La llóndriga Esta historia me la contó mi abuela y la escribimos y la dibujamos en clase de informática. Tercer Curso de Primaria
Cuando mi abuela Marisa era una niña, vivía en una aldea pequeña situada a orillas de un río.
Todos los días al volver de la escuela, su madre le mandaba acercarse al río a por agua fresca. Bajaba caminando por un estrecho sendero hasta la orilla, en el lugar dónde se encontraba la entrada de una oscura y tenebrosa cueva.
Los más viejos del pueblo contaban que en aquella cueva vivía la llóndriga, un enorme y peludo animal, de brillantes ojos que podían ver en la oscuridad.
Al ponerse el sol la llóndriga, que durante el día estaba escondida en el interior de la cueva, se acercaba a la entrada y esperaba agazapada, quieta, la aparición de una víctima. Sin perder un instante, de un ágil salto, se abalanzaba sobre ella y sin darle tiempo a reaccionar la introducía en la cueva para siempre jamás.
En las tardes oscuras y frías de invierno, mi abuela Marisa vigilaba la entrada mientras recogía el agua y volvía a casa corriendo.
A veces se le caía la mitad del agua por el camino y se llevaba una riña de su madre.
FIN