La comunicación y la historia de la humanidad La humanidad, desde siempre, ha experimentado la necesidad de comunicarse, de intercambiar ideas y experiencias, de almacenar y difundir la información que produce o recibe. Nuestros antepasados homínidos sólo pudieron cazar en grupo animales grandes, de los que obtenían alimentos, cuando fueron capaces de comunicase entre sí. Le bastaban los cinco sentidos, las manos y un rostros capaces de gesticular para percibir el mundo exterior y entrar en contacto con sus semejantes.

La oralidad Primero fue el gesto y después la palabra. Durante muchísimos años la oralidad fue el único medio de comunicación utilizado por el hombre. Por eso, en las sociedades prealfabeticas el órgano dominante era el oído. La oralidad era la única manera que se conocía para enterarse de lo que sucedía alrededor, para enviar y trasmitir mensajes. La tradición oral y los mensajeros son soluciones que todavía hoy perduran. Actualmente ritos danza preservan la memoria colectiva; así, las procesiones de semana santa, que reconstruían la pasión de Cristo para el pueblo, que no sabía leer, continúan hoy como remanentes de la comunicación gestual.

La escritura La escritura hizo posible a los hombres comunicarse con un mayor número de personas, conservar los mensajes y no tener que repetirlos una y otra vez. El alfabeto es una escritura de signos que deben disponerse en un orden determinado, ya que por sí solos no tienen significado. El uso del alfabeto estimuló el hábito de percibir cualquier ambiente en términos visuales y obligó al mundo del oído a rendirse al mundo del ojo: ahora la comprensión pasaba a depender exclusivamente de este órgano sensorial.

La era Gutenberg La invención de la imprenta en el siglo XV supuso una autentica revolución. A partir de ese momento la trasmisión escrita de la cultura se convierte en algo accesible a todos. La escritura primero, y la imprenta después, influyeron poderosamente en el desarrollo del conocimiento, pues permitían expresar, reproducir y difundir conceptos. Las reproducciones de los libros crearon un publico lector. La imprenta fue un elemento importante en el impulso del individualismo. También la imprenta estimulo la idea de la fama: la autoria literaria, prácticamente desconocida antes, nació con la tecnología de la impresión, y permitía a un autor sobrevivir al paso del tiempo.

La revolución de la información La tradición oral, desterrada como método de transmisión del saber, tanto por la cultura como por el alfabeto, fue rescatada por la radio y la televisión, tronca y de la cultura audiovisual, en la que la realidad ya no se expresa a través de conceptos escritos, sino que se representada por sonidos e imágenes. Si la imprenta creo el publico, la tecnología electrónica creo la masa. Gracias a la electrónica y a los nuevos sistemas de almacenamientos y reproducción de informaciones, es posible que millones de personas puedan recibir de manera simultanea un mismo mensaje o asistir o a los acotesimietos en el mismo instante en el que se producen.