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De nuestra corresponsabilidad para el bien común

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Presentación del tema: "De nuestra corresponsabilidad para el bien común"— Transcripción de la presentación:

1 De nuestra corresponsabilidad para el bien común
Edición no. 11 De nuestra corresponsabilidad para el bien común

2 I. Introducción ¿Será verdad aquella frase popular que dice “cada pueblo tiene el gobierno que merece”? Se dice esto porque los ciudadanos tenemos un papel muy importante en la vida política. Las decisiones y acciones que se toman en ella dependen en gran parte de nosotros: ciudadanos y autoridades somos corresponsables del bien común.

3 I. Introducción ¿Cómo puedo yo ciudadano contribuir al bien común? ¡Participando! La primera manera de participar es con nuestro voto. Para votar con responsabilidad, debemos conocer quiénes son los candidatos que quieren representarnos y analizar sus propuestas.

4 I. Introducción Con el voto nuestra corresponsabilidad apenas empieza. Hemos de dar seguimiento a las acciones de aquellos que han sido electos para asegurar el bien integral de todos.

5 I. Introducción Nuestra participación política es de vital importancia si queremos una sociedad más humana, sin corrupción, sin violencia, donde prevalezca el respeto a la vida humana, la justicia y la solidaridad.

6 II. Documento No hay democracia verdadera y estable sin participación ciudadana y justicia social de la Conferencia del Episcopado Mexicano

7 II. No hay democracia verdadera y estable sin participación ciudadana y justicia social [1]
Este documento, realizado por los obispos de México, y dirigido a todos los fieles católicos y a cualquier persona de buena voluntad, tiene por objetivo contribuir a la consolidación de la democracia en nuestro país, e impulsar la participación ciudadana, la justicia social y el voto responsable. [1] CEM En:

8 II. No hay democracia verdadera y estable sin participación ciudadana y justicia social [2]
En un país democrático la ciudadanía debe dar seguimiento a las acciones de quienes ejercen el poder. La actividad democrática se ha reducido a la mera participación en los procesos electorales. La aportación ciudadana, para su consolidación, supone un estilo de vida que se cultiva desde la propia familia y actitudes ordinarias que la favorezcan. [2] CEM En:

9 II. No hay democracia verdadera y estable sin participación ciudadana y justicia social [3]
Insuficiente representatividad La democracia en nuestro país es por definición una democracia representativa. Sin embargo, la forma como se reciben o asumen las decisiones que responden a los grandes desafíos de la vida nacional indica que la ciudadanía no se ve representada en ellas. Cuando la ciudadanía no encuentra, en los candidatos que se le proponen, personas que puedan representarla en las instancias de decisión, decide abstenerse de participar. Esto daña la representatividad, porque cuando son pocos los que votan, es el voto de unos cuantos el que define la elección. [3] CEM En:

10 II. No hay democracia verdadera y estable sin participación ciudadana y justicia social [4]
Colocar la persona al centro de la actividad política La persona humana es el fundamento y el fin de la convivencia política [5] y del bien común[6], que es la razón de ser de la comunidad política. [4] CEM En: [5] Cf. Pontificio Consejo Justicia y Paz, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, No. 384. [6] El bien común es definido por la Doctrina Social de la Iglesia como “el conjunto de aquellas condiciones que la vida social con las cuales los hombres, las familias y las asociaciones pueden lograr con mayor plenitud y facilidad su propia perfección”. Cf. Concilio Vaticano II, Constitución pastoral Gaudium et spes, No. 26.

