El Neoplatonismo Es la última manifestación del platonismo en el mundo antiguo. Su fundador es Amonio Sacas (175.242 d.C.), que vivio antes de nuestra era. Su principla representante es Plotino, que nació en Egipto. Su discípulo Porfirio ordenó sus escritos en seis Eneadas, es decir libros de nueva partes cada una.
Plotino desarrolla la idea de la trascendencia de Dios, que es el Uno Absoluto, superior a todo, y por lo mismo, indescriptible en los térmicos de la realidad que se conoce. Para Plotino, toda la realidad proviene por emanación de Dios, y la emanación es siempre necesariamente degradación, de forma tal que mientras la realidad se aleja más del UNO, esta es más imperfecta.
La primera emanación del Uno es el intelecto, el logos, como sede de las ideas platónicas. La segunda emanación es el alma del mundo, que por un lado se vuelve al intelecto del que proviene, y por el otro se vuelve hacia el mundo por ella gobernado. Dios, el intelecto y el alma constituyen el mundo inteligible, ante el cual está el mundo sensible creado por el intelecto. Plotino considera a ma materia como un
elemento negativo, privado del bien; como el grado más bajo, oscuro de la escala cuya cima es Dios. El hombre debe remontar esta escala, ascender mediante la virtud, y mediante está, alcanzando el éxtasis, alcanzar la unión con Dios. Para el Neoplatonismo el mundo natural no es más que una condición para ascender hacia Dios.
Proclo, el último neoplatónico (muere en el 485 d. c Proclo, el último neoplatónico (muere en el 485 d.c.) aclara que el proceso de emanación supone que su causa, o sea Dios, permanece inmovil en su perfección; que la cosa emanada se asemeje a su causa y al mismo tiempo se aparte de esta por su menor perfección; y que la cosa emanada vuelva a su origen, vuelva a unirse con su causa.