¿Por qué no se designan ancianos en cada iglesia? Tres obstáculos comunes

Introducción ¿Por qué razón pasan décadas y no se designan ancianos en cada iglesia (cf. Hech. 14:23)? ¿Qué diferencia hay entre las iglesias del primer siglo y las iglesias del presente siglo? ¿Cuáles son los tres obstáculos más comunes que debemos superar?

Obstáculos comunes Los tres obstáculos más comunes que toda iglesia debe enfrentar para superar la deficiencia (Tito 1:5) no están lejos de ser superados, no son imposibles. El predicador local. La iglesia local. La indisciplina. Obstáculos Comunes

Obstáculo #1: El predicador El predicador no conoce la palabra ni su obra, y no capacita a la iglesia local. El predicador hace el papel de los ancianos, y se convierte en un “encargado de la obra”, el “jefe”, el “cacique”, el “papá que todo lo consiente”. El predicador siempre alimenta a la iglesia con leche, y siempre trata a los miembros como a bebés. El predicador hace el papel de los miembros, hace la obra personal de ellos, y cumple las responsabilidades de ellos.

Obstáculo #2: La iglesia La iglesia no entiende su naturaleza y su obra, y no se comporta como “cuerpo de Cristo”. La iglesia está contenta con la junta de varones. Los miembros no se desarrollan ni crecen, no se responsabilizan ni trabajan. Los miembros no hacen su obra personal, y el predicador la hace por ellos. Los miembros no buscan primeramente el reino de Dios y su justicia.

Obstáculo #3: Indisciplina La incomprensión de lo que es el pecado (1 Jn. 3:4) y lo que hace el pecado (1 Cor. 5:6; Gal. 5:9; Heb. 12:15). Mala actitud hacia los métodos bíblicos de corrección (cf. Mat. 18:15-17; Gal. 6:1; 1 Tes. 5:14; 2 Tes. 3:6,14,15; 1 Cor. 5). Mala actitud hacia el programa de trabajo de la iglesia (cf. 1 Tim. 3:15). Tolerancia de la inasistencia e impuntualidad (cf. Heb. 10:25).

Conclusión Nos asombra que estas tres razones obstaculicen la designación de ancianos. Sin embargo, son factores comunes que estorban el desarrollo y la madurez a la eficiencia. Si alguno es parte de este problema, corregirse le hará parte de la solución.

Plan de Salvación Rom. 10:17, Oír la palabra de Dios. Jn. 8:24, Creer en Cristo. Hech. 2:38, Arrepentimiento. Rom. 10:10, Confesar la fe en Cristo. Mar. 16:16, Bautismo para el perdón de los pecados. Col. 1:21-23, Perseverar en la fe. Hech. 8:22, Arrepentirse si ha caído, rogar el perdón. 1 Jn. 1:9, Confesar el pecado.