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2. La noción de fin. El placer y su fundamento a priori.

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1 2. La noción de fin. El placer y su fundamento a priori.
Cuestiones a tratar: Juicio, reflexión y sentido interno Juicio determinante y juicio reflexionante La noción de fin El placer y su fundamento a priori

2 a) Juicio, reflexión y sentido interno
Juicio = sentido interno = reflexión: hacer objeto de los propios pensamientos las representaciones de uno mismo Definición de sentido interno [Duque II Reflexión y sentido interno] El sentido interior o sentido interno es la “fuerza secreta, gracias a la cual es posible el acto de juzgar”. También podemos decir que el sentido interno consiste en “hacer objeto de los propios pensamientos las representaciones de uno mismo”. Es, por tanto, la reflexión, la capacidad reflexiva. Es más: ¡el sujeto se reconoce a sí mismo a través (solamente a través) de sus propios juicios! Esto es verdaderamente importante, pues a partir de aquí se entiende que el sujeto sea absolutamente individual: que la concreción de cada hombre particular consista en emitir su juicio, que es suyo y no de cualquier otro Es realmente difícil llegar a este punto, hacer comprender lo importante que es este pensamiento. ¿Cómo hacerlo comprender?) Insistir en que esto es una respuesta a una de las preguntas más importantes de Kant: la que resume todo su trabajo: El hombre, ¿qué es el hombre? ¿Qué es el sujeto? Importantísimo: ¡¡¡Qué maravilla: que el sujeto, que la individualidad del sujeto se reconozca a sí misma solamente a través de sus juicios, a través de sus propios juicios!!! Así que hay que insistir: aquí hay una cuestión crucial

3 El sentido interno como solución al problema crítico
Abismo (Abgrund) abierto entre la necesidad mecánica de la naturaleza y la libertad moral: la Crítica del Juicio cerraría el abismo abierto entre la Crítica de la Razón Pura y la Crítica de la Razón Práctica ¡¡¡QUIZÁ SE PUEDA DECIR QUE EL HOMBRE ES EL ABISMO!!! Y ello después de establecer las siguientes relaciones: Necesidad mecánica de la naturaleza: la empiría Libertad del ser racional moral: lo divino Hombre: cierre del abismo entre la naturaleza y lo divino (Aquí se puede introducir ya la reflexión posterior de Duque: II.6.4 Un puente subjetivo sobre el abismo)

4 La teleología Investigación de los fines: ¿Cómo sirve al conocimiento científico? CJ: técnica de la naturaleza, por analogía con el ars = ver lo contingente de la naturaleza = empiría como sujeta a una legalidad finalística “la teleología es la reflexión de la libertad sobre la causalidad natural”. ¿Cómo se pasa de lo uno a lo otro? ¡Mediante el Juicio! [La teleología es la investigación de los fines. Pensemos en los fines: ¿Hemos perdido, ha perdido nuestra sociedad los fines absolutos? ¿Cuáles son nuestros valores? ¿Un piso, el dinero? ¿Cuál es el valor? Los fines están en relación con el valor que damos a las cosas. ¿Vale todo? No. Claro que no todo vale] En la investigación científica, la teleología (la consideración según fines) puede servir de “guía retroductiva” para el esclarecimiento del curso mecánico de los fenómenos naturales, pero no puede proporcionar conocimiento. La Crítica del Juicio habla de una técnica de la naturaleza: juzgamos la naturaleza como si fuese el resultado de un entendimiento arquetípico, por analogía con la actividad técnica y artística humana. Considerada en conjunto, como un todo, y también subjetivamente —es decir, considerada como “alguien” que actúa—, la naturaleza es vista como un artesano (mejor: como una artesana) que obrara sobre sí misma. Lo contingente de la naturaleza (la mera empiría) podría entonces ser visto como algo sujeto a una legalidad finalística que ya no sería ajena al territorio de aplicación: “la teleología es la reflexión de la libertad sobre la causalidad natural”. ¿Dónde se pasa de lo uno a lo otro? En el juicio. El juicio sería aquí “juicio reflexionante”: un juicio referido a la conformidad a fin (finalidad): concordancia de una cosa con aquella disposición de las cosas que sólo es posible según fines. Es decir es un juicio referido no sólo al conocimiento sino a la realizabilidad fáctica de algo [¿sería quizá mejor introducir esta referencia al juicio reflexionante más adelante?] Ahora: consideremos esa finalidad cuando lo universal no está dado [Atención: ¿no será esta frase la que confunde?] (es decir, cuando no poseemos conceptos finalísticos de las cosas). Es el caso en: la sensación de belleza, los organismos, el mismo cosmos. Supongamos en los tres casos un juicio referido no a la verdad, ni a la realidad, sino al sentimiento de armonía y concordancia, al sentimiento de placer o dolor tal como se experimenta en la vida cotidiana. Podemos, pues, referir todo, como dice Féliz Duque, a un bajo continuo: al sentimiento de la propia existencia, sin concepto. De manera que, en su función primigenia, el juicio se refiere al sentimiento, al sentirse del hombre en el mundo, casi podríamos decir, al hombre, al cuerpo del hombre, al hombre en tanto es un cuerpo que siente. Poner algún ejemplo: el mero sentirse vivo, la vida el sentimiento de la vida, del sentirse bien y a gusto en el mundo, en este nuestro mundo. Poner el ejemplo de la arquitectura: sensaciones en el Hospital Real: sensaciones que nos invaden cuando estamos ante algún edificio histórico, cuando observamos sus formas: piénsese en cómo las piedras, tranquilas, delatan el paso del tiempo, y también cómo, al mismo tiempo, nos acogen, nos dejan descansar en ellas. Ese sentimiento de estar allí acogido, en acogida, ¡es el bajo continuo! [Desde un punto de vista nietzscheano se trata de algo parecido, pero incluye un sentimiento trágico que no veo aquí en Kant:: sentirse bien en este mundo perecedero, terrible, sentirse bien en la competición y en la lucha entre iguales; luchar y sentirse uno bien. Creo que Nietzsche habla más bien de esto. ]