11 II. No hay democracia verdadera y estable sin participación ciudadana y justicia social [7]
Un candidato a representante debería llenar el siguiente perfil ético mínimo: La honestidad es un criterio fundamental para percibir al candidato como confiable, transparente, coherente, persona de valores. El conocimiento de las necesidades de la gente. Esto supone cercanía y sensibilidad. No basta el conocimiento técnico, es necesario un conocimiento directo que le permita descubrir las exigencias del bien común tanto en el nivel local como nacional. Compromiso con la reconciliación y la justicia. Sólo representantes con un profundo sentido de justicia lucharán contra la pobreza, la desigualdad, la inseguridad y la violencia. Capacidad suficiente. No basta la buena voluntad, las tareas de representación son distintas. Una función administrativa y una tarea legislativa requieren formación y capacidades diversas que no se improvisan. Sensibilidad por los pobres, por los excluidos, por los indefensos, demostrada no sólo en las campañas electorales, sino en su vida diaria. [7] CEM En:

12 II. No hay democracia verdadera y estable sin participación ciudadana y justicia social [8]
Además de participar responsablemente en los procesos electorales, alentamos a la ciudadanía a que tenga una actividad pública más consistente y permanente, ya que la democracia requiere de la sociedad mediante la creación de estructuras de participación y corresponsabilidad [9]. [8] CEM En: [9] Cf. Juan Pablo II, Carta encíclica Centesimus annus, Nos

13 III. Principios sociales [10]
[10] Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Capítulos 4 y 5. En:

14 III. Los principios sociales
Los principios sociales son como los cimientos que sostienen la vida humana. Se refieren a la realidad social en su conjunto. Por ser permanentes y universales, son un parámetro de referencia para interpretar y valorar los fenómenos sociales.

15 1. Dignidad humana Principio que parte de que el ser humano es un ser individual, inviolable y con una interioridad; todo esto le hace ser irrepetible. El orden social se debe subordinar al bien de la persona, ya que ella está por encima de todo y por tanto, no puede ser “usada” o considerada como un objeto.

16 2. El bien común Conjunto de condiciones sociales que favorecen en el ser humano el desarrollo íntegro de su persona. Los miembros de la sociedad sólo pueden alcanzarlo en conjunto. Exige el compromiso por la paz, la correcta organización de los poderes del Estado, un sólido ordenamiento jurídico, la salvaguardia del ambiente y los derechos del hombre. “Es el fin propio del Estado, y por eso mismo de la autoridad y de la política” [11]. [11] Preciado H., Rafael. Citado por Aviña C., Jaime en Voto Un reto para todos. Revista Bien Común. Número 172, abril 2009.

17 3. El destino universal de los bienes
Implica el derecho que tienen todos los hombres de usar los bienes de la tierra para satisfacer sus necesidades. Invita a tener un mundo justo y solidario. Este principio exige que se vele de manera especial por los pobres, los marginados y las personas cuya condición de vida les impide un crecimiento adecuado.

18 4. La propiedad privada Es la posesión de bienes por la cual se asegura una autonomía personal y familiar. Debe ser accesible a todos por igual. El hombre debe estar atento a que sus bienes no le aprovechen sólo a él, sino también a los demás, evitar que dichos bienes estén inactivos y cuidar que reditúen.

19 5. Subsidiariedad Señala que cuando el más capaz presta ayuda al menos capacitado, lo debe hacer de manera que el incapaz deje pronto de serlo y ya no requiera la ayuda [12]. Implica no tomar una actitud egoísta pero tampoco caer en la dependencia y el asistencialismo. [12] Llano, Carlos. Humildad y Liderazgo. Ediciones Ruz. México, D.F

20 6. Solidaridad Es el principio social de la ayuda mutua y además es una virtud ética. Subraya la igualdad en dignidad y derechos de la persona. Crea relaciones de interdependencia entre hombres y pueblos. Las instituciones deben ordenarse según este principio. Al ejercerla, los ciudadanos pueden reducir la vulnerabilidad de las personas en desventaja [13]. [13] Cordourier Real, Carlos R. Cultura cívica y desarrollo. Revista Bien Común. Número 154, octubre 2007.

21 7. Participación ciudadana
La sociedad necesita la participación responsable y proporcionada de todos los ciudadanos en la vida social, económica, política y cultural. Son actividades por las cuales el ciudadano contribuye con la comunidad civil.

22 IV. Las palabras clave de la política [14]
[14] Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Capítulo 8. En:

23 IV. Las palabras clave de la política
Aunque la política es la participación en partidos políticos, y una habilidad para triunfar, también implica la actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo [15] con el fin de conseguir el bien común de la sociedad. [15] “Política”. Diccionario de la Real Academia Española. En:

24 1. Comunidad política Se refiere al núcleo humano en el que los hombres interactúan para facilitar el crecimiento pleno de todos los que lo integran y cooperan para lograr el bien común.

25 2. Autoridad Es la estructura humana que establece las normas en la sociedad. Debe orientar la libertad de todos al respeto y defensa del sujeto individual y social para lograr el bien común. El origen de la autoridad es el pueblo. La autoridad debe respetar los valores humanos y morales, que no pueden invalidarse por una mayoría de votos. Hacerlo convertiría a la autoridad en instrumento de intereses diversos. Las leyes que emita la autoridad tienen que correspondientes con la dignidad del ser humano.

26 3. Estado de derecho Situación generada en un pueblo cuando su autoridad actúa de acuerdo al poder que ejerce: legislativo, ejecutivo o judicial. Los electos por un pueblo deben actuar para el buen funcionamiento de la convivencia civil y ser agentes del auténtico bien común. El estado de derecho le da soberanía a la ley y no a la voluntad arbitraria de los hombres.

27 4. Democracia Doctrina y estructura política a favor de un sistema de gobierno en el que el pueblo ejerce la soberanía mediante la elección libre de sus dirigentes. La democracia es auténtica si se ordena al bien común y respeta una correcta jerarquía de valores.

28 5. Sociedad civil Conjunto de instituciones cívicas y asociaciones voluntarias que median entre los individuos y el Estado y suscitan iniciativas a favor del bien común. La comunidad política se deriva de la sociedad civil, está al servicio de ella y de quienes la componen.

29 V. Algunos puntos sobre la Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al  compromiso y la conducta de los católicos en la vida política de la Congregación para la doctrina de la fe [16] [16] En:

30 V. Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al  compromiso y la conducta de los católicos en la vida política Los fieles laicos de ningún modo pueden abdicar de la participación en la “política”; es decir, en la multiforme y variada acción económica, social, legislativa, administrativa y cultural, destinada a promover orgánica e institucionalmente el bien común. [17] [17] JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica Christifideles laici, n. 42. 

31 V. Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al  compromiso y la conducta de los católicos en la vida política El cristiano debe «reconocer la legítima pluralidad de opiniones temporales»,[18] pero también debe disentir de una concepción del pluralismo en clave de relativismo moral, nociva para la misma vida democrática, pues ésta tiene necesidad de fundamentos verdaderos y sólidos, esto es, de principios éticos que, por su naturaleza y papel fundacional de la vida social, no son “negociables”.  [18] CONCILIO VATICANO II, Constitución Pastoral Gaudium et spes, n 75. 

32 V. Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al  compromiso y la conducta de los católicos en la vida política La vía de la democracia, sólo se hace posible en la medida en que se funda sobre una recta concepción y respeto de la persona.[19] La conciencia cristiana bien formada no permite a nadie favorecer con el propio voto la realización de un programa político o ley que contengan propuestas alternativas o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe y la moral. [19] Cfr. CONCILIO VATICANO II, Constitución Pastoral Gaudium et spes, n 25. 

33 V. Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al  compromiso y la conducta de los católicos en la vida política Las exigencias éticas fundamentales para el bien común de la sociedad no son “valores confesionales”, pues están radicadas en el ser humano y pertenecen a la ley moral natural. Éstas no exigen en quien las defiende una profesión de fe cristiana, si bien la Iglesia las confirma y tutela siempre. La política debe hacer también referencia a principios dotados de valor absoluto, precisamente porque están al servicio de la dignidad de la persona y del verdadero progreso humano.

