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Reflexión del día Si no sabe hacia donde se dirige va a ir a parar a cualquier parte. -Yogy Berra. Una persona (un grupo de personas) sin una meta definida.

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1 Reflexión del día Si no sabe hacia donde se dirige va a ir a parar a cualquier parte. -Yogy Berra. Una persona (un grupo de personas) sin una meta definida no va a ningún lugar. -Hno. Fredy Monterroza.

2 CAPÍTULO 6 El fundamento central de este capítulo consiste en la santificación, o sea, ser apartado para Dios y la cual proviene de la justificación, acto hecho por el sacrificio de Jesús a favor del pecador, quitándole la culpa y la pena del pecado.

3 La justificación obra por nosotros, es gratuita, es decir, dada por gracia, la cual al declararnos justos nos provee el camino hacia el cielo, en tanto que la santificación deviene de nuestro acercamiento constante al Señor, o sea que debe de operar dentro de nosotros.

4 Para ilustrar más fácilmente la justificación y la santificación, podemos decir, que la primera es el mapa aeronáutico que nos marca la trayectoria hacia el cielo y la santificación el avión que nos llevará a dicho destino. En otras palabras, la justificación es el medio y la santificación el fin.

5 1. ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? Hay actualmente muchos cristianos que creen que si hemos aceptado a Cristo, de ahí en adelante, podemos dar rienda suelta a nuestros apetitos que de todos modos somos salvos. Esta es una mala hermenéutica acerca de la Gracia, ya que, si bien es cierto que el Señor nos concede libertad, también es verdad, que no nos faculta para el libertinaje. Estudiemos lo que dice Pablo a continuación:

6 2. En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿no viviremos aún en él? El pecado es mostrado en este verso como un déspota que explota a sus esclavos hasta lo insoportable, siendo la única manera de librarse de él muriendo, para dejar pasivo el cuerpo del pecado y despojado de su poder, aunque no desaparece totalmente.

7 3. ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Cristo no solamente murió en mi lugar, sino como yo, ya que la palabra bautismo se refiere a una completa identificación.

8 4. Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, Pablo aquí se refiere al bautismo por inmersión, lo que simboliza la muerte del pecador. a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

9 Así como el Espíritu Santo resucitó a Cristo, de la misma manera nosotros lo necesitamos para andar vivificados para el Señor. 5. Porque si fuimos plantados juntamente con él Así como la semilla cuando es plantada en la tierra tiene que morir para dar vida, nosotros tenemos que matar los deseos del alma para alcanzar la plenitud de la vida en Cristo.

10 en la semejanza de su muerte, Cristo tuvo que ofrendar su vida en la cruz para lograr nuestra salvación. así también lo seremos en la de su resurrección; Él es el primero que ha resucitado lo que garantiza que nosotros también después de muertos resucitaremos.

11 Cristo es el único que ha resucitado, Lázaro el de Betania y tantos otros que han salido de la tumba únicamente volvieron a la vida física temporalmente porque volvieron a morir. Sin embargo, Jesucristo resucitó para no morir más. 6. sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él,

12 La bestia que todos llevamos dentro, es decir, nuestros deseos carnales debemos de matarlos crucificandolos tal como lo dice Pablo en Gá. 2.20: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más Cristo vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.”

13 Este texto no soporta la falsa hermenéutica de los que predican la falsa libertad de “dejar hacer, dejar pasar, que de todos modos ya eres salvo” de los modernistas dis’que cristianos. para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. El viejo Adán y sus concupiscencias debe de morir para dar lugar al postrer Adán, Jesucristo, quien vino a libertarnos del pecado y sus terribles consecuencias.

14 7. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. El pecado nos es mostrado como un déspota que explota insoportablemente a sus esclavos Ef. 4.22-24; Col. 3.9,10). 8. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; Si hemos crucificado al “viejo hombre”, o sea, “la carne con sus pasiones y deseos” (Gá. 5.24).

15 9. sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. Por lo tanto no deberíamos de pecar más, ya que, si hemos venido a Cristo, tenemos que estar muertos al pecado y vivos para la justicia.

16 10. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. No necesita estar muriendo en cada culto como en la liturgia católico-romana, donde según sus sacerdotes lo matan en cada misa. El vocablo “misa” significa “sacrificio”

17 Los versos 11 y 12 nos hacen ver con claridad que los cristianos debemos de actuar por fe, y no en base a nuestros sentimientos. 11. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. Así como Jesús murió por el pecado, nosotros debemos de morir para el pecado.

18 12. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; En este versículo, Pablo, personifica al pecado como un rey déspota que controla los apetitos concupiscentes del alma, por lo que no debemos de permitir que haga su reino en nuestro corazón.

19 En los versos 13-15, se nos indica que debemos de dejar de poner nuestros miembros como instrumentos de iniquidad, en vez de ello, presentarlos a Dios como instrumentos de justicia: 13. ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, Que no nos venza la tentación.

20 sino presentaos vosotros mismo a Dios como vivos de entre los muertos, Aprendamos a depender enteramente de Dios. No olvidemos que Él es nuestro Dueño, nosotros sólo somos administradores “Acuérdate de tu Creador.” y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Nuestros miembros: manos, pies, oídos, ojos, sexo, etc. le pertenecen a Él.

