de amor con la Trinidad. Este camino de seguimiento debe llevar a la familia a compartir el estilo de vida de Jesús. A testimoniar la alegría, que viene de la salvación y del amor de Dios; la familia se descubre don para el mundo, ya que su alegría está cargada de esperanza, cargada de vida, de salvación, del gozo de la liberación (Aparecida 27 y 28), haciendo de su testimonio y de su anuncio una buena noticia que repercute en la transformación del mundo. Uno de los emblemas misioneros que más puede ayudarnos a descubrir la profunda identidad del discipulado y la misión, es América Sal de tu tierra. Podríamos decir con toda propiedad a cada familia cristiana dispersa a lo largo y ancho de Venezuela: Familia, Sal de tu tierra. Sé discípula misionera. Esta frase la entendemos en un doble sentido:

5 ser sal: buscando en la Trinidad su modelo perfecto de amor, de comunicación, de servicio, siendo ella escuela de fe, de oración y de vida cristiana (Documento de Aparecida 434) y salir: convirtiéndose en una familia evangelizada y evangelizadora, testigo creíble del amor de Dios (Documento de Aparecida 437). La familia como iglesia doméstica, descubre en la misión lo que ella es y lo que ella está llamada a hacer: pues en la vida del discípulo el don de la fe se fortalece en el testimonio, se acrecienta en el anuncio. La familia en su camino de discipulado vive la convicción de que la fe se fortalece en la misión, y descubre que la misión requiere de un amor que asume las características del amor juvenil: apasionado, arriesgado, entrega total, por el cual somos capaces de arriesgar la vida y de las características del amor adulto: comprometido, definido y decidido; conjugando en su vida familiar las frases de Pablo: ¡la vida… la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí! (Gal. 2, 20) y ¡ay de mí si no predico el Evangelio! (1Cor. 9, 16).

6 Parroquia Ntra. Sra. del Carmen - Trujillo.
ACTUAR: ¿De qué manera mi familia puede asumir el reto de ser discípula misionera? ¿Sentimos el llamado a la conversión que el Señor nos hace? ¿En qué estamos dispuestos a cambiar para que nuestra familia sea discípula misionera? ¿Qué valores el Señor nos invita a fortalecer en nuestra vida familiar? CELEBRAR: Una familia discípula escucha, vive y anuncia el Evangelio. Escuchar es disponer nuestros oídos para oír la Palabra de vida; permitiendo que la Palabra cuestione nuestra forma de vivir, que conduzca nuestra familia a un camino progresivo de conversión, de tal manera que nuestra vida familiar se simiente en valores evangélicos que nos lleve a ser testigos… levadura que transforma el mundo (Mt. 13, 33). Es por eso que queremos invitar a tu familia a que con una pequeña celebración entronicen la Palabra de Dios en tu hogar: Los invitamos a colocarse todos los miembros de la familia en un lugar de la casa y a llevar la Biblia en procesión colocándola en una mesita central y sentándose todos alrededor de la Palabra de Dios. A continuación te invitamos a leer el siguiente texto: Lc. 10, Y a concluir con oraciones espontaneas como la siguiente: Señor, queremos que nuestra familia se siente siempre a los pies de Jesús, para escuchar tu Palabra; quedándose como María, con la mejor parte. Queremos comprometernos contigo a ser una familia de discípulos misioneros, que escuche, que viva y anuncie tu Palabra. La familia se toma de las manos y teniendo en medio la Palabra hace la oración del Padre Nuestro. Pbro. Dr. Endeer Zapata Parroquia Ntra. Sra. del Carmen - Trujillo.

