Ácidos Grasos Yareli Renée Estrada Ramírez.

Omega ω-3 y Omega ω-6 Son ácidos grasos esenciales poliinsaturados siendo su base el ácido linolénico (LNA). Se encuentran en alta proporción en los tejidos de ciertos pescados y en algunas fuentes vegetales. Las fuentes más ricas en ellos son los peces de agua fría como el salmón, y la sardina, las semillas de la chía, las nueces, la salvia sclarea, la sacha inchi, el lino y las semillas de calabaza y cáñamo.

Ambos ácidos grasos no sólo hay que tomarlos en cantidades suficientes, además hay que guardar una cierta proporción entre ambos tipos, para un efecto óptimo sobre la salud, los ácidos grasos ω-3 y ω-6 deben mantener una relación dietética que puede variar entre 5:1/10:1. Sin embargo algunos estudios de nutrición demuestran que las dietas occidentales, principalmente la estadounidense, pueden tener proporciones de 10:1 e incluso hasta de 30:1. Si se disminuye esta razón al menos a 5:1 entre omega-6 y omega-3 habría un beneficio a los asmáticos, de 4:1 ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares hasta en un 70%, la artritis reumatoide y cáncer colorectal.

Funciones y Beneficios La producción de energía, constituyen el tejido graso y componen la membrana contribuyendo a la permeabilidad y son precursores de los eicosanoides. Los compuestos de ácidos grasos ω-3 pueden utilizarse para reducir los triglicéridos. Altas cantidades podrían disminuir los efectos de la depresión. El omega 6 contribuye en la función sináptica, propiciando el descenso de la transmisión de impulsos nerviosos. El consumo de grandes cantidades de omega-3 aumenta considerablemente el tiempo de coagulación de la sangre.

Del DGLA ω-6, derivan las prostaglandinas, tromboxanos y leucotrienos, que poseen acción antiinflamatoria, anticoagulante y antivasoconstrictora; del AA ω-6, por el contrario ejercen funciones proinflamatorias, procoagulantes y vasoconstrictoras. El principal beneficio de los omega-3 en la artritis reumatoide es la mejoría del nivel de inflamación de las articulaciones afectadas y en la rigidez matutina. En oftalmología engloban procesos tan diversos como el glaucoma primario de ángulo abierto, la degeneración macular, la retinopatía diabética, las uveítis, el ojo seco, las escleritis, o las oclusiones vasculares retinianas, etc.

La leche humana contiene una gran cantidad de ω-3, cuyas actividades estructurales y funcionales durante el desarrollo se dan sobre todo en el en el sistema nervioso, incluida la retina. El consumo de DHA y EPA, producen un pequeño aumento en la duración de la gestación y peso del bebé. Reduciendo el riesgo de pre eclampsia. Uno de los síntomas es el desarrollo de la hipertensión arterial y aumento de las proteínas de la orina. Ambos mejoran la respuesta inmunológica, función visual y desarrollo cognitivo y neurológico del niño.