34 V. Nota Doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al  compromiso y la conducta de los católicos en la vida política Los ciudadanos católicos, como todos los demás, tienen el derecho-deber de buscar la verdad y promover y defender las verdades morales sobre la vida social, la justicia, la libertad, el respeto a la vida y todos los demás derechos de la persona.

35 VI. Los principios no negociables [20]
[20] Mújica, J. Esos pilares que la política no puede condicionar ni cambiar. Material para la edición no. 11 de ¡Tenemos que Hablar!, De nuestra corresponsabilidad para el bien común.

36 VI. Los principios no negociables
Existen principios o pilares sobre los que se sustenta el tejido social. Expresan valores de razón y de fe, fundamentales para construir una sociedad respetuosa de la dignidad humana. Se les llama principios no negociables, porque no se pueden poner en discusión o cambiar por mucho que una mayoría en los senados o parlamentos quiera hacerlo. Gobernantes y legisladores deben contemplarlos y protegerlos con acciones concretas.

37 1. Protección de la vida Es la protección de la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Lo que atente contra la vida (aborto, eutanasia, clonación, experimentación con embriones, contracepción etc.) atenta contra la sociedad. El derecho a la vida es el primero y del que se derivan todos los demás. Es deber de los políticos tutelar este derecho primario a la vida de todo ser humano.

38 2. Protección del matrimonio
El matrimonio es la unión estable entre un hombre y una mujer para la procreación de los hijos. En este sentido, no pueden reconocerse los intentos de legalizar otras formas de unión, como el caso de las propuestas para legalizar el matrimonio homosexual, ya que se terminaría afectando gravemente la integridad de la familia como tal y su rol en la sociedad.

39 3. Protección de la familia
Una familia unida, protectora y transmisora de valores, promueve el desarrollo de virtudes cívicas y humanas, tan necesarias en nuestra sociedad. Es allí donde puede fundamentarse un desarrollo humano o también donde puede perderse. Una de las prioridades del Estado Mexicano debe ser que la familia, como estructura social, sea reforzada.

40 4. Libertad de educación Los padres tienen reservado el derecho a la educación de sus hijos, según los principios de la moral y de la ética auténticas. El Artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos así lo cita: “Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos” [21]. La libertad de educación está siendo violada en algunos libros de texto oficiales. [21] Declaración Universal de los Derechos Humanos. Departamento de Información Pública de las Naciones Unidas

41 5. Libertad de religión y conciencia
La laicidad implica que el Estado no imponga una religión, pero sí debe garantizar la libertad de todas las religiones. Implica también el respeto a las verdades sobre el hombre porque están al servicio de la dignidad de la persona y del verdadero progreso humano. Dichas verdades no se deben confundir con “los valores confesionales”, aunque sean enseñadas por una religión específica. De la libertad religiosa se deriva un derecho al que no se puede renunciar: el de la objeción de conciencia. Ninguna ley humana puede violentar la conciencia de un ser humano.

42 6. Paz y seguridad La paz es una meta de la convivencia social, que se logra con un trabajo en equipo. Se requiere que este valor sea comprendido por cada integrante de la comunidad, y que cada uno, desde su trinchera, emprenda acciones para lograrla. La paz exige el rechazo radical y absoluto de la violencia y el terrorismo, y requiere un compromiso constante y vigilante por parte de los que tienen la responsabilidad política.

43 Cuestionemos a los candidatos a puestos públicos y a quienes ya gobiernan…
Protección de la vida: ¿están dispuestos a defender los derechos humanos del concebido?, ¿qué piensan sobre las leyes de aborto y eutanasia?, ¿se han informado sobre los efectos contrarios a la salud de las pastillas anticonceptivas y en especial de la píldora del día siguiente? Protección del matrimonio: ¿qué harán para fortalecer este vínculo y que existan menos divorcios en nuestro estado? Protección de la familia: ¿buscarán promover políticas públicas integrales con perspectiva de familia? ¿Es para ustedes la familia un tema prioritario y políticamente correcto en su gobierno?

