EDUCAR PARA LA SALUD UN PROCESO PARTICIPATIVO Y TRANSFORMADOR

La educación y la salud son derechos humanos: Los niños tienen derecho a disfrutar del nivel más alto posible de salud y a recibir atención médica cuando estén enfermos. Los niños tienen derecho a la educación de calidad. Esta debe ser obligatoria y gratuita. El Estado es el principal responsable que estos derechos se respeten, se protejan y se cumplan.

La escuela es un escenario ideal Las IIEE se constituyen en un escenario ideal para incidir en la población en su conjunto y en el contexto de su vida cotidiana. Abre la posibilidad, no solo de llegar a los estudiantes, sino también a las familias y a la comunidad. La escuela es una instancia donde los estudiantes desarrollan sus capacidades, hábitos y estilos de vida saludable. La escuela debe brindar a niñas, niños y adolescentes oportunidades para lograr un desarrollo sano, para su formación integral y para que participen activa y responsablemente en la vida económica y social de nuestro país. .

La educación para la salud es: Una estrategia que posibilita la promoción de la salud. Una combinación de oportunidades de aprendizaje que facilita cambios voluntarios del comportamiento que conducen a una mejora de la salud. OMS Un proceso participativo y transformador

La Educación para la Salud debe ser un proceso transformador y participativo que: Desarrolle la capacidad crítica de los estudiantes, mediante la problematización de situaciones y el estímulo de su capacidad creativa e investigadora que contribuya a la transformación de situaciones reales de su ambiente. Desarrolle contenidos vinculados al contexto de los estudiantes, su entorno familiar y comunitario. Tome en cuenta la diversidad cultural. Reconozca los saberes y costumbres adquiridas en su vida cotidiana con sus padres.

Por ello, la educación para la salud permite: Reconocer cómo la propia salud se relaciona con su entorno (contexto inmediato: social, laboral, familiar, físico, etc.) para desarrollar conductas saludables de autocuidado que permitan mejorar estilos de vida y prevenir enfermedades. Reconocer y valorar en un contexto de interculturalidad los saberes previos respecto al cuidado de la salud que pueden complementarse con la nueva información que proveen los servicios de salud. Empoderar y hacer responsables a los ciudadanos en la defensa de la salud propia y colectiva.

Por ello, la Educación para la salud permite: Promover la participación activa en la identificación de causas y soluciones a los problemas de salud, desde la historia y punto de vista de su comunidad. Promover el uso y acercamiento a los servicios de salud como sujeto activo y no como objeto.

Por medio de la participación promovemos medios ambientes saludables

Desarrollamos un clima de interacción armónica, amable, sin discriminación, equitativa y libre. Un aula saludable.

La Educación para la salud transforma la vida al promover comportamientos saludables Lavado de Manos Alimentación Saludable Higiene bucal Actividad Física Entre otros

La Educación para la salud transforma la vida al promover entornos saludables por medio de la participación Contribuyendo a modificar aquellas condiciones no favorables a una vida saludable. En la Dimensión física: Promueve la existencia de condiciones mínimas de seguridad y saneamiento ambiental (agua, servicios sanitarios, quioscos saludables) que favorecen la salud, el bienestar y el desarrollo de niños y niñas. En la dimensión psicosocial. Se refiere a un clima de interacción armónica, amable, sin discriminación, equitativa, libre de cualquier forma de violencia y respetuosa de los DDHH.