El ANÁLISIS DE LA REALIDAD es una condición previa para poder realizar nuestras acciones, y al mismo tiempo acompañará todo el desarrollo de las mismas. Nos proporciona las claves, los hechos y elementos a tener en cuenta. Nos ayuda a interpretar la realidad de lo que pasa y NOS ACERCA A LAS CAUSAS que generan los problemas sociales. A partir de un hecho siempre existe una interpretación del mismo, por más banal que éste pueda parecer. Entre la realidad social y nuestro bagaje de conocimientos, experiencias y sensaciones se da un diálogo interminable en el que acontece el análisis de esa realidad.

un proceso de análisis de la realidad supone: - Cercanía: tengo que conocer lo que voy a analizar -Complementariedad: la mirada del otro es importante -Amplitud de mirada: adoptar visiones globales de la realidad, esto es que tengan en cuenta todos los aspectos de la realidad: económica, social, cultural, tecnológica, etc. Y contextualizarlo en un tiempo y en un espacio. - Capacidad de relacionar: el análisis de la realidad surge de la capacidad de relacionar los datos anteriormente mencionados.

Realidad de pobreza y exclusión, necesidad de participación y diálogo, múltiples iniciativas para políticas de estado a mediano y largo plazo (Consejo Políticas Sociales, Copec, Córdoba Mejora, Nuestra Córdoba, Fundación Mediterránea, etc).

5-Con vistas al Bicentenario , creemos que existe la capacidad para proyectar, como prioridad nacional, la erradicación de la pobreza y el desarrollo integral de todos. Anhelamos poder celebrar un Bicentenario con justicia e inclusión social. Estar a la altura de este desafío histórico, depende de cada uno de argentinos. La gran deuda de los argentinos es la deuda social. Podemos preguntarnos si estamos dispuestos a cambiar y a comprometernos para saldarla. ¿No deberíamos acordar entre todos que esa deuda social, que no admite postergación, sea la prioridad fundamental de nuestro quehacer?6. No se trata solamente de un problema económico o estadístico. Es, primariamente, un problema moral que nos afecta en nuestra dignidad más esencial y requiere que nos decidamos a un mayor compromiso ciudadano. Pero sólo habrá logros estables por el camino del diálogo y del consenso a favor del bien común, si tenemos particularmente en cuenta a nuestros hermanos más pobres y excluidos. Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad Conferencia Episcopal Argentina