44 Cuestionemos a los candidatos a puestos públicos y a quienes ya gobiernan…
Libertad de educación: ¿Están dispuestos a respetar el derecho fundamental de los padres a decidir sobre la educación de sus hijos? Libertad de conciencia y religión: ¿están abiertos a que todas las personas sean libres de asociarse, divulgar y profesar su religión? ¿Creen ustedes que se debe obligar en contra de sus conciencia a un médico a practicar un aborto? Paz y seguridad: ¿tienen un plan concreto para implementar medidas en este sentido?

45 VII. Reflexión Corresponsables del cambio [22]
[22] López, Carolina. Editorial de la revista ¡Tenemos que Hablar!, edición 11, De nuestra corresponsabilidad para el bien común.

46 1. Corresponsables del cambio
Tenemos la obligación de votar en las próximas elecciones: Primero, porque la sociedad necesita de la participación responsable y proporcionada de todos los ciudadanos en la vida social, económica, política y cultural. Segundo, porque el voto es la herramienta básica para la construcción de la democracia. Tercero, porque al no corresponsabilizarnos cuando el otro fue elegido perdemos la autoridad moral de pedir algo o exigir buen desempeño a nuestros gobernantes.

47 VIII. Actuar El voto razonado, la elección inteligente con el R-24 [23]
[23] Bravo Ch., Marcelo. Revista ¡Tenemos que Hablar!, edición 11, De nuestra corresponsabilidad para el bien común.

48 1. El voto razonado, la elección inteligente con el R-24
Te presentamos un modelo que pretende servirte en la tarea de efectuar un voto razonado. Se establecieron seis variables que cada ciudadano en su plena libertad podrá usar como sigue: Insatisfactorio: 1 punto Moderadamente satisfactorio: 3 puntos Poco satisfactorio: 2 puntos Completamente satisfactorio: 4 puntos Variables o factores: Propuestas del candidato. Considerar si incluyen los temas más importantes para todos los ciudadanos, la viabilidad de sus propuestas y cómo fundamenta su implementación. Experiencia y logros sociales. Verificar sus logros en el ámbito laboral, público, social y comunitario, así como su experiencia profesional y administrativa. Perfil del candidato. Conocer sus valores (honestidad, responsabilidad, compromiso, etc.), creencias, estudios, congruencia entre lo que piensa, dice y lo que vive. Plataforma política e ideología del partido político al que pertenece, ya que al ser electo, buscará implementar estos aspectos a través de su gobierno. Rendición de cuentas. Apertura al escrutinio público y disposición o trayectoria en la rendición de cuentas. Participación ciudadana. Involucramiento de la ciudadanía en toma de decisiones, consejos consultivos y apertura a iniciativas de la sociedad.

49 1. El voto razonado, la elección inteligente con el R-24
El siguiente paso es correr el ejercicio con la información de los candidatos que ya conoces. Ejemplo: Candidato a alcalde por el municipio de “Villa Ciudadana” Nombre y partido Propuestas Experiencia y logros Perfil personal Partido político Rendición de cuentas Participación ciudadana Total J. Chávez POE 2 1 11 A. Gómez PIU 3 4 17 A. Martínez PES 21 Otros Resultados: mínimo 6, máximo 24 puntos por candidato

50 1. El voto razonado, la elección inteligente con el R-24
Recuerda, la peor forma de destruir la democracia y nuestra forma de organización social es no ejercer el voto. Pero no basta con sólo votar. Eso es únicamente el principio de nuestra responsabilidad como ciudadanos, tenemos que ser proactivos porque junto con nuestros gobernantes somos corresponsables del bien común.

51 ¡Tenemos que Actuar! Río Orinoco Col. Del Valle San Pedro Garza García


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