(Carta 010; Circular a todos los Hermanos, enero de 1828) “Dios nos ha amado desde toda la eternidad y nos ha elegido. La Santísima Virgen nos ha plantado en su jardín y cuida de que nada nos falte.” Marcelino nos dice:

(Carta 029; Circular a todos los Hermanos, el 10 de agosto de 1833) “Deseo que Jesús y María sean siempre su único tesoro.” Marcelino nos dice:

(Carta 030; al Pbro. Juan Cholleton, verano de 1833) “María no nos abandona. María nos ayuda; esto nos basta” Marcelino nos dice:

(Carta 034; al Rey Luis Felipe, el 28 de enero de 1834) “Les dí el nombre de Hermanitos de María, muy convencido de que ese solo nombre atraería gran número de candidatos.” Marcelino nos dice:

(Carta 042; al H. Casiano, en 1834) “Mi querido Hermano, ¿por qué regresar a Egipto en busca de consejos? ¿No tiene [la Sociedad de] María capacidad de tranquilizarlo?” Marcelino nos dice:

(Carta 044; al Pbro. Juan Cholleton, en agosto de 1834) “Tengo recursos, me atrevo a decir, o mejor, es María quien los tiene, y muy grandes, para quienes cuentan con Ella.” Marcelino nos dice:

(Carta 049; al H. Domingo, el 23 de noviembre de 1834) “Póngase mientras tanto en los brazos de María, Ella le ayudará poderosamente a llevar la cruz.” Marcelino nos dice:

(Carta 055; al P. Juan Claudio Colin, el 29 de marzo de 1835) “Si el postulante muestra predilección por la Sociedad de María en atención, sobre todo, de nuestra patrona, hay que acogerlo con gusto.” Marcelino nos dice:

(Carta 056; a Mons. Gastón de Pins, en cuaresma de 1835) “A diario recibimos nuevos sujetos. No me atrevo a rechazar a los que se nos presentan, los considero como traídos por María misma.” Marcelino nos dice:

(Carta 063; Circular a todos los Hermanos, el 19 de enero de 1836) “Muy queridos Hermanos, religiosos e hijos de María, la gloria de ustedes ha de consistir en imitar y seguir a Jesucristo.” Marcelino nos dice:

(Carta 067; al H. Francisco, el 28 de agosto de 1836) “Nuestro viaje a París se realizó sin que yo haya experimentado, como temía, los dolores que siento de ordinario; gracias sean dadas a Jesús y a María.” Marcelino nos dice:

(Carta 089; Circular a todos los Hermanos, en enero de 1837) “En los dulces nombres de Jesús y de María les ruego reciban la Regla que desde hace tanto tiempo desean.” Marcelino nos dice:

(Carta 103; al P. Pedro Rigaud, sj, el 21 de marzo de 1837) “Permita que recomendemos en especial la Sociedad de María a las oraciones de la Sociedad de Jesús.” Marcelino nos dice:

(Carta 126; al H. Apolinar, el 4 de agosto de 1837) “Se me parte el corazón al saber que está usted enfermo. Arrójese en brazos de nuestra común Madre, ella tendrá compasión de usted y de sus cohermanos, Ella puede muy bien arreglarlo todo. Marcelino nos dice:

(Carta 168; al H. Dionisio, el 5 de enero de 1838) “¿Podría ver María con indiferencia que guardásemos en el corazón algo contra alguno de los que Ella, a la mejor, ama más que a nosotros?” Marcelino nos dice:

(Carta 194; a Mons. Juan Bautista Francisco Pompallier, el 27 de mayo de 1838) “Hace muchísimo que se habría dejado de hablar de nuestra Sociedad, si no fuera por ese santo nombre, nombre milagroso. María, he ahí el recurso único de nuestra Sociedad.” Marcelino nos dice:

(Carta 194; a Mons. Juan Bautista Francisco Pompallier, el 27 de mayo de 1838) “Sin María somos nada y con María lo tenemos todo, porque Ella tiene siempre a su adorable hijo, o en sus brazos, o en su corazón.” Marcelino nos dice:

(Carta 195; al H. Francisco, el 7 de junio de 1838) “E stamos siempre en las manos de Jesús y de María. Pídanles, que se haga la santa voluntad de Dios y tratemos de no querer más que lo que Dios quiere.” Marcelino nos dice:

(Carta 196; al H. Francisco, el 20 de junio de 1838) “Pongamos siempre nuestra firme confianza en María. Ella nos ha concedido muchísimo para que pueda rehusarnos lo que le pedimos ahora.” Marcelino nos dice:

(Carta 210; Circular a todos los Hermanos, el 21 de agosto de 1838) “Vengan todos a reunirse y a recalentarse en el santuario que los ha visto convertirse en hijos de la más tierna de las madres.” Marcelino nos dice:

(Carta 210; Circular a todos los Hermanos, el 21 de agosto de 1838) “En unión con Jesús y María, mi corazón con dulce expansión les dice: Mis muy queridos Hermanos, cuánto los amo.” Marcelino nos dice:

(Carta 238; Circular a todos los Hermanos, 13 de enero de 1839) “En la Sociedad de Hermanos de María ¿qué es lo que no hemos recibido?” “En la Sociedad de Hermanos de María ¿qué es lo que no hemos recibido? ” Marcelino nos dice:

(Carta 242; al H. Domingo, el 14 de febrero de 1839) “Mientras tanto haga con sus ayudantes lo que puedan. María, nuestra Madre común, no les negará su auxilio.” Marcelino nos dice:

(Carta 244; al H. Basin, el 23 de febrero de 1839) “Dios le concederá la perseverancia. Si se la pide por intercesión de María, la obtendrá, no lo dudo.” Marcelino nos dice:

(Carta 248; al H. Anacleto, el 23 de marzo de 1839) “Que Jesús y María sean siempre su recurso. Su nombre les es bien conocido, así como sus necesidades.” Marcelino nos dice:

(Carta 249; al H. María Lorenzo, el 8 de abril 1839) “¿No es María su refugio y su buena madre? Cuantas mayores sean sus necesidades, más se interesa ella en volar en su auxilio.” Marcelino nos dice:

(Carta 249; al H. María Lorenzo, el 8 de abril 1839) “María, nuestra buena Madre, nos cuida mucho. Ella sabe muy bien que somos muy poca cosa para poder sostener una lucha.” Marcelino nos dice:

(Carta 257; al Pbro. Juan José Barou, el 27 de junio de 1839) “El ser Hermano de María no exime de las necesidades ordinarias. Vemos con pena aumentar cada año el número de nuestros enfermos.” Marcelino nos dice:

(Carta 318; Circular a todos los Hermanos, el 4 de febrero de 1840) “.” “Sigamos orando por nuestra misión de Polinesia, para que Dios haga triunfar la fe en medio de esas amplias zonas confiadas a la Sociedad de María.” Marcelino nos dice:

“Los llevo a todos con mucho cariño en mi corazón.” Marcelino nos dice: