LA POESÍA ESPAÑOLA DE POSGUERRA MIGUEL HERNÁNDEZ BLAS DE OTERO JAIME GIL DE BIEDMA

INTRODUCCIÓN La derrota de la República da lugar al franquismo (1939-1975). Algunos poetas han muerto durante la guerra (Lorca), otros deciden exiliarse (Juan Ramón Jiménez, Cernuda, Salinas…), otro se quedan y soportan la represión y la falta de libertad. Muchos vivieron la cárcel, algunos se murieron en ella (Miguel Hernández), todos experimentaron la censura y la “autocensura”. CENSURA: obligatoriedad de que toda obra publicada o estrenada contara con el beneplácito de las autoridades, que podían, por razones morales o ideológicas, imponer modificaciones, supresiones o impedir directamente su publicación.

MIGUEL HERNÁNDEZ (1910-1942) Evoluciona desde una poesía vanguardista (El rayo que no cesa) a una poesía social y comprometida tras el estallido de la guerra (Viento del pueblo; El hombre acecha). En la cárcel (tres años estuvo en ella hasta que murió) escribe sus poemas más intimistas, en los que expresa la profunda pena por estar lejos de su esposa y de su hijo recién nacido (Cancionero y romancero de ausencias). Los temas principales de la lírica de Miguel Hernández son: la pena, el amor, el odio y la crueldad del ser humano. De origen humilde, su familia se dedicaba al pastoreo, decide irse a vivir a Madrid para cumplir su sueño de ser poeta. Allí establece amistad con Aleixandre y con Neruda. Su mentalidad progresista le lleva a afiliarse al partido comunista y a luchar en el bando republicano. Es encarcelado y muere de tuberculosis.

LA POESÍA DE LOS AÑOS 40

POESÍA ARRAIGADA/DESARRAIGADA - Perfección en el verso. - Sentimientos religiosos o temas tradicionales (paisaje, amor, etc.). - El mundo es un lugar ordenado, a pesar del mal, el pecado y el dolor. POESÍA DESARRAIGADA - En contra del esteticismo: verso libre, lenguaje prosaico. - Tono trágico. - Mundo caótico. - Rebeldía, ira, revolución, inconformismo, descontento, vacío personal y existencial, angustia.

AÑOS 50. LA POESÍA SOCIAL. BLAS DE OTERO En los años 50 se entiende que la poesía es un arma para cambiar el mundo. El escritor no debe perseguir solo la belleza estética, sino que tiene la obligación de criticar la realidad y denunciar la opresión. Emplean un lenguaje claro y directo con la intención de llegar a la mayor cantidad posible de lectores. Junto con Gabriel Celaya, Blas de Otero es el gran representan de esta poesía social. Su obra principal es Pido la paz y la palabra. En obras posteriores regresará a una poesía más íntima: (Historias fingidas y verdaderas; Hojas de Madrid). Estudió Derecho y Filosofía y Letras. De la poesía de tendencia arraigada (era hombre católico y de mentalidad conservadora), evolucionó hacia una visión angustiada y pesimista de la realidad. Tras un viaje a París en donde entabló amistad con exiliados republicanos, acabó ingresando en el Partido Comunista.

AÑOS 60. JAIME GIL DE BIEDMA En los años 60 la poesía da un paso más desde la vertiente social de los años 50. Su pretensión es modernizarse e internacionalizarse, refinando la estética. Representantes: Ángel González, José Ángel Valente, Claudio Rodríguez, José Agustín Goytisolo, José M.ª Valverde, pero fundamentalmente Jaime Gil de Biedma. Rasgos comunes de todos estos autores: Vuelta al intimismo. El amor es el tema principal, y se aborda desde una visión transgresora. Otros temas: el paso del tiempo, la infancia, la familia, lo la amistad, lo cotidiano… Búsqueda de nuevas formas de expresión que se alejan del “escribo como hablo”. Continúan en la crítica social, pero lo hacen empleando la ironía y el humor. Nace en el seno de una familia burguesa catalana. Estudia Derecho y trabaja como ejecutivo en la empresa familiar. Combina su trabajo con la poesía y pronto desarrolla una profunda conciencia social y política. No ocultó su homosexualidad en la cerrada sociedad de la época. Toda su obra poética se contiene en el libro Las personas del verbo.

LOS AÑOS 70. LA GENERACIÓN DE LOS “NOVÍSIMOS” Con la etiqueta de “novísimos” se conoce a un conjunto de jóvenes poetas que pretendían romper con la poesía social precedente y que buscaban una poesía moderna, vanguardista y experimental. Castellet publicó una colección de sus poemas en una antología que recoge poemas de Manuel Vázquez Montalbán, José María Álvarez, Félix de Azúa, Pere Gimferrer o Leopoldo María Panero. Rasgos compartidos por estos poetas: El culturalismo: escriben una poesía plagada de referencias culturales. Poesía intelectual, que integra todo tipo de arte. Escapismo: crea espacios de evasión. Su poesía elude las referencias a la situación social y política de España. Barroquismo e influencia de las vanguardias: buscan un lenguaje rico y elaborado, y recuperan estrategias de la poesía vanguardista.