PASCUA “Yo soy la vid, ustedes las ramas, …” DOMINGO V – B BARTHIMEUS, Instituto para el Progreso Humano.

ORACIÓN COLECTA DE LA MISA DEL DOMINGO V T. de Pascua-B “Señor, tú que te has dignado redimirnos y has querido hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que cuantos creemos en Cristo, tu Hijo, alcancemos la libertad verdadera y la herencia eterna”.

“El Señor es mi alabanza en la gran asamblea”. Salmo (21)

Juan 15, 1-8 “En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos : Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el viñador.

Somos parte de un todo, que es la Iglesia Como miembros de la Iglesia queremos una relación viva y personal con el Señor Queremos ser miembros útiles de la Iglesia

Si alguna de mis ramas no da fruto, él la arranca; y poda las que dan fruto, para que den más fruto. Ustedes ya están limpios por las palabras que les he hablado; permanezcan en mí y yo permaneceré en ustedes.

Estamos llamados a dar fruto Somos parte de la vid, queremos permanecer unidos a ella Dios Padre es el viñador que nos ayuda a fructificar Se corta lo inútil de la planta Se poda lo que puede ser útil

Como la rama no puede producir frutos por sí misma, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes pueden producir fruto si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes las ramas; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no pueden hacer nada.

El brote no puede existir sin el tronco que lo sustenta. Es contundente : sin Jesús no tenemos vida verdadera. El brote no puede existir sin el tronco que lo sustenta.

Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como ramas secas; luego las recogen y las echan al fuego, y arden.

Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les dará. Con esto recibe gloria mi Padre, en que ustedes den fruto abundante; así serán discípulos míos”. Palabra del Señor.

Permanecer unido al Señor La unión se consigue por vivir su Palabra Discípulo es el que ama , obedece y sigue

¿Por qué quiero a veces olvidarme de Dios? ¿Lejos de Él acaso me he sentido realmente feliz? ¿Tanto me cuesta reconocer que soy una criatura y que soy de Dios? ¿Hasta cuándo no voy a adquirir sensatez?

Señor, ayúdame a vivir unido a Ti, enséñame a aceptar las podas que permites en mi vida, confiado en que así me ayudas a crecer y dar mejor fruto. Sostenme Señor. Que la alegría siempre esté contigo Tob.5,10 BARTHIMEUS, Instituto para el Progreso Humano.