Elegía a Ramón Sijé

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien  tanto quería.)  Yo quiero ser llorando el hortelano  de la tierra que ocupas y estercolas,  compañero del alma, tan temprano.  Alimentando lluvias, caracoles  y órganos mi dolor sin instrumento,  a las desalentadas amapolas  daré tu corazón por alimento.  Tanto dolor se agrupa en mi costado,  que por doler me duele hasta el aliento.  Un manotazo duro, un golpe helado,  un hachazo invisible y homicida,  un empujón brutal te ha derribado.  No hay extensión más grande que mi herida,  lloro mi desventura y sus conjuntos  y siento más tu muerte que mi vida.  Ando sobre rastrojos de difuntos,  y sin calor de nadie y sin consuelo  voy de mi corazón a mis asuntos.  Temprano levantó la muerte el vuelo,  temprano madrugó la madrugada,  temprano estás rodando por el suelo.  No perdono a la muerte enamorada,  no perdono a la vida desatenta,    no perdono a la tierra ni a la nada.   En mis manos levanto una tormenta  de piedras, rayos y hachas estridentes  sedienta de catástrofe y hambrienta.  Quiero escarbar la tierra con los dientes,  quiero apartar la tierra parte  a parte a dentelladas secas y calientes.  Quiero minar la tierra hasta encontrarte  y besarte la noble calavera  y desamordazarte y regresarte  Volverás a mi huerto y a mi higuera:  por los altos andamios de mis flores  pajareará tu alma colmenera  de angelicales ceras y labores.  Volverás al arrullo de las rejas  de los enamorados labradores.  Alegrarás la sombra de mis cejas,  y tu sangre se irá a cada lado  disputando tu novia y las abejas.  Tu corazón, ya terciopelo ajado,  llama a un campo de almendras espumosas  mi avariciosa voz de enamorado.  A las aladas almas de las rosas...  de almendro de nata te requiero,:  que tenemos que hablar de muchas cosas,  compañero del alma, compañero. 

El autor de este poema es Miguel Hernández El autor de este poema es Miguel Hernández. Nació en Orihuela y fue un poeta y dramaturgo relevante de la literatura española del siglo XX. Escribió sus primeros poemas joven, cuando empezó a leer con avidez. Durante la Guerra Civil le encarcelaron por motivos políticos. Allí escribió muchos de sus poemas, la mayoría dirigidos a su mujer y a su hijo, que pasaban hambre. Murió en la cárcel, enfermo de tuberculosis. Esta elegía se incluye en su libro El rayo que no cesa.

El rayo que no cesa es un poemario de temática amorosa, compuesto principalmente por sonetos, exceptuando esta composición, que fue incluida a última hora a causa de la repentina muerte del amigo y maestro del poeta. Es, probablemente, la obra más destacada del poeta. Como en toda elegía, en la Elegía a Ramón Sijé, el poeta muestra el dolor por la muerte de su amigo y lo alaba. Miguel Hernández le dice que su cadáver servirá para alimentar a las plantas, que quiere cultivar la tierra en la que yace para sentirse más cerca de él. En el v. 15, cuando dice “ y siento más tu muerte que mi vida”, manifiesta sentir un dolor tan fuerte que es superior a la sensación de vivir. En el v. 22, al decir “No perdono a la muerte enamorada”, explica que Ramón Sijé murió enamorado y dejó a su pareja hundida en la soledad. Desea con todas sus fuerzas y con todo su cuerpo desenterrarlo y devolverlo a la vida. La época en la que se sitúa el poema es la primavera, ya que hace referencia a las flores de los almendros, a la miel de las abejas y al amor.

En cuanto a la forma, la mayor parte de los versos son endecasílabos y de rima consonante. Antes de empezar el poema, Miguel Hernández aclara con unas frases el motivo por el que lo ha escrito: la muerte de Ramón Sijé. Emplea un lenguaje muy emocional, lleno de sentimientos. Hay metáforas, como en el v. 50: “Tu corazón, ya terciopelo ajado”, que quiere decir que está muerto, ajado. Sobre todo abundan las hipérboles, que son exageraciones, en este caso de los sentimientos, como en el v.9: “que por doler me duele hasta el aliento”, donde manifiesta el dolor máximo que puede sentir.

Como conclusión, podría decir que este poema me ha resultado tristísimo, expresa el dolor de tal manera que le llega profundamente al lector. Se refleja su sentimiento de forma transparente. Aun así, no es un poema agradable en su conjunto, habla de escarbar la tierra con los dientes, de besar su cadáver.