21 14. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; No somos más súbditos del pecado porque le hemos dado nuestra vida al Señor. pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. No necesitamos la ley para saber que no debemos pecar, ya que, estando bajo la gloriosa dispensación de la Gracia, sabemos que no debemos pecar por obligación sino por amor, por agradecimiento a Aquél que se entregó por nosotros.

22 15. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. Pecar deliberadamente es abusar del lugar hermoso al que nos ha elevado el Señor por medio de su gracia, por eso el apóstol reitera “en ninguna manera”

23 Repetimos que la falsa hermenéutica de los que sostienen que no afecta el pecado cometido después de haber entregado el corazón a Cristo, tienen que soslayar: ( eludir o esquivar un compromiso ) estos versos que ponen en evidencia que si siguen dando rienda suelta a sus apetitos carnales es porque no han nacido de nuevo.

24 Del 16 al 23 se nos conmina a que como cristianos debemos de estar a la orden del Señor Jesús y olvidarnos de quien nos tiranizaba anteriormente (Satanás), ya que sólo se puede servir, a la vez, a un solo Señor. (Mt. 6.24). Conmina: Amenaza con alguna pena o castigo, especialmente el que tiene potestad o fuerza para hacerlo.

25 Asimismo, debemos de obedecer al Evangelio por nuestra entrega voluntaria a Jesucristo, y permitir que esa doctrina moldee nuestra nueva vida. No es cuestión solamente de entrar al Evangelio, sino que el Evangelio entre en nosotros.

26 16. ¿No sabéis No los dice el mismo sentido común que si os sometéis Ponerse a la orden a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis,

27 En el tiempo que el apóstol escribe esta carta era común poseer esclavos, o sea, personas al servicio de un patrón, pero sin recibir ningún sueldo, porque eran propiedad de éste como cualquier animal irracional sea del pecado El pecador trabaja a la orden de Satanás

28 para muerte, Muerte eterna por supuesto, es el resultado que produce trabajar para este amo. o sea de la obediencia para justicia? En cambio, si servimos a Cristo, no como esclavos sino como amigos, El nos dará en vez de la muerte la vida eterna.

29 17. Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, Antes de obtener el nuevo nacimiento servíamos al pecado, pero gracias a Dios ahora ya no. habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; Echadas al Evangelio del Reino, como quien es puesto en un molde para adquirir su forma.

30 18. y libertados del pecado, Hecho libres de sus cadenas. ¿Cómo podrán explicar esta parte aquellos que afirman que los cristianos podemos seguir pecando y sin embargo ser salvos? No se puede, como vemos, ser esclavos de un amo, pero sirviendo a otro. Claramente nos lo dice el Señor que eso es imposible “Ninguno puede servir a dos señores; porque aborrecerá al uno y amará al otro... “ (Mt. 6.24).

31 vinisteis a ser siervos de la justicia. vinisteis a ser siervos de la justicia. El que sirve a la justicia no quiere nada perjudicial ni para él ni para nadie. 19. Hablo como humano, Con lenguaje sencillo y no rebuscado por vuestra humana debilidad; Con palabras comprensibles y hasta con metáforas para hacer las oraciones más sencillas.

32 que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembro para servir a la inmundicia y a la iniquidad, Antes de conocer a Cristo estábamos sumergidos en los más asquerosos de los pecados así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. En cambio, ahora, entregamos todo nuestro ser a la santidad.

33 20. Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero cual libertad es mejor la del pecado o la de la justicia? La respuesta es obvia, como lo veremos a continuación: 21. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas ¿Qué recompensas recibáis por pecar? ¿Cosas buenas o destrucción?

34 de las cuales ahora os avergonzáis? Con solo recordar los escándalos que hacíamos antes nos sonrojamos. Porque el fin de ellas es muerte. Destrucción del alma y del cuerpo. 22. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado Este es el signo o señal que distingue al cristiano frente a los impíos.

35 y hechos siervos de Dios, Somos felices, ahora, con nuestro nuevo y amoroso Amo. tenéis por vuestro fruto la santificación, La santidad de nuestro corazón al haberlo entregado, separado y dedicado a Él. y como fin, la vida eterna. Este es el glorioso fruto del que disfrutaremos. ¡Gloria a Dios!

36 23. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. En todo contrato de trabajo hay un empleador y un empleado, los dos tienen derechos y obligaciones: El empleador el derecho de exigir que el trabajador le cumpla con la labor y la obligación de pagar por la misma. El empleado tiene la obligación de trabajar y el derecho de recibir su salario.

37 En el caso del verso 23, el empleador es Satanás quien paga a su empleado, el pecador, con un cheque grande llamado muerte, por el trabajo del pecador que consiste en pecar. En cambio Dios no tiene ninguna obligación de pagarnos, porque todo lo ha hecho Jesucristo por nosotros, además de que nos regala,por ese precioso sacrificio, la vida eterna. (Jn. 3.16). Conclusión


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