7 REFLEXIÓN En la vida de hogar hay cantidad de cosas por hacer que parecen necesarias, como es limpiar, preparar la comida, cuidar de los hijos, etc. Con todos estos quehaceres, no queda tiempo para escuchar a los demás ¿de que vale esa vida? Hacemos quizás muchas cosas necesarias para el servicio de Dios y del prójimo, y sin embargo, una sola cosa es necesaria para todos: “escuchar a Cristo cuando se hace presente”

8 TEMA 2: FAMILIA - PRIMERA ESCUELA DE FE
En el marco de la MISIÓN CONTINENTAL, la FAMÍLIA tiene un “rol” de muchísima importancia. Esta semana del ABRAZO en FAMILIA es el tiempo propicio para crecernos en la conciencia de que en este “nido” se van a formar los “discípulos – misioneros” de Jesucristo. - Abramos nuestros ojos para VER -El don de la Fe, es un regalo que se nos fue ofreciendo de generación en generación. Basta recordarnos la devoción de nuestra “Abuela”…, pues bien, ¿y de quien habría aprendido ella sino también de su “Abuela”?, esto nos quiere decir, que el seguimiento de Jesús no es un acto individual – solitario, antes, el don de la fe que se nos entrega en el Bautismo es un don para ser compartido y vivido con los demás, de hecho todo bautizado entra a formar parte de una comunidad. -La Misión Continental contempla en uno de sus objetivos exactamente, el compartir la fe y la renovación de la misma. ¿Por qué ésta se hace urgente en nuestros días?, justo porque muchas familias están dejando de “preocuparse” con este aspecto tan esencial para toda persona, que es conocer y amar a su propio Creador…, es de ahí donde nace el sentido del “discipulado”…, todo Discípulo sigue y aprende del Maestro, ¿cómo van nuestras generaciones futuras aprender las actitudes de Jesús, si no Lo conocen?; y como dice el dicho: “Nadie ama al que no conoce”. -En tiempos no muy remotos veíamos familias enteras, arreglarse y salir juntos para el “paseo dominical” que tenía como meta la parroquia, o la comunidad reunida entorno a la Palabra y la Eucaristía.

9 ¿No será que ocupamos o gastamos mucho tiempo en otros paseos
Así era la vivencia de los apóstoles y de las primeras comunidades cristianas, que semanalmente reforzaba y fortalecía los lazos de comunión con Dios y los lazos de amistad fraterna. Vemos hoy la dispersión de la familia y la poca participación comunitaria. ¿No será que hemos perdido el valor y el sentido de la Celebración Eucarística? ¿No será que ocupamos o gastamos mucho tiempo en otros paseos olvidándonos agradecer a QUIEN nos da el tiempo?

10 Abramos nuestra mente para ANALIZAR
-Según la tradición cristiana, nuestras Familias están fundamentadas en la “Imagen Trinitaria”, Dios: Padre – Hijo – Espíritu Santo, forman una comunidad de amor, modelo perfecto para el origen de la familia (Documento de Aparecida cap. 9 – nº 434) - Desde el Concilio Vaticano II, la familia recibió su más bella definición: “Iglesia Doméstica”, o sea cada pequeña familia es reconocida como una célula que forma la gran familia de Dios. (CPV, doc. Iglesia y Familia nº 3 y 4) - La V Conferencia de Aparecida, propone a todos los cristianos, bajo orientaciones del Papa Benedicto XVI, la tarea de: “Custodiar y Alimentar la Fe”. Este gran Documento nos alerta diciendo: “una fe católica reducida a normas y prohibiciones, NO resistirá a los embates de estos tiempos; nuestras devociones están fragmentadas y nuestra participación es ocasional (Documento de Aparecida, doc. conclusivo nº 10 y 12) esto constituye una amenaza para los cristianos, ya que la FE no es una gran idea, sino un encuentro continuo con la Persona de Jesucristo, ya bien sea en la escucha de la Palabra o en el fortalecerse con la Eucaristía. - En otras palabras, es en el seno de la Familia que se favorece la transmisión de los Valores y de la Fe. En nuestra realidad Venezolana, dónde la Familia tiene acento “Matricentrada”, es la mujer = mamá quien sabe dar el mejor “tinte” para este proceso de Evangelización, por esto la familia es así considerada la primera escuela de la FE.

