Algunas pautas para el diseño de estados de ánimo Convertirse en un observador de estados de ánimo. - Ello implica partir por identificarlos como estados de ánimo y no como atributos del mundo o como las cosas son. No somos responsables de los estados de ánimo en que nos encontramos. - No produjimos ese particular estado de ánimo. Simplemente estamos en él. Cuidarse de historias que hemos fabricado en torno a nuestros estados de ánimo. - Tendemos a encontrar correctos nuestros estados de ánimo y podemos dar infinitas razones del enorme sentido que tiene el estado de ánimo en que nos encontramos. Una vez identificado el estado de ánimo, deberíamos buscar los juicios que corresponden a él. - ¿Cómo estoy juzgando al mundo? - ¿Cómo estoy juzgando a la gente que me rodea? - ¿Qué juicios tengo acerca de mi mismo? - ¿Qué juicios tengo acerca del futuro? Una vez que hemos identificado nuestro estado de ánimo como juicio automático, podemos examinar la estructura lingüística que subyace en ese juicio. Una vez hecho lo anterior podemos examinar si las afirmaciones son verdaderas o falsas, si los juicios son fundados o infundados.
Algunas pautas para el diseño de estados de ánimo Buscar acciones para cambiar afirmaciones. Si nos damos cuenta de que tendemos a caer en los mismos estados de ánimo en forma recurrente, también podemos realizar acciones para anticipar los momentos en los que el estado de ánimo aparece. Una de las acciones que podemos realizar es sumergirnos entre personas con las cuales nuestros estados de ánimo no tienen mucha cabida. - Los estados de ánimo son contagiosos. No olvidar el nexo que existe entre nuestro cuerpo y nuestros estados de ánimo. - Si cambiamos nuestras posturas corporales, si practicamos un ejercicios, nuestros estados de ánimo deberían desaparecer.