CRIMINALIDAD URBANA Introducción El presente documento tiene por finalidad abrir un espacio de discusión sobre qué podemos hacer desde el Municipio, desde nuestro barrio, desde nuestra institución o desde nuestra simple condición de vecino y ciudadano para prevenir la violencia y el delito. No es nuestra intención dar recetas sobre un tema estructural y complejo, solamente expondremos en forma abierta una serie de temas sobre los cuales debatir  para poder avanzar sobre iniciativas concretas.

La inseguridad en las ciudades y en el resto del País La inseguridad en las ciudades y en el resto del País.  La primera tarea al encarar el tema de la seguridad es realizar un diagnóstico serio basado en una serie de estudios básicos como encuestas, estadísticas del delito, información de tipo social, etc. Mientras no tengamos estos estudios podemos describir algunas situaciones que se perciben a “nivel de opinión pública”.

En primer lugar debemos asumir que la creciente exclusión social producto de este modelo de desarrollo capitalista, que no alcanza para dar respuestas básicas en materia de trabajo, educación y salud a toda la población, es la causa principal del crecimiento del delito y la violencia. Pero, esta definición no puede ser la excusa para justificar el accionar delictivo o la inacción del Estado frente al problema. La enfermedad social de la violencia no es patrimonio exclusivo de las naciones en desarrollo. Los casos de intolerancia racial y religiosa, el alto consumo de drogas, la violencia gratuita en las calles, en los países del llamado Primer Mundo llenan los diarios todos los días.

Los últimos tiempos en las ciudades ha crecido la sensación de inseguridad de nuestros vecinos. El número y tipo de delitos cada vez más violentos, la falta de esclarecimiento de los mismos, fomenta una desconfianza cada vez mayor del ciudadano en la Policía y en la Justicia.  Y si el vecino, no cree en la Policía que está para protegerlo, ni en la Justicia que debe castigar al delincuente, solo queda el camino de armarse para la defensa y la justicia por mano propia. Y de allí al reino salvaje hay un solo paso.

PROPUESTA PROGRAMA CIUDAD SEGURA Los pobres de las zonas urbanas son las principales víctimas Como lo demuestran  estudios realizados, los pobres son las principales víctimas de la violencia urbana. Los habitantes de los asentamientos pobres son víctimas de delitos contra la propiedad y de crímenes violentos tales como violaciones o agresiones corporales. El futuro del desarrollo económico y social, en todo el mundo, va a pivotear en los próximos años sobre las ciudades concebidas como estructuras globales, de las cuales van a depender en buena medida los avances en el bienestar social de los ciudadanos.  Como lo demuestran  estudios realizados, los pobres son las principales víctimas de la violencia urbana. Los habitantes de los asentamientos pobres son víctimas de delitos contra la propiedad y de crímenes violentos tales como violaciones o agresiones corporales. Los pobres no pueden pagar el precio de los dispositivos de protección ni acceder a servicios de seguridad privados. Por esa razón, la seguridad se ha convertido en una de las exigencias - a menudo prioritaria - de los pobres de las grandes ciudades, sobre todo en las de los países en desarrollo. 

No se puede contrarrestar la violencia urbana simplemente reprimiéndola, sino que   debe centrarse la atención en la prevención para atacar las causas que la originan. La experiencia de la última década ha demostrado que las actividades de prevención deben ejecutarse y coordinarse a nivel municipal. Los gobiernos locales son los más cercanos al pueblo y por lo tanto, están en mejor posición para movilizar las comunidades y revestirlas del poder que les permita atacar las raíces que fermentan el crimen. 

Prevención antes que represión Los ciudadanos han sido culturizados hacia la solución represiva como único medio capaz de defenderse ante estos peligros para la seguridad. El aumento del número de policías o su militarización, no se traducen necesariamente en una mayor "seguridad ciudadana". En primer término porque una gran cantidad de delitos no se realizan en las calles, pues ocurren en ámbitos de intimidad, incluso de las familias o en oficinas y lugares cerrados.

En segundo lugar, porque la eficiencia del sistema depende del buen funcionamiento de la totalidad de sus componentes (policía, fiscales, jueces, sistema penitenciario, etc.) y el sub-componente policial no actúa mejor cuando aumenta su número o cuando utiliza métodos militarizados en sus actuaciones contra la criminalidad. El crimen violento y la delincuencia son el resultado de la falta de atención a las situaciones que generan delito, tales como aquellas que afectan a las mujeres, los niños y las familias. 

La prevención de la criminalidad juvenil es parte esencial de la prevención del delito en la sociedad.  Si los jóvenes se dedican a actividades lícitas y socialmente útiles, se orientan hacia la sociedad y enfocan la vida con criterio humanista, pueden adquirir actitudes no criminógenas; Dado que la familia es la unidad central encargada de la integración social primaria del niño, los gobiernos y la sociedad deben tratar de preservar la integridad de la familia, incluida la familia extensa. 

La policía comunitaria del futuro La eficacia de la policía en la lucha contra el delito, implica que  se preste la máxima atención no sólo al presunto delincuente, sino también a las víctimas o blancos potenciales, así como al entorno social, ambiental y de todo tipo en el que éste se pueda producir.  Se demanda una Policía competente y profesionalizada, ello sólo se puede conseguir con un alto nivel de motivación y una cultura profesional acorde con esas demandas sociales. 

Los policías, al igual que otros agentes sociales, se enfrentan diariamente a problemas concretos para los que la simple aplicación de la ley no ofrece  respuesta.  Uno de los elementos más característicos de las organizaciones policiales modernas, es sin duda la necesidad, de que la policía esté fuertemente implicada en la comunidad. En las sociedades modernas no basta con que el policía sea un representante del Estado, un agente de la   autoridad, ni conque sea un buen defensor de la ley.  Debe ser percibido, además de todo ello, como un factor de integración social, como un miembro más de la comunidad trabajando profesionalmente desde esa misma comunidad, codo con codo con jueces, asistentes sociales, educadores, asociaciones de vecinos, en definitiva con el resto del tejido social.

Prevención comunitaria del delito Solidaridad es el sentimiento que impele a los hombres a prestarse una ayuda mutua. No hay duda que ha habido en los últimos años un notable aumento de la actividad criminal, robos domiciliarios y de automotores, vandalismo, arrebatos, asaltos a mano armada, muchos de ellos cometidos con violencia excesiva e innecesaria.

Estos delitos pueden ser prevenidos eficazmente por el vecindario solidario y comprometido, trabajando unido. El método es muy sencillo; se basa en la observación de signos sugestivos de actividad delictiva, alertar a sus vecinos y llamar a la policía. Cumplir con la obligación cívica de testificar, acompañar a la víctima a efectuar la denuncia, asistirla, consolarla y ayudarla. No es una tarea peligrosa, no cuesta nada y nos gratificará día a día. 

Seguridad barrial y presencia policial Podría mencionarse que espera la comunidad sobre su Policía:  1. Ver que los agentes vigilen las calles.  2. Tener contacto directo con ellos, conocerlos; asegurar “Delegaciones abiertas a la Comunidad".  3. Personalizar la responsabilidad de la vigilancia.  4. Convencerse que los policías son ciudadanos comunes con responsabilidades específicas de su profesión.  5. Poder controlar el desempeño del personal policial. 

Los tres primeros puntos mencionados definen una forma de funcionamiento, el contacto con la gente. Esta modalidad no se obtiene si las patrullas son motorizadas (automóviles o motocicletas) porque su desplazamiento es rápido y el contacto personal se reduce a la mínima expresión. Ese fin se logra con agentes a pie o en bicicleta.