11 Abramos nuestro corazón para ACTUAR y CELEBRAR
Es bueno hacer memoria, ¿será que nos recordamos de la frase tan bien dicha… de parte del P. Patrick Peyton, “Familia que reza unida permanece unida”…, pues, aprovechando que la Misión Continental viene para dar nuevo impulso y nuevas motivaciones para la vivencia de nuestra FE…, sería bueno proponernos aunque exija empeño… un momento de oración en FAMILIA. Es cuestión de sernos creativos, por ej.: aprovechar las Fiestas de Cumpleaños y hacer un Agradecimiento por el don de la VIDA…, otra buena ocasión para vivir en oración, antes de ser solo un recuerdo social…son las fechas de Bodas que involucran los Padres y sigue con los Hijos. También las Fiestas Patronales proporcionan el encuentro de familias, no dejemos que sean solo actos culturales…, el ejemplo de Vida de los Patronos/as deben ser colocados como motivación hacia la Santidad. De igual modo no es tan difícil crear espacios para celebrar los Santos de Devoción de cada uno de los miembros de la Familia, invitar a la casa alguna Religiosa o Sacerdote para que bendigan nuestros hogares, son ocasiones que inspiran con una buena palabra el recuerdo y, a la vez, el crecimiento de la semilla de la Fe que un día fue sembrada en los corazones.

12 Hermana Inés de Lima – Misionera de la Consolata.
Una frase común que solemos oír de parte de los padres es: “los hijos aunque crezcan y se casen… continúan siendo pequeños para uno…, ¡ que bien ¡ y que buena ocasión para recordarles la “santa” costumbre que se les enseñó de pequeños…pedir la BENDICIÓN, en el fondo sabemos, quien Bendice es Dios… de hecho se contesta “Dios te Bendiga”, los padres son mediadores para que la Gracia continúe actuando, este bonito gesto no se debería perderse nunca, más bien deberíamos implementar en las personas de los abuelos/as, tíos/as y padrinos o madrinas. (Bendiciones de Jacob a sus Hijos…, Génesis: 49, 25 – 26; Los hijos de Israel como deben Bendecir…, Números: 6, 22 – 27; Bendición para quien camina…Isaías: 9, 1 – 2; Bendiciones a los que obedecen la voz de Yavé…, Deuteronomio: 28,1 – 14. En fin, el ABRAZO en FAMILIA y la MISIÒN CONTINENTAL se complementan en vista de un mismo objetivo: Rescatar e Implementar el VALOR de esta “institución natural”, la más antigua y siempre nueva…, querida por el propio DIOS que también se escogió una FAMILIA por creer ser esta, el “mejor nido” para el desarrollo de la persona a nivel humano y espiritual. Porque la mía, la tuya, y nuestra FAMILIA merecen…cantemos: BENDECID OH SEÑOR LAS FAMILIAS AMÉN…. BENDECID OH SEÑOR LA MÍA TAMBIEN… Hermana Inés de Lima – Misionera de la Consolata.

13 ¿Qué lugar ocupa Jesús en nuestra familia?
REFLEXIÓN ¿Perciben los esposos de hoy que la familia es la primera y principal transmisora de la fe, o desconocen o desisten de esta misión? ¿Son conscientes las familias cristianas de que el cumplimiento de su misión necesita un continuo contacto y diálogo con los formadores y la parroquia? ¿En qué se manifiesta o no este diálogo? ¿Cómo puede realizar la familia hoy el anuncio de Jesucristo a sus hijos? ¿Qué lugar ocupa Jesús en nuestra familia? ¿Qué pasos podemos dar en familia para vivir el don de la fe recibido el día de nuestro bautismo y ser una comunidad viva y dinámica?

