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Acoger y vivir el don de la fraternidad Humanizar nuestras comunidades.

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Presentación del tema: "Acoger y vivir el don de la fraternidad Humanizar nuestras comunidades."— Transcripción de la presentación:

1 Acoger y vivir el don de la fraternidad Humanizar nuestras comunidades

2 Llegar a ser personas vivas… Espiritualidad comunitaria Humanizar nuestras comunidades Cuidar la calidad de vida de las comunidades

3 ¿Qué entendemos por calidad de vida? Es válido afirmar que es asunto personal y que sólo se puede hablar de calidad de vida de las comunidades en sentido metafórico, en la medida que el ambiente de las mismas facilita la calidad de vida de cada uno de los miembros.

4 La calidad de convivencia es una buena medida para medir la calidad de vida de las personas que viven en la comunidad. El éxito de la vida humana se mide básicamente por el éxito de la convivencia. El éxito de la vida evangélica también. El éxito o el fracaso en la convivencia de los miembros de nuestra comunidad, marca el éxito o el fracaso de la calidad de vida.

5 Desde la más sana antropología y desde la más elemental visión evangélica de la vida, hemos de afirmar que la calidad de la convivencia es condición esencial para cultivar una buena calidad de vida, a nivel humano y a nivel evangélico.

6 Para tener calidad de vida necesitamos los seres humanos una comunidad sana y saludable, una convivencia armoniosa, una comunicación que nos libere de nuestros aislamientos.

7 Algunos aspectos que pueden ayudar a la calidad de vida comunitaria: 1.Momentos para la compasión y la misericordia. No nos mantenemos en la comunidad porque los hermanos sean perfectos o perfectamente evangélicos, sino sencillamente porque son hermanos y los necesitamos… Vivir la comunidad en clave humana y en clave teologal.

8 2. La fe compartida, la oración y la construcción de la comunidad. La comunicación a nivel de fe es componente esencial de la vida comunitaria. La vivencia de la fe en común constituye la verdadera razón de nuestro vivir en común y el fundamento de nuestra convivencia. El cultivo de la dimensión teologal de la comunidad es requisito imprescindible para la calidad de la vida comunitaria y esto comienza por el cuidado y la presencia en la oración comunitaria.

9 3. Cuidar esmeradamente la convivencia. El amor es lo que más necesitamos para vivir con sentido y sabor, para vivir a plenitud, para tener calidad de vida. Por eso, cualquier agresión al amor, a la convivencia, a la comunidad… es una agresión a nosotros mismos, a nuestra calidad de vida. Y cualquier aporte, por pequeño que sea… es un aporte a nuestra calidad de vida. No podemos considerar convivencia evangélica aquella que se limita a la coexistencia pacífica o a los pactos de no agresión. Es importante cultivar las bases teologales de la convivencia.

10 4. Práctica comunitaria de la reconciliación. La ausencia de toda celebración comunitaria del perdón y la reconciliación es uno de los factores que más han contribuido al deterioro de la convivencia y el debilitamiento de la calidad de vida. El perdón hemos de pedirlo y recibirlo periódicamente. Necesitamos recuperar la palabra pública, que es amiga de la verdad.

11 La falta de este práctica hace que la mayor parte de los problemas de convivencia no tengan tratamiento comunitario, quedan a expensas del tratamiento privado, del cuchicheo o la crítica… Para cultivar la vida comunitaria y la calidad de la convivencia, sería importante una celebración periódica de la reconciliación comunitaria. Es la única forma de conseguir la reparación periódica de los daños que sufre la convivencia, la comunidad y sus miembros.

12 Cada comunidad deberá tener imaginación, coraje y lucidez para marcarse a sí misma los ritmos de esta periodicidad para la práctica de la reconciliación comunitaria.

13 5. Detalles cotidianos de educación y niveles saludables de comunicación. Gestos y pequeñas virtudes: Saludar, pedir las cosas por favor, pedir excusas, interesarme por el otro, celebrar los éxitos, compadecerme ante el dolor... En estos gestos está en juego la relación personal, el reconocimiento y la dignidad de cada persona. No es lo mismo vivir juntos bajo un mismo techo que estar comunicados. No es lo mismo discutir ideas que comunicarse.

14 La convivencia no implica necesariamente la ausencia de conflictos, pero sí requiere el procesamiento de los mismos. Éstos pueden ser motivo de conversión y crecimiento. En las comunidades pueden darse diversos tipos de conflictos. Pueden ser de poder, éstos son incompatibles con el Evangelio; otros pueden ser evangélicos, suscitados por la fidelidad al Evangelio.

15 Comunicación de bienes y servicios. Transparencia de ingresos y gastos por parte de la comunidad y por parte de cada uno de sus miembros. La calidad de vida también se mide por el nivel de colaboración solidaria de todos en las tareas y servicios comunitarios. Atención esmerada a enfermos, ancianos y personas en dificultad.

16 Itinerario y Horario para Hoy. 1. Lectura y meditación del documento: “Cuidar la calidad de vida de las comunidades”. 2. Orar con la Palabra y las Constituciones… 3. Confrontar la vida… 4.Taller comunitario. 5.Celebración de la Palabra.


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