LA TRASTIENDA DE LA VIDA COTIDIANA DE BENALAURÍA CONCLUSIONES GENERALES

OBJETIVOS DE LA EXPOSICIÓN No quedarnos en las apariencias que figuran externamente en nuestra vida cotidiana, y descubrir lo que conlleva la realidad profunda de las situaciones y las personas. Observar como se materializa cotidianamente la desigualdad laboral según mandato de género en Benalauría. Adquirir capacidades de mirar nuestra vida cotidiana con gafas de género, para ver lo que hay en el fondo de ella, más allá de las apariencias normales.

DIVISIÓN SEXUAL DEL TIEMPO Es la distribución de las actividades sociales y de los tiempos que se les asignan a mujeres y Hombres. Por tanto, se aprende a ser hombres y mujeres desde la familia, la escuela, las amistades, los medios de comunicación, la religión … a partir de normas, valores, creencias, actitudes … que imponen, reproducen, perpetúan y legitiman el sistema patriarcal, desde una visión dónde el hombre es el centro.

ATRIBUTOS DE GÉNERO Maneras de ver, sentir, pensar, vivir, de acuerdo con el mundo de lo femenino y lo masculino. No son hereditarios, están asignados socialmente. Por ejemplo, las mujeres son pasivas y sumisas, invisibles... Los hombres son poco sensibles...

ESTEREOTIPOS DE GÉNERO Son creencias socialmente construidas entre hombres y mujeres que se elaboran y se refuerzan mediante refranes, canciones, cuentos, los medios de comunicación, la religión, la cultura, las costumbres, la escuela, etc. Ideas que se fija y perpetua. Prejuicios que se manifiestan en los roles, respecto a esas características propias de uno y otro sexo.

ROLES DE GÉNERO Diversidad de comportamientos, tareas que una persona realiza en una sociedad determinada. Los roles femeninos están relacionados con el ámbito de lo privado, no se valoran (limpiar el hogar, cuidar a los hijos /as …). Los masculinos se relacionan con el ámbito público, el trabajo fuera del hogar (aportar dinero a la familia, prestigio profesional ...).

CONCLUSIONES GENERALES En la Serranía de Ronda predomina el modelo de familia tradicional y patriarcal. De esta forma, las mujeres son, mayoritariamente, las responsables de la planificación y organización del trabajo doméstico de forma exclusiva (87% de mujeres frente al 13% de hombres), y las cuidadoras principales de las personas dependientes (78% frente a 22%). Hombres y mujeres responden a un mandato de género muy marcado, que se transmite de generación en generación para seguir reproduciéndose.

CONCLUSIONES GENERALES (1) La responsabilidad casi exclusiva de la mujer en el ámbito doméstico y su dedicación de tiempo al mismo limita sus posibilidades de acceso a otros ámbitos, como el laboral. Así, es muy elevado el porcentaje de mujeres en edad laboral que no buscan empleo (el 69%) en relación a las que sí lo hacen (31%). Además, las que se encuentran en búsqueda activa de empleo, dedican considerablemente menos tiempo que los hombres a ello: 5 horas semanales de promedio, frente a las 14 horas semanales que dedican los hombres. Aún así, las mujeres se van incorporando al ámbito laboral, mientras que los hombres no asumen su responsabilidad en el ámbito doméstico, lo que implica una sobrecarga de trabajo para las mujeres. Las mujeres con empleo siguen dedicando un promedio de 46 horas semanales al hogar y al cuidado de las personas dependientes.

CONCLUSIONES GENERALES (2) En el mercado laboral, la “inactividad” y el desempleo tienen más cara de mujer, mientras que la ocupación tiene una mayor presencia masculina. La tasa de inactividad de las mujeres alcanza el 68%, frente al 38% de los hombres. la tasa de ocupación es del 69% para las mujeres, frente a 83% de los hombres. Respecto a las mujeres empleadas, se ven obligadas a cumplir un doble rol y una doble jornada, y sufren peores condiciones laborales que los hombres: discriminación salarial, jornada a tiempo parcial, segregación ocupacional y vertical.

CONCLUSIONES GENERALES (3) La inferior situación laboral de las mujeres, unida al “mandato social” que la responsabiliza del mantenimiento del hogar y la familia, refuerza la dedicación a este ámbito, pudiendo provocar incluso el abandono del empleo, o en cualquier caso, la prioridad de ocuparse en el ámbito doméstico. El rol de género también condiciona el tiempo libre y el uso de los espacios. Las mujeres disponen de menos tiempo libre para sí mismas que los hombres (7 horas de diferencia a la semana de tiempo libre).

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