14 TEMA 3: LA FAMILIA TRANSFORMADORA DE LA SOCIEDAD
Un tema de particular importancia en el debate actual sobre el futuro nacional es el de los actores educativos. Porque hay posiciones que tienden a simplificar el problema, llegando hasta concepciones que califican al Estado como único agente. Es la tesis del Estado docente enunciada en sentido monopólico, hegemónico. El Concilio Plenario de Venezuela entre sus 16 documentos, los cuales forman un conjunto orgánicamente trabajado, hay uno titulado La Iglesia y la educación (IE). Este pone especial énfasis en la pluralidad de los actores educativos en la tarea de edificar una “nueva sociedad”. Al conjugar dichos actores comienza con los educandos mismos, sujetos y centros por excelencia de la educación. Luego viene la familia, seguida por la escuela, los educadores, el Estado y los sectores gubernamentales, la sociedad en general, los medios de comunicación, la Iglesia e instituciones religiosas. No es del caso discutir aquí el lugar preciso que dentro de este inventario ha de ocupar un determinado actor. Hay, sin embargo, dos cosas muy importantes que cabe destacar aquí: la pluralidad de los actores y el lugar destacado de la familia. Lo de diversidad de actores es clave dentro de una sociedad plural, no sólo en cuanto a los varios ámbitos de su realización (económico, político, histórico-cultural, ético y religioso), sino también en lo que respecta a la multiplicidad de agentes llamados a ejercer su

15 protagonismo en una construcción que en una u otra forma, atañe a todos y cuya corresponsabilidad no pueden evadir. Lo concerniente al papel de la familia es de primerísimo orden. Puede decirse que ella es la primera escuela, el centro introductorio básico en una determinada cultura. La familia ha sido identificada, por tanto, como célula fundamental de la sociedad, y en perspectiva cristiana ha sido denominada “Iglesia doméstica” o la Iglesia más pequeña (“Iglesia” significa comunidad de creyentes y bautizados). La familia es la primera escuela, sí. Otra cosa es que esa escuela funcione bien o mal, o que uno de sus dos docentes básicos esté ausente física o moralmente. Por ella pasa, sin duda alguna, la orientación primordial de la persona y su inserción en el cuerpo social. ¿Cuál es la primera escuela de la democracia, de los derechos humanos, de la verdad, de la justicia y la paz, de la honestidad y la honradez, de la solidaridad y la corresponsabilidad, de la rectitud ética y de la conciencia religiosa? La respuesta se plantea en forma ineludible: la familia. Y aquí no se trata sólo de enseñanzas verbales formuladas, sino también y sobre todo de vivencias, de experiencias de compromisos efectivos.

16 Una familia que se prive del respeto mutuo, la veracidad y la sinceridad, el sentido de laboriosidad, el diálogo entre cónyuges y entre padres-hijos, la sensibilidad y la comprensión hacia los vecinos, la preocupación constructiva por lo que sucede en el entorno social, la formación en valores cívicos, constituye un factor de capital trascendencia para la transformación positiva de la sociedad. La sola familia no agota el conjunto social, ciertamente, pero no se puede pensar en una nueva sociedad sin la formación y consolidación de “familias nuevas”. ¿Puede uno acaso imaginar ciudadanos para una sociedad pacífica, “educados” en núcleos familiares en donde impere el maltrato, la imposición despótica de los padres y la inclemencia entre los hermanos?