5 b) Juicio determinante y juicio reflexionante
Cuando el Juicio está al servicio del entendimiento o de la razón, hace juicios determinantes Cuando no está al servicio del entendimiento o de la razón hace juicios reflexionantes: Juicio teleológico: representa la naturaleza como un sistema de fines (y la cultura, y la historia) Juicio estético: ↓ La distinción entre juicio determinante y juicio reflexionante Se puede introducir la distinción entre juicio determinante y juicio reflexionante de la siguiente manera: Cuando el Juicio está al servicio del entendimiento o de la razón, hace juicios determinantes. Ejemplos: la actividad de subsumir el caso particular bajo cualquier concepto, empírico o trascendental. Ahora bien, cuando no está al servicio del entendimiento o de la razón cumple dos funciones: 1. En lo que refiere a las representaciones: representa la naturaleza como un sistema de fines (y no sólo la naturaleza, sino también la cultura y la historia).

6 El juicio estético: cuando el Juicio compara el enlace de las representaciones con el juego armonioso de las facultades cognoscitivas, hace juicios estéticos, que son de dos tipos: Juicio sobre la belleza: compara las representaciones de la imaginación con las del entendimiento. Juicio sobre lo sublime: compara las representaciones de la imaginación con las de la razón. 2. Compara el enlace de las representaciones con el juego armonioso de las facultades cognoscitivas: Cuando compara las representaciones de la imaginación con las del entendimiento, se trata de la belleza. Cuando compara las representaciones de la imaginación con las de la razón, se trata de lo sublime.

7 c) La noción de fin El fin como conformidad. Definiciones:
Fin como objetivo: “El concepto de un objeto, en la medida en que contiene a la vez el fundamento de la realidad efectiva de ese objeto”, CJ, Introducción, parágrafo IV (Kant: 1981:79). Fin (como fin cumplido): “El objeto de un concepto, en la medida en que éste [el concepto] viene considerado como la causa de aquél (el fundamento real de su posibilidad)” (CJ, parágrafo 10 –Kant 1981:119 –). Validez lógica y validez estética.

8 Finalidad en la representación
La representación de un objeto, desde el punto de vista de la finalidad, puede presentar Una disposición o hechura estética. Validez lógica.

9 La hechura estética La disposición o hechura estética de una representación puede ser: - Condición de posibilidad de la experiencia: es la disposición de la representación a favor de la experiencia (intuiciones puras) - El sentimiento de placer o dolor

10 Validez lógica Concordancia de la forma del objeto con su concepto:
En el arte: encarnación de un concepto (fin) en una materia (forma) En la naturaleza: poner un concepto (fin) a la base de una intuición natural (organismo, p.e.)

11 Teleología en las formas naturales
El carácter subjetivo de la consideración teleológica de las formas naturales: “Enjuiciar una cosa según su forma interna como fin de la naturaleza es algo completamente distinto a tener la existencia de esa cosa por un fin de la naturaleza” (KJ, § 67)

12 Relaciones entre la estética y la teleología a través del arte
Hay que distinguir entre: “Entender” una obra de arte como producto de una actividad técnica “Juzgar” una obra de arte como símbolo de la concordancia entre el juego armonioso y subjetivo de nuestras facultades y la “conformidad a fin” de los materiales dispuestos a recibir una forma.

13 d) El placer y su fundamento a priori
Recordemos la línea central de la tabla de las facultades: Sentimiento de placer o dolor - Facultad de juzgar - Finalidad [Conformidad a fin] - Al arte. ¿Cuándo hay placer? Cuando el resultado de un acaecer es adecuado a la determinación de la voluntad. El placer es enjuiciado por el Juicio. Conformidad a fin: las cosas hechas de acuerdo con un concepto (fin). Fin externo: la utilidad: ars. Fin interno: la esencia de la cosa. Conocemos el fin externo, pero no los fines internos. ¿Qué tiene que ver esto con el placer a priori? ↓

14 El a priori del placer: la validez estética de los juicios sobre la finalidad.
La noción de fin es un a priori de la mente. En toda representación del objeto hay una disposición o hechura estética relativa al sujeto que juzga de ella. Aunque subjetiva, esa disposición o hechura es condición de posibilidad de la experiencia (intuiciones puras). El sentimiento de placer (o dolor) acompaña a priori a cualquier representación.


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