17 Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza; no sólo porque éste es racional y libre, sino porque está llamado a vivir en sociedad, más aún en comunión. Dios no es una persona solitaria sino que es Trinidad, familia, comunión. La familia es, en este sentido, un reflejo de la comunidad divina y llamada a crecer en unidad, en mutua donación y siempre abierta al entorno social, a la comunidad más grande del vecindario, de la ciudad, de la nación. Desde el punto de vista de Iglesia la familia tiene la vocación de ser educadora de la fe, a tener oración y expresiones de culto familiares, a participar en la Iglesia más grande (parroquia, Diócesis), a manifestar en la vida interna y externa el mandamiento máximo del amor, y a cultivar un clima de respeto, tolerancia y cooperación sociales. El futuro de la sociedad pasa por la familia. Esto lo subrayó el Papa Juan Pablo II cuando visitó Venezuela. Y efectivamente es así. Un edificio sólido necesita un fundamento bien asentado, robusto. Una nueva sociedad requiere familias que sean realmente tales como fundamento insustituible. Una Iglesia viva necesita núcleos domésticos que sean comunidades de fe y de Amor. En esta tarea es preciso tener ideas claras, propuestas positivas, testimonios efectivos y experiencias iluminadoras. Monseñor Ovidio Pérez Morales Presidente de la Comisión de Aplicación del Concilio Plenario de Venezuela

18 REFLEXIÓN Las primeras comunidades Cristianas como no lo describe la lectura se reconocían por su capacidad de amar, de compartir, de servir y por la alegría y la esperanza que transmitían a todos. Fueron capaces de iniciar un proceso de transformación de la sociedad. Donde Vivian en comunión entre sus miembros.

19 TEMA 4: FAMILIA EVANGELIZADA Y EVANGELIZADORA
Para poder entender en el ámbito familiar, el sentido de la evangelización y la corresponsabilidad en la extensión del Reino de Dios, es necesario ubicar a la familia en el contexto parroquial. Es en la parroquia, donde la familia va redescubriendo su bautismo y que por el mismo somos misioneros, ya que la Iglesia por su naturaleza es misionera (Cf. AG 2) y todo bautizado -por ser iglesia- es misionero. Por ello propongo que desde la parroquia veamos como la familia es Evangelizada y a su vez, la corresponsabilidad que tiene en la Evangelización, es decir en el anuncio de la Buena Nueva de Jesucristo. La familia, primera comunidad cristiana educadora de la fe, en la parroquia «La educación en la fe por los padres debe comenzar desde la más tierna infancia. Esta educación se hace ya cuando los miembros de la familia se ayudan a crecer en la fe mediante el testimonio de una vida cristiana de acuerdo con el Evangelio. La catequesis familiar precede, acompaña y enriquece las otras formas de enseñanzas de la fe. Los padres tienen la misión de enseñar a sus hijos a orar y a descubrir su vocación de hijos de Dios (cf. LG 11). La parroquia es la comunidad eucarística y el corazón de la vida litúrgica de las familias cristianas; es un lugar privilegiado para la catequesis de los niños y de los padres» (CEC 2226).

20 Relación parroquia-familia.
La parroquia y la familia cristiana se necesitan mutuamente y se complementan. Todo cuanto la parroquia haga en favor de las familias es una inversión segura de futuro, tanto desde el punto de vista humano como religioso. La parroquia engendra, educa y edifica la familia cristiana. La engendra en el sacramento del matrimonio y en los sacramentos de la iniciación cristiana (bautismo, confirmación y Eucaristía). La educa con el anuncio de la Palabra de Dios a través de la predicación, la catequesis y la formación permanente a vivir el servicio del amor. Al mismo tiempo, la familia ofrece a la parroquia nuevos creyentes y le presta su colaboración necesaria y muy importante en el proceso de la iniciación cristiana, la ayuda a ser ámbito de fraternidad y le permite penetrar con su mensaje en el mundo de las relaciones familiares y sociales. La familia, pieza básica de la sociedad, es también una imagen viva del misterio mismo de la Iglesia. Es como una «Iglesia en miniatura», «Iglesia doméstica» (LG 11). Reunida en nombre del Señor por el sacramento del matrimonio, recibe y transmite el Amor de Cristo, convirtiéndose así en fruto, signo y vehículo de la maternidad de la Iglesia. Juan Pablo II, dice: «la familia es la cuna de la Iglesia» (FC 15). Es así, como la familia cristiana, se convierte en la primera Iglesia, porque ella es la primera comunidad donde se descubre el amor y se aprende a vivirlo. Allí un hombre y una mujer sintetizan y manifiestan el misterio de la relación amorosa entre Dios y la humanidad. Allí se descubre lo que son unos padres y, a través de ellos, se aprende a compartir y a respetar y querer a las personas. Por eso la parroquia encuentra en la familia su cuna y su modelo. Pero también su tarea.

21 Necesidad de una pastoral que opte por un nuevo Modelo de familia.
La pastoral parroquial, estrechamente coordinada con la pastoral de la Iglesia particular, ha de intentar un nuevo proyecto de familia. Ha de aspirar a formar una nueva familia que contribuya a gestar una nueva sociedad al servicio de la liberación integral de las personas. Los rasgos principales de esta nueva familia son: Una familia corresponsable que asuma comunitariamente la elaboración y ejecución de las decisiones que afectan a su funcionamiento. Una familia escuela, de formación de la libertad, que propicia la aparición de convicciones en lugar de imponer consignas de arriba abajo, en forma autoritaria. Una familia una y plural. La unidad de la familia no está reñida con la diversidad de estilos de vida y de opiniones de sus elementos integrantes. La unidad humana exige saber aceptarse como diferentes para servirse como complementarios. Una familia abierta y comprometida. La vida conyugal y familiar resultan potenciadas y enriquecidas humana y cristianamente a través de un darse a los otros. Sí un matrimonio se encierra en sí mismo, acaba empobrecido en aquello que es específico de la vida conyugal y familiar, el amor.

22 Una familia escuela de diálogo
Una familia escuela de diálogo. El diálogo consiste en descubrir al otro, en encontrarse con él y saberlo escuchar comprensivamente. El diálogo, hoy más que nunca, debe ser el fundamento básico del amor matrimonial, de toda familia y en general de la comunicación con los demás. Una familia escuela de solidaridad. La familia auténticamente cristiana ha de ser un lugar abierto a la acogida de los otros, sobre todo de aquellos que en momentos difíciles necesitan de alguien que les tienda una mano. Pbro. José Rafael Romero Linares. Párroco de la Sagrada Familia - Maracaibo.

23 ¿Cómo puede su familia crecer como familia misionera?
REFLEXIÓN ¿Qué debe hacer la familia para cumplir su misión de ser evangelizadora? ¿Cómo puede su familia crecer como familia misionera? Enumera ¿Cuáles compromisos debe cumplir una familia evangelizada para evangelizar a los demás familias? Indique: ¿Qué pasos concretos y alcanzables a mediano plazo deben dar nuestras familias para proyectarse, en la vida de comunidad: barrio – pueblos – urbanización, colegios, parroquias, diócesis, pastoral familiar etc.?

24 TEMA 5: FAMILIA Y ESCUELA: FORMADORAS DE COMUNION Y PARTICIPACIÓM
VER: Animada por el Espíritu Santo, la Iglesia en nuestro continente ha convocado a todos sus miembros e instituciones a asumir la Misión Continental, con la cual se desea que nuestro Pueblo vuelva a escuchar o escuche por primera vez, según sea el caso el anuncio del Señor Jesús. La Escuela y la Familia son dos de estas instituciones, a las cuales la Iglesia quiere hoy volver a dinamizar, para que redescubriendo su propia identidad cada una de ellas, se sitúe en el contexto de hoy y se dispongan cada una de ellas a relanzarse en su misión de acompañar a los niños y niñas, y a los adolescentes y jóvenes a prepararse para enfrentar la vida. La familia y la escuela son los dos pilares fundamentales donde se enmarca la vida de los niños y niñas, es decir, son las dos caras de una misma realidad donde ellos descubren y desarrollan su propia identidad y consolidan su propia personalidad. De allí que estas deban descubrir hoy la necesidad de relacionarse de un modo armónico por el bien de los muchachos. Algunos elementos que marcan la relación de la Escuela con la familia. Desde el sector Docente: muchas veces se tiene la percepción de una especie de abandono de los niños y niñas de parte de los padres, madres o responsables y como si no les apoyaran suficientemente. Se percibe como si la tarea educativa se quisiera “descargar sobre la escuela”, ante lo cual muchos señalan que no es correcto puesto que la primera educadora es la familia. Los Docentes no siempre sienten un apoyo de parte de los padres y, normalmente sienten bastante críticas a su desempeño, lo que termina en ocasiones desprestigiando la acción de los mismos.

25 Desde la Familia: muchas veces se percibe como una especie de imposibilidad de acceso al Colegio o Escuela, sea esta pública o privada, y esto conlleva a un sentimiento limitado en su acción dentro de la misma. El ritmo laboral, sobre todo, en las grandes ciudades impide la serenidad requerida para poder “asistir” a las invitaciones que desde los centros aparecen para involucrase más en la vida y en la educación de los hijos. ILUMINAR. La Familia es la primera Educadora. “La Familia, “patrimonio de la humanidad”, constituye uno de los tesoros más importantes de los pueblos latinoamericanos. Ella ha sido y es escuela de la fe, palestra de valores humanos y cívicos, hogar en el que la vida humana nace y se acoge generosa y responsablemente” (Documento de Aparecida 5).

26 Los docentes, por tanto, están interpelados para ayudar a que la familia efectivamente sea la primera gran escuela en donde se sorbe junto con la leche materna, la bondad y el cariño de esos valores fundamentales con los que se debe crecer y hacer crecer a la sociedad en su conjunto. Los niños tienen, por tanto, el derecho a tener una familia que les encuentre y les reciba para acompañarles en el desarrollo de su propia personalidad. La acción conjunta: “Es necesario insistir en el auténtico fin de toda escuela. Ella está llamada a transformarse, ante todo, en lugar privilegiado de formación y promoción integral, mediante la asimilación sistemática y crítica de la cultura” (Documento de Aparecida 329) Ante la posibilidad presente, de que la escuela se desvirtúe en sus funciones básicas por diferentes intereses, la familia y la escuela están llamadas de modo apremiante a re-descubrir la necesidad de apoyarse mutuamente, esta colaboración es imprescindible para el logro de los objetivos de ambas, que no es otro que el pleno desarrollo de los niños y niñas.

27 ACTUAR: Es preciso recrear la relación de la escuela con la familia en general. Para ello, es conveniente ser sumamente creativos en cuanto a los modos para alcanzarlo. 1.- Debemos, concientizar la necesidad de apoyarnos mutuamente (la Escuela y la Familia). Para ello, se pueden utilizar diferentes estrategias que van desde el envío de cartas y textos que sirvan para compartir en casa. Disponer de unos minutos antes de las reuniones formales o aprovechando los días de inscripción, entregas de las boletas o boletines para una comunicación más extensa. 2.- Promover la Escuela de Familia sobre todo para los padres de los primeros años. Padres jóvenes que normalmente tienen menos experiencia, para acompañarles y darles ideas que posteriormente ellos volverán a contextualizar. 3.- Acompañar a los jóvenes, adolescentes y a sus familias en este momento tan importante de cambios y decisiones, mediante las jornadas de estudio y reflexión que puedan organizarse. 4.- Enaltecer en las reuniones, eventos, jornadas y otros, la figura de aquellos padres que asisten y hacerlos sentir importantes dentro de su Familia. Licenciado José Luis Andrade. Vice – Presidente de AVEC

28 REFLEXIÓN ¿Qué estrategias proponemos sean aplicadas para la integración y participación en conjunto entre familia y escuela? ¿De qué manera los docentes pueden orientar a las familias a asumir su compromiso como los primeros y constantes formadores de sus hijos? ¿De qué manera los padres y representantes pueden participar en los colegios y/o escuelas en el proceso educativo de sus hijos?


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